El duelo es el estado de haber sufrido una pérdida y en el que se experimenta pesar. Aparece el luto y la duración de este estado depende de la intensidad de la relación con la persona que murió, así como el periodo de anticipación de la pérdida. La mayoría de personas adultas hemos vivido esta situación antes o después pero, ¿qué ocurre si esto nos sucede durante nuestra infancia?.
El proceso del duelo
El duelo es el conjunto de emociones, sentimientos, pensamientos y comportamientos que aparecen tras una pérdida, suelen ser más intensos tras la muerte de un ser querido. Es el proceso que permite adaptarse gradualmente a la nueva realidad hasta que llegue el momento en el que esta pueda ser aceptada.Durante este proceso, el dolor producido es total, es un dolor biológico (duele el cuerpo), psicológico (duele la personalidad), social (duele la sociedad y su forma de ser), familiar (nos duele el dolor de otros), y espiritual (nos duele el alma). En la pérdida de un ser querido duele el pasado, el presente y especialmente el futuro. Duele toda la vida en su conjunto, siendo un proceso largo, complejo y difícil.
Sensaciones ante una pérdida
La situación de duelo implica una sensación de indefensión absoluta, la percepción de falta de control ante un acontecimiento que supone un cambio importante, con múltiples amenazas en un futuro incierto. Ante esta situación resulta difícil diferenciar lo que es normal, lo que se puede esperar, cómo se va a reaccionar, cómo seguir, cómo recuperar el sentido de la vida, qué hacer, qué decir y esto hace más difícil superar la pérdida y seguir adelante.Conocer el proceso de duelo, saber qué tipo de emociones se pueden experimentar, qué cosas son las que se pueden hacer para sentirnos mejor, ayuda a amortiguar y favorecer este proceso, de manera que pueda ayudarnos a vivir felices con el recuerdo de los nuestros.
La pena en la infancia
Actualmente, existe una mayor sensibilidad a las diferencias en el desarrollo infantil. Hay numerosas diferencias entre el proceso de pena de los niños en comparación con el de los adultos. Veámos las diferencias de sufrir un duelo en la infancia con respecto a la adultez:La principal diferencia es cómo expresan el sufrimiento.
Las expresiones intensas emocionales y de comportamiento son más intermitentes y cortas en niños que en adultos.
El proceso en la infancia dura más tiempo. Esto se explica dado que la capacidad de los niños para experimentar emociones intensas es más limitada que la capacidad adulta.
El proceso de duelo tiene que ser analizado varias veces durante las etapas de su desarrollo y durante los hitos cronológicos. Los niños durante su proceso de crecimiento reexaminarán la pérdida con frecuencia, especialmente durante los eventos importantes en su vida.
¿Cómo experimentan los niños el duelo?
Los niños no reaccionan ante la pérdida de la misma forma que los adultos y podrían no demostrar sus sentimientos tan abiertamente. Además de la comunicación no verbal, existen otros métodos de comunicación a la disposición de los niños, como el juego o las historias. Normalmente, no se encierran en su preocupación con pensamientos obsesivos, sino que se involucran en actividades con otros niños. De hecho, pueden estar muy tristes un minuto y jugando al siguiente.Este comportamiento es usualmente interpretado de manera errónea como que “el niño no entiende” o “que ya superó la etapa del dolor”. No se puede olvidar que la mente los protege de pensamientos y sentimientos que son demasiado fuertes para manejarlos. Los episodios de pena en los niños suelen ser intermitentes como comentábamos anteriormente, ya que ellos no pueden explorar de manera racional todos sus pensamientos y sentimientos.
