¿Te has sentido triste alguna vez? Seguramente sí. ¿Has querido que esta sensación de vacío, desilusión, sufrimiento, nostalgia desapareciera rápido?
La tristeza es una de las emociones que más rápido queremos que se vaya de nuestro cuerpo, pero es muy importante saber escucharla y aprender a gestionarla sin querer huir de ella de inmediato o negarla.
Antes de entrar en materia déjame que te cuente. ¿Has visto la película “Del revés”?
Lee hasta el final para saber qué te explico sobre la tristeza.
Volviendo de viaje y con 13 horas por delante tuve el maravilloso tiempo – nótese la ironía- de poder ver un sin fin de películas en el avión, y así evitar dormir demasiado y notar lo mínimo posible el jet lag de vuelta a casa. Como todas las películas estaban en inglés, pero con subtítulos en chino – lo sé, vivo en Inglaterra pero todavía no me entero de todo- , me dediqué a ver algunas películas que ya había visto para poder entender bien y saber de qué iban. Una de las que volví a ver fue Inside Out (Del revés), la película de animación que habla de una niña que cambia de ciudad con sus padres y de cómo se intenta adaptar a ello guiada por sus emociones: la alegría, el miedo, el enfado, el asco y la tristeza. Estas emociones se encuentran en una especie de centro de control, su cerebro.
En la película, la niña va sintiéndose cada vez peor y la alegría ( hasta entonces la más predominante) intenta controlar su estado de ánimo para que se sienta bien, para que vuelva a ser la niña que era e intenta ocultar y negar la tristeza (que cada vez actúa más ) para que no salga a flote y cambie cada uno de los recuerdos, hasta entonces alegres. En una de las discusiones entre la tristeza y la alegría por uno de los recuerdos, éstas quedan expulsadas, por error del centro de control y se pierden. ¿Qué pasa entonces? Quedan al mando el asco y la ira que llevan a la niña a tener conductas desafiantes y el miedo con sus dudas y pesimismo, con todo este descontrol, al final, el enfado pone en la mente de la niña la idea de escaparse de casa, llevando a la niña a bloquearse emocionalmente porque ya no sabe qué siente.
Mientras la tristeza y la alegría intentan volver al mando de control, en una de las escenas, la tristeza habla con otro personaje (el amigo imaginario de la niña cuando ésta era pequeña que está vagando por la memoria) el cual ha perdido su cohete (un carrito que puede volar) y se siente triste. La tristeza lo escucha, empatiza con él y éste se desahoga, se siente escuchado, respaldado y finalmente se siente mejor. Aquí es cuando la alegría se da cuenta de que la niña necesita sentir y expresar su tristeza. Consiguen regresar al centro de control y la alegría le da el protagonismo a la tristeza. La niña vuelve a casa, explica cómo se siente delante de esta situación, sus padres la escuchan y le dan el afecto que necesitaba. La niña se desahoga y es escuchada por alguien muy cercano. La tristeza le da la oportunidad de volver al equilibrio después de haber perdido a sus amistades, su casa, su sitio de procedencia. Finalmente ya están todas las emociones otra vez juntas y vuelve el equilibrio.
¿Por qué te explico esto? Porque me hizo recordar nuestro mundo emocional, la importancia de cada una de las emociones, en no reprimirlas, en la función de cada una de ellas y me conectó con la tristeza, en hechos de nuestra vida que pueden hacernos sentir tristes y decir “no pasa nada”, “ no quiero sentirme así”, no ayuda para nada.
Así que hoy os presento la tristeza.
La tristeza
Esta emoción es inevitable que la sintamos en algún momento de nuestra vida. Se siente cuando perdemos a alguien o algo que teníamos afecto. También puede sentirse ante divorcios, separaciones, enfermedades, fracasos, desempleo…
¿Qué se siente con la tristeza? Seguramente pérdida de placer en hacer aquello que antes sí nos lo daba y se pierde interés por las cosas en general. Las emociones nos predisponen a la acción; en cuanto sentimos tristeza se podría decir que la acción es no hacer, supone más bien ganas de no hacer nada.
“… esto puede tener su explicación en el hecho de que la tristeza se experimenta ante la pérdida. Después de la pérdida necesitamos conservar lo que nos queda. Por eso, la reducción de la actividad es una característica de la tristeza, lo cual se manifiesta por una desmotivación general” (BISQUERRA, 2015)
La tristeza es muy importante, nos ayuda a recogernos, a tomarnos nuestro tiempo para volver al equilibrio después de la pérdida.
La tristeza no es depresión
No confundas estos dos términos y nuestra sociedad utiliza la palabra depresión mucho más de lo que se debería; por ejemplo: “estoy depre” para decir que uno se siente triste. Ojo, no son lo mismo. La depresión es un trastorno psicológico del estado del ánimo donde la tristeza es uno de los síntomas. Para poder diagnosticar una depresión, aparte de otras cosas, el estado de tristeza debe haber permanecido por al menos seis meses. La tristeza, en cambio, forma parte de nuestro estado emocional, así que es una reacción normal delante de alguna circunstancia de nuestra vida, cómo he explicado anteriormente.
¿Cómo afrontar la tristeza?
Piensa en qué has perdido para poder resituarte en la nueva situación.
- Acepta la tristeza y permítete expresarla. Comunícate con alguien cercano.
- Déjate cuidar.
- Pide ayuda a un amigo o familiar para captar su atención. Comparte tu estado para recibir apoyo.
- Busca la cohesión social y la pertenencia a un grupo para afrontarla.
- Mantén una actitud de esperanza. Entiende que la tristeza es pasajera, todo lo malo pasa.
- Escucha a la tristeza, pregúntate qué necesitas y recógete si es preciso.
- Descansa, todo lo que la pérdida conlleva puede generar mucho desgaste, pero no te quedes sin hacer nada en todo el día.
- Poco a poco incorpora actividad, fuérzate de vez en cuando a salir, hacer alguna actividad como leer algo que te motive, escuchar una música que te anime.
- Si un estado de tristeza va acompañado de negatividad, te vuelves incapaz de afrontar tu día a día y los síntomas se alargan más de 4-5 meses, entonces puedes recurrir a algún experto para que te ayude y que no derive en una depresión.
Te dejo un video en el que te explico uno de mis momentos de tristeza. Pertenece a la sección de mi yo más interior de mi canal de youtube. Espero que te guste, mostrarnos vulnerables, si es el caso, nos puede ayudar, a primero, expresar lo que sentimos (la palabra tiene un poder muy curativo) y dos, a recibir respuesta de nuestros seres queridos que nos darán el apoyo necesario.
https://www.youtube.com/watch?v=fp699oUzz4k
¿Cómo has gestionado tus momentos de tristeza? Espero tus comentarios.
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Sobre la autora
Soy Aida Moragues, psicóloga – coach emocional y de autoestima. Te ayudo a que aprendas a gestionar tus emociones y aumentes tu autoestima. Consigue llegar donde quieres y gana bienestar emocional.
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