¿Qué es el Síndrome de Down?
Es una genopatía que se caracteriza por una alteración en el número de cromosomas del ser humano, mejor conocido como Trisomía del par 21, es decir, posee un cromosoma 21 extra por lo que da a lugar a 47 cromosomas en vez de 46 que es lo normal.
Su diagnóstico se realiza por medio de la extracción de una muestra de sangre del feto extraída por amniocentensis, donde se analiza el cariotipo, se verifica la cantidad y forma de todos los cromosomas que tiene un ser humano.
Características anatomofisiológicos del Síndrome de Down
Hipotonía muscular
Hiperlaxitud ligamentosa y muscular
Hipermovilidad articular
Tendencia a la obesidad
Sistema cardiopulmonar poco desarrollado
Estatura pequeña con brazos y piernas cortos en relación al tronco
Retraso en el crecimiento psicomotor
Equilibrio deficiente
Percepción disminuida
Ojos almendrados, achinados, con fisuras oblicuas palpebrales
Nariz pequeña con una gran depresión en el tabique nasal (plana)
Forma anormal de las orejas, displástica
Macroglosia
Sindactilia, braquidactilia, hipoplasia y también puede existir separación entre los dedos en especial el Hallux o dedo gordo del pie
Cara plana, maxilares y boca reducidos
Desarrollo anormal de la pelvis, displástica
Tienden a tener problemas de discapacidad auditiva y problemas en la visión
Envejecen más rápido de lo normal
Tienen problemas de memoria, en especial la declarativa. La memoria visual es mayor que la auditiva. Tienen muy desarrollado la memoria operativa y procedimental
Tienen alteraciones de la sensibilidad, generalmente tienen el umbral doloroso alto por lo que necesitan estímulos de mayor intensidad y tiempo. Otros son Hiperestésicos, no toleran muy bien los estímulos sensoriales.
Poseen muchos desequilibrios hormonales e inmunológicos Tipos de Síndrome de Down (SD)
SD mosaico: producto genotípico del cual unas células contienen el cromosoma par 21 y otras no.
SD por translocación: es el reordenamiento del material genético que puede originar que de esos tres cromosomas 21, algunos de los cromosomas normales de los 23 pares, lleva adherido el par 21, usualmente se adhiere a uno de los cromosomas del par 14. La mayoría de los niños nacen con este tipo de síndrome. ¿Cómo abordarlos desde la Fisioterapia?
Para abordarlos hay que tomar en cuenta que ellos generalmente son personas con escaso iniciativa, poco interés a la exploración, no controlan o sus emociones siendo excesivas y por lo general evasivas, tienen una resistencia al cambio, sus respuestas son tardías o escasas, problemas de fluidez verbal aunque comprenden más de lo que se expresan. Debido a todo esto se le debe ofrecer:
Se debe realizar una evaluación donde se identifique la etapa del desarrollado psicomotor en la que se encuentra, patologías y alteraciones de postura que presenta, destrezas, habilidades, debilidades, etc.
Un mayor número de experiencias variadas que les motive realizar las actividades que les permita mostrar interés y aprender más rápido.
Las sesiones serán cortas y progresivamente se les irá aumentado
Las actividades deben ir relacionada con estímulos que les divierta por medio de la ludoterapia, musicoterapia, etc.
Habrá que orientarles, brindarles apoyo y guiarles a la hora de realizar las actividades e ir eliminando esto a medida que vaya ganando autonomía.
Se debe repetir las tareas en el momento y diariamente para estimular la memoria a corto y largo plazo por lo que se debe explicar cómo se hacen y para qué sirven.
Se debe planificar bien las tareas y respetar el orden en el desarrollo psicomotor al que corresponde su edad.
Motivarlos a que exploren situaciones nuevas
Ofrecerles la oportunidad de éxito, no adelantarles las respuestas o soluciones.
Recompensarlos cada vez que logren un objetivo por sí solos
No hay que apresurarlos u obligarlos, se debe trabajar a su ritmo Técnicas de fisioterapia empleadas en el síndrome de Down
Existen técnicas que permiten mejorar el tono muscular, los reflejos, la fuerza muscular, el equilibrio la propiocepción, el desarrollo psicomotor, entre otras.
Técnica de Bobath: los niños con SD conservan reflejos primitivos que interfieren en el control de movimientos voluntarios. Esta técnica mejora esto estimulando el movimiento opuesto, además mejora el tono muscular, el equilibrio y propicia los movimientos activos.
Técnica de Votja: evalúa y estimula las respuestas reflejas de los músculos, presionando lugares específicos del cuerpo donde se encuentran terminaciones nerviosas que permiten tales repuestas automáticas. En ellas se reproduce las respuestas motoras normales del desarrollado psicomotor por medio de contra resistencias que se propaguen por el resto del cuerpo.
Método de Rood: es un método de facilitación que emplea el hielo, cepillado, vibración y golpeteo para restablecer la sensibilidad, tono muscular y movimientos naturales o fisiológicos.
