10 situaciones de las que aprender
1. Un fracaso. Cuando un proyecto no ha salido tal y como tú esperabas, sientes la frustración de la decepción. Sin embargo, en este fracaso también tiene la oportunidad de aprender si identificas qué ha fallado. Y los fallos pueden ser de distinto tipo. A veces, simplemente, ocurre que nos hemos confiado en exceso.
2. El miedo. El miedo en todas sus formas está presente a lo largo de la vida. Desde que somos niños, conocemos el significado de este sentimiento en la forma del temor a la oscuridad, por ejemplo. Por esta razón, vamos creciendo como personas gracias, en gran medida, a esa valentía de ir superando esos temores que nos limitan.
3. Soledad. La soledad puede ser de distinto tipo. Existen momentos de soledad que pueden estar producidos por distanciamientos con personas importantes. Y es en esta distancia cuando podemos darnos cuenta de rasgos de nuestro carácter que es recomendable que cambiemos.
4. El amor. Cuanto más quieres a alguien, más sufres ante la idea de que pueda ocurrirle algo. Las alegrías de esa persona son tus alegrías. Y sus tristezas, son también sus tristezas. Desde esta perspectiva, amar a alguien es aprender a salir de uno mismo para tener empatía con los intereses del otro.
5. La muerte de un ser querido. La ausencia de un ser querido deja a su paso una tormenta de sentimientos y emociones. Esta ausencia toca tu corazón tan de cerca que no puedes evitar aprender lecciones sobre el misterio de la vida y la muerte en la práctica.
6. La distancia. Vivir lejos de tus seres queridos te ayuda a valorar todavía más lo importante que es tener un punto de apoyo familiar.
7. Crisis personal. Una crisis personal puede estar producida por un tema de edad, o también, por un hecho determinado. No importa el motivo, sino que lo verdaderamente determinante es comprender que estas crisis te posicionan ante la nueva realidad que está por llegar a tu vida. Es una etapa de autodescubrimiento y como tal, es recomendable vivir estos momentos.
8. Conversaciones profundas. En nuestras relaciones personales surgen momentos de conversaciones profundas, charlas que tocan el corazón de cerca y que te marcan como persona. Charlas que te ayudan a aprender.
9. La edad. Con el tiempo, te darás cuenta de que las cosas a los 30 no se ven igual que a los 15. Y así pasará siempre. Es decir, cuando estrenas una nueva edad en el calendario, también amplías tu perspectiva vital.
10. Una pérdida personal. En cualquier forma y circunstancia: desengaño, ruptura de pareja, decepción de amistad… Sin duda, vivir es aprender. Pero para aprender de verdad es fundamental poner conciencia a la vida. Y entender que el amor nace de la verdad íntima de la existencia.