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Nunca lo hubiera creído, considerando que desde que era niña, bebía café (con leche para que fuera más nutritivo, ajá), pero me acabo de dar cuenta que ya llevo poco más de un año sin él.
Ayer, durante la transimisión en vivo de mi página "Una mamá que nutre" en facebook, uno de los temas que toqué fue el de "Mejores opciones que el café ¡sí hay!", tomando como fuente mi post "42 días sin café y contando" y, sin querer, al buscar la fecha de cuándo había escrito el texto, me percaté de que hacía justamente ¡un año!
Y es que ya saben que cuando a uno le pasan cosas buenas, de inmediato queremos compartirlas... lo que a veces nos cuesta trabajo entender es que TODOS tenemos nuestros PROCESOS y nuestros tiempos, pero siempre, un poco de ayuda, de información, motivación o guía, nos pueden venir bien... depende de en qué frecuencia estemos.
Ni muy muy, ni tan tan...
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Por supuesto, no es que el café sea tan malo...pero tampoco es tan bueno. Yo digo que lo hemos sobrevalorado y nuestra dependencia, oculta más un apego o una emoción que queremos disfrazar con el efecto de la cafeína ¿alguna vez se han preguntado por qué les gusta tanto? ¿o si en verdad es gusto o necesidad?
Mi tema con el café -que he vivido y ahora descanso de ello, por eso les cuento- es que lo bebemos en EXCESO, aunado a que no cuidamos el resto de nuestra dieta habitual; entonces, irrita nuestra mucosa gástrica, altera nuestro sistema inmune y NOS INFLAMA. Podría seguir con una lista de cosas, pero para los cafeinómanos, esto puede ser demasiado. Y cito:
El problema viene cuando la persona lo necesita como estímulo para el sistema nervioso debido a la sobrecarga de estrés que llevamos en nuestros días. “Es a partir de ese momento cuando empezamos a necesitar varias tazas al día para mantener el nivel de alerta y capacidad de concentración, lo que puede llegar a alterar nuestros biorritmos naturales y nos hace “dependientes” del café para activarnos especialmente por la mañana. En esta situación, muy común en nuestros días, los perjuicios del café superan a sus beneficios”, apunta Jesús Domínguez, asesor nutricional de MiAyuno, naturópata, fisioterapeuta y experto en Medicina Funcional.
¿Y las opciones?
Por supuesto que las hay, pero si no nos abrimos un poco a experimentar y a pasar por el PROCESO de desapego o incluso, dependencia (dolores de cabeza, mal humor, fatiga, etc.) no nos gustarán mucho que digamos. Partamos de algo: EL CAFÉ ES EL CAFÉ, punto. No buscamos sustituirlo en sabor, efecto y todo eso... el objetivo es darle al cuerpo un respiro y algo que además de "activarnos, darnos placer, o lo que sea que el café nos dé", nos beneficie más. Aquí les enlisto las que yo he probado.
-Té verde: rico en antioxidantes, ayuda a mejorar la salud del hígado, es digestivo, estimula al metabolismo a bajar de peso, previene la diabetes y artritis, mejora la salud dental, fortalece el sistema inmunológico. Tiene teína y cafeína, por lo que no es recomendable para hipertensos ni para antes de dormir.
-Té rooibos: es termogénico, bueno para los huesos, digestivo, aporta minerales, antiséptico y antimicrobiano, prácticamente no contiene cafeína ni teína, sus taninos no intervienen con la absorción de hierro, es un gran antioxidante por su aspalathin, que previene el envejecimiento celular prematuro.
-Té chai o masala: es estimulante, por lo que recomienda consumir por las mañanas o a media tarde, más no para antes de dormir; cardioprotector, anticancerígeno, digestivo, ayuda contra la halitosis, tiene teína por el té negro.
-Té matcha: tiene 70 veces más antioxidantes que el jugo de naranja y 9 veces más betacaroteno que las espinacas. acelera el metabolismo y quema calorías, desintoxica de manera natural, es relajante, contiene selenio, cromo, zinc y magnesio, reduce el colesterol y azúcar en la sangre, fomenta dientes y encías sanas, además de que posee L.teanina, un aminoácido que lo convierte en un súper alimento.
-Leche dorada: Al ser la cúrcuma su elemento principal, ayuda a mantener niveles saludables de colesterol, evitar la oxidación, suprimir síntomas asociados a la diabetes tipo 2, la trombosis e infarto, así como la artritis, protege contra el daño hepático y las cataratas, así como de la toxicidad pulmonar y fibrosis.
-Caferanto: Es una polvo hecho a base de amaranto, nueces y especias que se prepara con agua, parecido a un "café de olla". Su color es oscuro, como el café, por lo que te hace pensar que bebes café, pero con los beneficios de sus ingredientes y sin la acidez del verdadero café.
-Cacao: es antioxidante, contiene magnesio, cromo, regula el humor natural y la depresión, así como los niveles de azúcar en la sangre. NO confundir con chocolate (que tiene más azúcar que cacao).
Y mi favorita es sin duda: el "shot de jengibre", que recibe su nombre por ser poco, pero potentenos ayuda a despertar, sin buscar otros estimulantes, como la cafeína. Además, -da energía
-desinflama
-ayuda a la digestión
-ayuda con dolores musculares
-mejora la circulación
-disminiye migrañas y náuseas
-es un analgésico natural
-reduce dolores premenstruales
y lo preparo así: Media taza de piña o media porción de fruta (manzana, pera, uvas, naranja, etc.), más 3 ó 4 cms de jengibre (puedes empezar con un trozo más pequeño) en el extractor. Aquí, puedes ver cómo lo preparo.
Y para los que tenemos la fortuna en esta temporada de calor, hasta el agua de coco fresca y natural nos viene de perlas para disfrutarla en lugar de un café.
La vida después del café.
Pues sí, hay vida después del café y sin él. Un año después les puedo decir que ya ni se me antoja y cuando sucede, un sólo trago es suficiente. Creo que ya es muy fuerte para mis papilas... Me siento menos acelerada, con más energía, desinflamada, pero obvio; el café ha sido sólo una de las partes que he cambiado en mi vida por mi BIENESTAR.
Ahora adivinen en qué ando... estoy a una rayita de hacerme vegetariana, pero no sé si lo consiga... ¿ustedes qué dicen?
Ya les contaré.
Que tengan felices vacaciones y disfruten mucho de la vida.
Nos leemos pronto.