Comenzamos haciendo un esbozo de qué es la ansiedad, entendiendo ésta como una respuesta defensiva que emite nuestro cuerpo en consecuencia a una situación que el organismo interpreta como peligrosa. Instamos al lector a leer: https://www.psicomaster.es/10-preguntas-frecuentes-sobre-la-ansiedad/.
Algo que nos preguntamos con cierta frecuencia es ¿la ansiedad es buena o mala?, y es que seguramente en nuestra sociedad esta misma tiene muy mala prensa en cuanto a que prácticamente se la ha demonizado al convertirla en una patología en sí misma. Cuando ésta es la que nos ha permitido sobrevivir como especie todos estos años y sus diversas manifestaciones hacen alusión a ello. Y es que cuando llegaba el león, ya nuestros ancestros tenían que responder de la misma forma que cuando sufrimos ansiedad. En palabras de M. Sapolsky (profesor de Biología y Neurología de la Universidad de Stanford) “el cerebro experimenta o piensa en algo estresante y activa los componentes de la respuesta de estrés a través de la vía hormonal. Puesto que se activan una serie de hormonas como son la adrenalina y la noradrenalina al igual que los glucocorticoides”.
Entre todos son conocidas las distintas manifestaciones de la respuesta de ansiedad. Y es que éstas se pueden desglosar en sucesivos componentes:
-A nivel cognitivo: Nuestra mente nos lanza un sinfín de pensamientos automáticos que no podemos controlar como los que siguen a continuación:”me va a pasar algo”, “algo va a suceder”, “necesito salir de aquí”
-A nivel motor: Necesidad de escape-huida. Se dispara todo el mecanismo de activación en la tesitura de poder salir corriendo
-A nivel fisiológico: Nuestro sistema responde con respuestas como: taquicardia, enrojecimiento de la piel, inestabilidad o mareo, sudoración
En lo que concierne a esta última característica, la sudoración es algo que seguramente muchos de nosotros hemos experimentado alguna vez en la vida con más o menos intensidad, provocándonos un malestar e incluso interfiriendo de forma significativa en nuestra vida diaria. De hecho hay personas que la sudoración excesiva puede provocarles situaciones muy incómodas, llegando incluso a evitar ciertos contextos sociales. Dicho lo cual esta misma función merece mención característica en cuanto a preguntarnos diferentes cuestiones:
¿Por qué ocurre el sudor en manos y pies por ansiedad y cómo se relaciona?
En primer lugar señalar que el sudor en sí es el mecanismo que tiene el cuerpo destinado a regular la temperatura corporal. Es decir, cumple una función básica y esencial. Lo que ocurre con la ansiedad, es que ésta afecta al S.N.S (Sistema Nervioso Simpático), éste a su vez, es “el encargado de emitir las señales necesarias a las glándulas sudoríparas, concretamente las ecrinas, que son las que más directamente están relacionadas con el sistema termorregulador de la piel”. Por lo cual; ante situaciones en las que nuestro organismo experimente situaciones de estrés, miedo o excitación, es muy frecuente que nuestro cuerpo reaccione a través del sudor como una de las vías. La razón fundamental de por qué se produce mayor concentración en manos, pies o frente respecto de otras partes del cuerpo, es porque en estas últimas hay mayor concentración de glándulas sudoríparas ecrinas.Es cierto, que como es un mecanismo biológico regulador natural, en principio estaría destinado a reaccionar ante situaciones de supervivencia vital. Sin embargo tal como hemos comentado, cuando sentimos ansiedad se activan las mismas reacciones ante estímulos que para cada uno de nosotros pueden ser motivos amenazantes o peligrosos en función de nuestra experiencia vital o de las distintas reacciones que hayamos tenido con el medio. Por ejemplo: un examen, una entrevista de trabajo, coger un avión, ciertas situaciones sociales como hablar en público (En función de la emoción de miedo que podemos sentir según nuestra propia historia de condicionamiento). Por eso habrá personas que ante un mismo estímulo puedan experimentar reacciones diferentes, en función de lo que para uno u otro pueda ser motivo de ansiedad.
A partir de la reacción automática que experimenta nuestro cuerpo, tal como hemos comentado, se establece después una especie de espiral, enclavado en un llamado”círculo vicioso”. Por ejemplo: “me pongo nervioso, por lo cual, sudo mas, y este último hecho, me provoca incomodidad y hace que sienta más ansiedad, por lo que mi sistema nervioso simpático emite a su vez más señales provocando a través de dichas glándulas, más sudor y así sucesivamente”.
¿Cómo aliviar el sudor en manos y pies por ansiedad?
Ante tal interrogante, tenemos varias disyuntivas. Por un lado para ayudarnos a aceptar esa capacidad incontrolable de que nuestras glándulas sudoríparas actúen, podemos ejecutar determinadas conductas que nos pueden ayudar a que tales síntomas de sudor en manos y pies sean más llevaderos (Evitar comida picante, nicotina y alcohol. La cafeína aumenta los niveles de adrenalina. Mantener nuestro organismo hidratado a través del consumo frecuente de agua. Ropa que permita que la piel respire, por ejemplo fibras naturales como el algodón).Por otro lado, trabajo de aceptación de la ansiedad: https://www.psicomaster.es/aceptar-la-ansiedad/. Es decir, una exposición en lo que concierne a todos los componentes de la misma, sin utilizar la estrategia de la evitación. Porque “si usted me dice que no me ponga nervioso, me pondré más. De la misma forma que si me dice que no piense en un número, lo tendré aún más presente si cabe o si me dice que no sude o que controle mi sudor, se convertirá en una ardua tarea para mí, por la imposibilidad de controlar ciertos aspectos que se escapan a nuestra propia capacidad consciente”. De tal forma, que si estoy ante una situación amenazante para mí, no se trataría de controlar mi propia ansiedad al igual que los componentes que integran la misma, sino de aceptar que me voy a poner nervioso y que por ende, me sudarán las manos y de esa forma se reducirá la presión que ejerzo en base a tener que estar tranquilo. Y eso provocará empezar a romper tal círculo vicioso que mencionábamos. Por otro lado, la respuesta va a ir a través de la ayuda profesional, el exponerme progresivamente a las distintas situaciones temidas para mí, de tal forma que al reducirse el miedo, la intensidad de la respuesta fisiológica también se verá mermada.
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