La merluza es un pescado blanco, como todos los pescados de este tipo, se caracteriza por el bajo aporte calórico que aporta a nuestro organismo, pues contiene bajos niveles de grasas.
Este es uno de los motivos principales, por los la presencia de este pescado, es obligatoria en la mayor parte de dietas para el control de peso.
Debido a su alto contenido de agua, ayuda a mantener hidratado el organismo.
Los minerales que contiene son:
Fósforo, el cual es imprescindible para conseguir la energía necesaria que el cuerpo requiere, también participa en los procesos musculares y nerviosos de nuestro organismo.
Magnesio, este mineral es muy importante para el perfecto funcionamiento de nuestro sistema nervioso e intestino.
Potasio, junto con el sodio, regula el balance de fluidos y electrolitos en el organismo.
Contiene:
yodo, que ayuda a acelerar el gasto de calorías, además participa de forma activa en el desarrollo de la glándula tiroidea, que también ayuda en el funcionamiento del sistema circulatorio y de los tejidos musculares y nerviosos.
Ácido fólico, nutriente que, junto con la vitamina B12 y la B6, reducen el riesgo de sufrir ataques de corazón o infarto cerebral.
Las personas que sufren de problemas durante la digestión, deben comer este nutritivo pescado, al menos una vez por la semana, pues es fácil masticar y tiene una suave digestión.
Contiene vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B9, B1), vitaminas que son fundamentales, para aprovechar los nutrientes energéticos como las proteínas, hidratos de carbono y grasas.
El aporte de estas vitaminas, tiene mucha importancia en la activación del sistema nervioso, en la formación de glóbulos rojos y es parte fundamental en la síntesis de materiales genéticos.
Por todos estos beneficios que nos aporta, debemos introducir el pescado blanco, en nuestra dieta, para conseguir una dieta más sana y equilibrada.
A la vez, favorecerá el correcto desarrollo de los más pequeños de la casa.