Fuente: Montaplex
Hoy en día, de forma paralela a la popularización de las prácticas deportivas, se ha generalizado el uso de las ayudas ergogénicas, basado en la idea de que estas benefician el rendimiento y la capacidad de entrenamiento, disminuyen la sensación de fatiga, favorecen la recuperación de lesiones musculares y óseas e incluso producen cambios de peso y mejoran la apariencia corporal.
En este primer artículo de dos, la Dra. Asunción Bosch, nos va a explicar los mitos y realidades de estas ayudas, aportando información para fomentar un consumo responsable de las mismas.
Todos los profesionales que estamos implicados en el mundo del deporte sabemos que los hábitos saludables en el deportista son imprescindibles para la consecución de méritos deportivos. Además de un adecuado descanso y un planificado entrenamiento, la alimentación y la hidratación del deportista son fundamentales tanto para el mantenimiento de la salud como para un óptimo rendimiento deportivo.
Para mantener estos objetivos, no sólo hay que tener en cuenta el tipo de alimentación para consumir la cantidad adecuada de nutrientes y agua, sino también adaptar esa dieta y consumo de energía a los horarios de entrenamientos y competiciones.
Hay veces que, en momentos de intenso entrenamiento o en ocasiones en las que hay un periodo competitivo, con las recomendaciones dietéticas no conseguimos el resultado deseado y es necesario introducir una ayuda ergogénica o suplemento dietético para complementar los hábitos saludables.
¿Qué es una ayuda ergogénica?¿Es lo mismo una ayuda ergogénica que que un suplemento deportivo? ¿Para qué sirve?
Fue en 1983 cuando H.M. William definió las ayudas ergogénicas como "procedimientos o agentes que mejoran la producción de energía y proporcionan al deportista una ventaja que le permite rendir por encima de lo que conseguiría con su habilidad natural o con el entrenamiento".
Hoy podemos definir la "ergogenia" como cualquier maniobra o método nutricional, físico, mecánico, psicológico o farmacológico realizado con el fin de aumentar la capacidad para desempeñar un trabajo físico y mejorar el rendimiento.
De manera global podemos decir que con las ayudas ergogénicas se busca aumentar la capacidad física de la persona y conseguir así mejorar su potencial para competir en cualquier deporte.
Podemos clasificar las ayudas ergogénicas en las siguientes categorías:
Ayudas mecánicas: tienen en cuenta las características físicas de los materiales utilizados (ropa deportiva, calzado deportivo, cascos y bicicletas con perfiles aerodinámicos, materiales más ligeros, plantillas para mejorar la pisada, etc.)
Ayudas psicológicas: son aquellas técnicas psicológicas, como el control del estrés y ansiedad o técnicas motivacionales que se pueden utilizar para mejorar el rendimiento deportivo.
Ayudas farmacológicas: sustancias químicas que pueden aumentar el rendimiento como los antioxidantes, la cafeína, la eritropoyetina o los esteroides anabolizantes.
Ayudas fisiológicas: técnicas que potencian el normal funcionamiento fisiológico aportando, de forma extrínseca, componentes que ya existen en el cuerpo humano (transfusiones sanguíneas, bicarbonato y citrato sódico, etc.)
Ayudas nutricionales: dentro de estas ayudas nutricionales podemos considerar la manipulación de la hidratación o de las dietas (dietas especiales) con las que se consigue mejorar el rendimiento deportivo, añadiendo suplementaciones de principios básicos (hidratos de carbono, proteínas o aminoácidos y ácidos grasos) y vitaminas o minerales.
Podemos considerar complemento dietético toda sustancia que complete el aporte de nutrientes cuando la dieta normal no satisface las necesidades del organismo (batidos de hidratos de carbono y/o proteínas) y suplemento dietético a toda sustancia que se tome como aporte extra a lo que contiene la dieta (complejos polivitamínicos y minerales).
Hay que tener en cuenta que dentro de estas ayudas ergogénicas, hay algunas sustancias que se consideran dopaje y están prohibidas.
¡No te pierdas la segunda parte la semana que viene!
Artículo original escrito por:
Mª Asunción Bosch Martín.
Médico Especialista en
Medicina de la Educación y el Deporte.
Master en Traumatología Deportiva.
Master en Acupuntura y Moxibustión.
Master en Medicina Manual.
ACUZOR. Rehabilitación y Medicina Deportiva.De esta misma autora lee también:
Los niños y el deporte
Homeopatía y acupuntura en el deporte
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