Además, es normal que encuentren dificultades para manifestar sus sentimientos acerca de la pena. Su comportamiento dice más que sus palabras. Los sentimientos de rabia y el miedo a morir o ser abandonados pueden ser evidentes en su comportamiento. Veámos qué factores influyen, teniendo en cuenta que la vivencia de pérdida es única y altamente individualizada:
Su edad y personalidad
La etapa de desarrollo
Experiencias anteriores con la muerte
Su relación previa con el fallecido
El ambiente
La causa de la muerte
La oportunidad que se le brinde de compartir y expresar sus sentimientos
La estabilidad de la familia después de la pérdida
El estilo familiar de lidiar con las tensiones
Cómo se satisfacen las necesidades de los niños
Sus recuerdos
Sus relaciones con otros adultos
Las etapas de desarrollo del duelo en la infancia
La muerte y los eventos que la rodean, se interpretan de diferente manera dependiendo de la etapa de desarrollo en que se encuentre el infante.Etapa infantil de lactante
Aunque los lactantes (desde el nacimiento hasta los 12-14 meses) no reconocen lo que es la muerte, los sentimientos de separación y pérdida son parte del proceso de crear una conciencia de lo que es la muerte. Los niños que han sido separados de sus mamás pueden mostrar una conducta apática, callada, y no respondan a sonrisas y gestos. También pueden verse cambios físicos como pérdida de peso, desvelo y falta de actividad.Etapa 2-3 años
Los niños tienden a confundir morir con dormir, y pueden sentir ansiedad a una edad temprana. En las etapas tempranas de la pena, los niños dolientes pueden mostrar pérdida del habla y angustia generalizada.Etapa 3-6 años
En esta edad los niños ven la muerte como una forma de dormir, la persona está viva pero limitada de alguna forma. Los niños no separan completamente la vida de la muerte. Piensan que la persona continúa viviendo de alguna forma, por ejemplo, debajo de la tierra en el lugar donde fue enterrado, y hace preguntas sobre las actividades de la persona fallecida: si comen, van al baño, juegan Los niños en esta edad pueden aceptar la muerte física, pero como algo gradual o temporal.Piensan que la muerte es reversible y no irrevocable. Su concepto de la muerte puede tener un componente de pensamiento mágico, por ejemplo, la idea de que sus pensamientos causan actos. Los niños pueden temer que hayan hecho o pensado algo malo que causó que la persona enfermara o muriera. Los niños menores de 5 años pueden mostrar trastornos al comer, dormir y en el control de los esfínteres.
Etapa 6-9 años
No es raro que los niños en esta edad empiecen a mostrar cierta curiosidad acerca de la muerte, inclusive haciendo preguntas específicas acerca de lo que le pasa al cuerpo una vez que este deja de funcionar. La muerte es personificada como si fuera separada de la persona o del espíritu, ven la muerte como un esqueleto, un fantasma, un ángel de la muerte o sencillamente “el coco”. Los niños piensan que la muerte es real, irrevocable y atemorizante, pero no universal. Empiezan a hacerse a la idea de que la muerte es irrevocable, pero que le pasa a la gente mayor, no a ellos. Los niños en este proceso de la pena pueden desarrollar fobia a la escuela, problemas de aprendizaje, comportamiento agresivo, aislamientoInfancia de 9 años en adelante
Ya en esta etapa de la infancia, la muerte se entiende como inevitable y no como un castigo. Al cumplir los 12 años, la muerte es vista como irreversible y universal (incluso yo moriré). Durante esta etapa se pueden manifestar estados de alteración emocional, culpa, rabia, vergüenza, estados de alteración y ansiedad sobre la propia muerte, cambios de humor, miedo al rechazo, problemas de sueñoOtros aspectos sobre los niños y la pena
Hay tres temas prominentes en la expresión de la pena en los niños en el duelo:¿Causé yo la muerte?
¿Me pasará esto a mí?
¿Quién me va a cuidar?
Ante estas cuestiones sería ideal ofrecer ideas clave para su intervención, como:
Explicación de la muerte
Lenguaje correcto
Planificación del rito
Hay que tener en conocimiento que siempre y cuando no podamos gestionar la situación con nuestros hijos, bien por que no entendamos muy bien en qué punto están emocionalmente o porque deciden no expresarse o expresar sus sentimientos tal cual hemos visto anteriormente, siempre acudir a un psicólogo infantil es la mejor de las decisiones en este contexto.