Es conocido por todos, la existencia de la problemática social entorno a la violencia de género. Tendemos a situarlo en la etapa adulta, pero la realidad es que se presentan casos desde la adolescencia y están aumentando peligrosamente.
Es una etapa de la vida, que entre otras cosas, se caracteriza por la importancia de las relaciones sociales, donde los sentimientos son más intensos y el amor más idealizado.
Las relaciones de poder diferenciadas entre hombre y mujer que se han construido socialmente tiempo atrás, actualmente de forma indirecta se transmiten a través de canciones, cine, televisión, prensa… Esto hace que se mantengan dichos roles y la problemática no erradique.
¿En qué consiste la violencia de género en adolescentes?
No existe un perfil concreto de las menores que lo sufren. El rango de edad se observa desde los 13 a los 20 años, en diferentes niveles socioeconómicos, con familias desestructuradas o con buen ambiente familiar.
Entre otros factores, está el desconocimiento del joven.
No conocen las bases en las que se sustenta una relación de pareja sana (confianza, respeto, amor, sinceridad, negociación en concepto de igualdad…), por lo tanto, no pueden identificar factores de abuso y si lo hacen le dan otro significado.
“No quiere que salga por la noche por si me pasa algo, se preocupa por mí”
“Somos pareja, es normal que quiera que pase más tiempo con él y este menos con mis amigas”
Se observa una idealización del sentimiento hacia la pareja, por experimentar el amor romántico
¿Qué es el amor romántico?
Es un concepto que se sustenta sobre unos mitos, estereotipos y creencias, creados por sociedades pasadas y actuales que mantienen unos roles definidos y desiguales entre el hombre (fuerte, temperamental, poderoso, seguro, protector, luchador…) y la mujer (romántica, entregada, delicada, sensible, fiel…).
Lo que hay que sentir, como comportarse, con quien y donde… idealizando el amor de ese Príncipe azul que nos marca los cuentos y películas
Algunos de los mitos son:
Media naranja: encontrar a la pareja predestinada para nosotros.
Celos: sentir celos es una demostración del amor que se siente.
Omnipotencia: el amor lo puede todo, todo hay que sacrificarlo por la pareja y muchas conductas se justifican.
Discusiones: todas las parejas discuten y es necesario.
Enamoramiento: si no te encuentras plenamente enamorada de tu pareja para toda la vida lo mejor es dejarlo.
Exclusividad: únicamente solo te puede gustar y querer a una única persona.
Unidad: chico y chica han de ser uno solo.
Polos opuestos: los polos opuestos se atraen.
Convivencia o del matrimonio: es la única base de la pareja, el objetivo final.
¿Cómo detectar si tu hija es víctima de violencia de género por su pareja?
Existen algunas señales que podemos tener en cuenta:
Se produce un cambio repentino en la forma de ser, de comunicarse y de comportare.
No solo puede afectar a nivel psicológico y comportamental, también se puede detectar por el cambio físico (de peso, de ropa…) o si vemos alguna lesión en su cuerpo.
Suelen mostrarse nerviosas, ansiosas, preocupadas, irritadas, deprimidas, hipervigilantes, reservadas…
Si le preguntas que ocurre puede ponerse a la defensiva y, si mencionas a su pareja, le justifica y defiende, negando que pueda ocurrir algo.
Pierde amistades, limita sus relaciones sociales y sus salidas si no son con la pareja.
Constantemente tiene que estar pendiente del móvil, da la sensación que está controlada.
¿Qué hacer si sospechas que tu hija es víctima de violencia de género por su pareja?
Lo primero y más importante es buscar asesoramiento profesional para recibir las herramientas para enfrentar la situación de manera adecuada. Acudir al Instituto de la Mujer más cercano para recibir consejo a nivel psicológico y legal.