Herpes. Los signos más notables de esta ETS son las ampollas visibles y un dolor intenso en el área vaginal. Si se detecta un bache o ampolla inusual, es necesario ponerse en contacto con el ginecólogo inmediatamente. Aunque no hay cura para el herpes, el médico puede indicar medicamentos que reducen la frecuencia de los brotes y ayudan a controlar el dolor.
Infecciones por levaduras. Aunque esta condición no suele causar dolor, sí provoca picazón y ardor vaginal, algo que para muchas mujeres es interpretado como dolor. Si estos síntomas se acompañan de flujo vaginal blanco, grueso y cremoso como queso cottage, lo mejor es acudir al médico para ser examinada. El médico puede recetar antifúngicos vaginales durante 5-7 días. Además puedes poner en práctica varios remedios caseros muy simples y efectivos desde la comodidad de tu hogar. Más; Candidiasis vaginal.
Sequedad vaginal. Podrías pensar que esto es sólo un problema de las mujeres posmenopáusicas, pero estarías equivocada. Muchas mujeres jóvenes experimentan sequedad vaginal, por ejemplo debido al uso de píldoras anticonceptivas de bajo estrógeno, lo que puede resultar en malestar vaginal y dolor durante las relaciones sexuales. Si notas que ya no lubricas como antes, quizás es el momento de acudir al médico para ser examinada.
Endometriosis y enfermedad inflamatoria pélvica. Si tienes sangrado anormal, así como dolor vaginal durante la penetración y el período, tus síntomas pueden estar apuntando hacia la endometriosis o la enfermedad inflamatoria pélvica. Ambas condiciones producen un dolor agudo cuando la mujer recibe su examen pélvico de rutina.
Vulvodinia. Esta condición se caracteriza por la presencia de dolor agudo en la vagina, especialmente durante la penetración en las relaciones sexuales y la inserción de tampones. En algunos casos ocurren episodios de dolor espontáneos, no relacionados con el sexo o con tocar el área vaginal. Los médicos a menudo tratan la vulvodinia con medicamentos tópicos como la lidocaína.
Para finalizar, como siempre recomiendo, un dolor o molestia que surge de manera puntual y desaparece por sí solo no es motivo de gran preocupación. Sin embargo el dolor vaginal recurrente, que se torna cada más fuerte e inexplicable, requiere la evaluación médica inmediata.
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