Hemos tomado la decisión, vamos a empezar a cuidar más nuestra alimentación, pero… las fuerzas empiezan a flaquear y por nuestra imaginación empiezan a pasarse donuts, hamburguesas, ¡vamos que parecemos Homer Simpson pensando en comida!.
Nosotros mismos somos nuestro peor enemigo a la hora de comer, y no somos conscientes que esas pequeñas excusas que nos ponemos antes o después de comer, por muy inocentes que parezcan se pueden acabar convirtiendo en nuestras peores enemigas.
No se trata de que si un día te apetece darte un capricho en forma de dulce o de lo que tú quieras no te lo puedas dar, se trata de ser conscientes de que lo que importa es el balance total de lo que comemos y que las excusas no se conviertan en el día, por eso hoy te quiero hablar de 7 excusas que nunca te debes poner cuando comes.
Las 7 excusas que nunca debes utilizar cuando comes:
1. Es que hoy me encuentro mal:
Yo soy la primera que he caído en esta trampa en forma de excusa un montón de veces, pero el primer paso para sacar esta excusa de nuestros hábitos es ser conscientes de que la estamos utilizando.
Muchas veces queremos compensar un mal día con la comida, y ¿qué es lo que acaba sucediendo?, pues que para arreglar el día nos “atiborramos”, comemos en exceso y muy rápido alimentos que no nos aportan nada, nos sentimos culpables por haber comido tanto y al final repetimos esa misma conducta una y una otra vez.
No comas para arreglar un mal día, eso sólo te va a llevar a acabar sintiéndote peor, come porque realmente te apetece y si te das un atracón (un día puntual, no te los vayas a dar a diario) disfrútalo.
2. El lunes empiezo.
Esta es otra de las excusas que también he utilizado yo misma, es más hubo una temporada antes de volver al redil de la vida sana que todos los lunes iba a empezar, pero la verdad es que el lunes nunca llegaba o se quedaba sólo en el lunes
Es verdad que los lunes son un buen día para empezar con nuevos hábitos, pero no sirve de nada que empieces el lunes, el martes te comas un pastel en el cumpleaños de una amiga, y como ya te has comido un pastel que eso te sirva de excusa para estar el resto de la semana comiendo mal, hasta el lunes que vuelves a empezar, las cosas no funcionan así, no dejes que haber comido mal un día arruine toda la semana, porque lo más probable es que después de una mala semana venga otra.
Si un día comes mal o más de la cuenta, en la próxima comida vuelves a tus hábitos saludables y solucionado, no esperes al lunes, eso es sólo una excusa para seguir con tus malos hábitos.
3. Es que no puedo controlar mi apetito:
¿Quién no ha dicho o ha escuchado esta excusa alguna vez?, muchas veces comemos de forma compulsiva porque lo hacemos con ansiedad, y si luchas contra el apetito casi seguro que pierdes la batalla.
Se trata de comer de forma relajada, si no estás ansioso a la hora de comer serás capaz de tomar mejores decisiones nutricionales.
Si eres una de esas personas que come por ansiedad seguro que estos consejos para superar la ansiedad sin comer compulsivamente te van a ayudar
4. No debería estar comiendo esto:
Si te dices eso seguramente no lo deberías estar comiendo, pero lo estás haciendo así que disfrútalo y no vayas a arruinar la experiencia de comer algo que te encanta con pensamientos negativos, cómelo y punto no pienses más.
Este tipo de pensamiento nos lleva a querer compensar ese exceso, entonces pensamos que para quemar lo que estamos comiendo vamos a entrenar más, eso nos lleva a pensar en el ejercicio como un castigo, y como ya nos vamos a castigar a nosotros mismos haciendo una sesión doble de entrenamiento nos concedemos el derecho de comernos todo lo que se nos ponga por delante.
Si comes algo porque te gusta no te pongas ningún tipo de excusa, sé consciente de lo que estás comiendo y disfrútalo, como ya he dicho antes, en esto de la alimentación saludable lo que importa es el global, es decir que la mayoría de las veces lo hagas bien, aunque de vez en cuando te comas una hamburguesa con patatas fritas, unas galletas de chocolate o te bebas una Coca Cola, si no te dieras algún capricho de vez en cuando sería muy difícil mantener una alimentación saludable, pero repito, ¡de vez en cuando!.
5. Ya no tengo remedio, me he echado a perder:
¡Venga hombre, no seas exagerado!, en esta vida casi todo tiene remedio, ¿cómo que te has echado a perder?.
Puede que hayas estado llevando una mala alimentación durante un tiempo, yo soy un gran ejemplo de ello, he estado años comiendo fatal, pero nunca es tarde para cambiar los malos hábitos alimenticios, y poco a poco se pueden conseguir grandes resultados, pero pensar que ya no tienes solución es sólo una excusa para seguir comiendo mal.
Estos pensamientos tan catastrofistas y esos sentimientos de fracaso nos van a acabar llevando a comer muchísimo más de la cuenta, si total no tengo remedio, y 400 o 500 calorías de una comida se pueden acabar convirtiendo en 2000, si no hay remedio ¿por qué no seguir añadiendo calorías?
6. Me lo merezco:
Sí, yo también he caído en esta excusa, lo reconozco, pero seguro que no soy la única porque darse premios con la comida es una práctica muy habitual, otra cosa es que sea saludable.
¿Por qué siempre que nos ponemos esta excusa creemos merecer algo poco nutricional y con muchas calorías en vez de un buen plato de brócoli (que seguro que es lo que nuestro cuerpo de verdad querría?
Como ya os he dicho antes el primer paso para cambiar esta conducta de darnos premios en forma de comida es saber que la estamos utilizando y tenemos que evitar que se convierta en una práctica habitual.
7. Es que no lo puedo evitar, soy adicto al azúcar.
Es verdad que los dulces crean adición, pero si tú te dices a ti mismo que eres adicto a los dulces se acaba convirtiendo en una profecía autocumplida, y si te lo pones a ti mismo como excusa te estás dando permiso para “atiborrarte” de dulces,
Puede que tengas sweet tooht (que es el término que se utiliza para hablar de la adición a los dulces), pero la buena noticia es que la puedes combatir, ¿cómo?:
Comiendo más fibra, incluye en tu alimentación más cereales, frutas y verduras de hoja verde.
Haciendo ejercicio, tras realizar una actividad física intensa disminuye el apetito.
Condimentando tus platos con canela, clavo y laurel, estas tres especies quitan las ganas de ingerir dulces.
Como podéis ver yo misma me he puesto muchas de estas excusas durante unos cuantos años, y aquí estoy ahora, viviendo una vida sana, he perdido los kilos que gané en mi época de malos hábitos, estoy feliz con el estilo de vida que llevo, dándome caprichos de vez en cuando sin sentirme culpable y con muchas ganas de ayudar a otras personas para que también consigan una vida más saludable
7 excusas que nunca te debes poner cuando comes es un post de: Operación Bikini