Ya en tradiciones europeas se acostumbraba a prender velas en la época de invierno para pedir que volviera la luz y el calor del verano, costumbres que luego fueron extendiéndose por medio de los misioneros que evangelizaron los paises . De ahí la corona de adviento de forma circular ya que el círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios, que es eterno, sin principio ni fin. También, representa nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.
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