Cinesiterapia para corregir la hipotonía, desequilibrio muscular, coordinación de movimientos.
Ludoterapia: por medio de juegos, música (musicoterapia), danza, teatro.
Baloterapia: con una pelota de playa o terapéutica de 60 a 70 cm de diámetro, se realizarán balanceos con el niño en sedente, en decúbito prono y supino. Para estimular las reacciones de defensa y enderezamiento.
Hidroterapia: utilización del agua como agente terapéutico, el cual posee múltiples efectos fisiológicos: permite que el niño realice ejercicios con el menor impacto y dolor posible, disminuye la ansiedad, el estrés, resiste el movimiento mejorando la fuerza muscular, ayuda al equilibrio, propiocepción, coordinación, mejora la marcha, la circulación sanguínea y es analgésico. Hay que tener precauciones con los niños con: problemas del corazón como insuficiencia cardíaca, infección y heridas de piel.
Hipoterapia o equinoterapia: uso del caballo como medio terapéutico que permiten mejorar o inducir la marcha en el niño en forma pasiva por su movimiento natural y tridimensional el cual comprende el paso, galope y trote. Dicho movimiento ayuda a corregir malas posturas, mejora el tono muscular, coordinación, propiocepción, equilibrio, fortalece los músculos, estimula el lenguaje, alivia el estrés, fortalece vínculos afectivos y aumenta la plasticidad cerebral. Además, se aprovecha los fuertes latidos del corazón del caballo y su calor corporal como agente vibratorio y térmico. Consideraciones a tomar para los ejercicios Fisioterapéuticos a realizar.
Los primeros 24 meses de vida de un niño son realmente cruciales, el crecimiento es rápido y drástico, el cerebro y el sistema nervioso está en pleno desarrollo y maduración, siguiendo una secuencia que vas desde la liberación de fosas nasales hasta que el niño camina solo.
Existen 4 áreas principales del desarrollo, las cuales son:
Motricidad gruesa: involucra el control de cabeza, sentarse, ponerse de pie, arrastrarse, gatear, caminar, correr brincar, agacharse.
Motricidad fina: coordinación ojos-mano, alcanzar, sujetar, manipular objetos, resolver problemas, escribir, pinzar.
Lenguaje-comunicación: verbal, auditiva, expresiones faciales, gestos, sonidos, palabras, oraciones, frases.
Comportamiento inter e intrapersonal: autoestima, reacciones, madurez, control de esfínteres, autonomía, interés en los juegos y conversaciones. El fisioterapeuta se enfoca básicamente en la motricidad fina y gruesa, pero no está exento de estimular las otras dos áreas, ya que el desarrollo de un área puede promover o impedir el progreso en otra y generalmente muchas actividades involucran un poco de cada área, por ejemplo, si el niño no sabe seguir objetos no logrará atajar una pelota. Si se planea una evaluación y un programa eficaz de intervención fisioterapeuta teniendo en cuenta la edad, semanas o meses, cuando adquirieron ciertas habilidades y cuales no en cuanto a las áreas mencionadas.
Ejercicios para la movilidad gruesa
Ejercicios de motricidad gruesa a los 3 meses
Empujar con las piernas: el bebé se encuentra en decúbito supino, el fisioterapeuta sostiene un miembro inferior por encima de la rodilla y la otra mano se debe colocar en la planta del pie, suave y firmemente se debe llevar la pierna con la rodilla y tobillo en flexión hacia el pecho, movilizándolo en forma de bombeo. Hay que estimular ambas piernas y hacerlo de forma alternada y lo más lineal posible para obtener una alineación correcta de la cadera. Con esto se logra para que el niño aprenda a empujar y mejorar la fuerza muscular.
Patear: por medio del juego se induce a que el bebé muevas sus miembros inferiores con movimientos en forma de patada hacia arriba y hacia abajo. Es una extensión del ejercicio anterior pero con movimientos un poco impulsivos. Esto ayudará a bebé su espalda, su abdomen y músculos de las piernas.
Jalar: se debe sostener las manos y muñecas del bebé, jalarlo hacia arriba y barjalo lentamente y con cuidado, lentamente con el comando verbal -arriba- y posteriormente -abajo-. El propósito de éste ejercicio es que el niño logre impulsarse hacia arriba y resistir la bajada por sí solo, usando sus músculos para lograrlo. Hay que asegurarse que el niño tenga suficiente fuerza para impulsar su cabeza hacia adelante y use correctamente sus abdominales, si es necesario brindarle apoyo para corregir posturas. Este ejercicio también estimula al niño a sentarse. Este ejercicio permite desarrollas los músculos de los brazos, abdominales, espalda y cuello.
Ejercicios simultáneos de brazos y manos: estos ejercicios aparte de fortalecer los músculos de brazos, hombros y manos, también permite ampliar su caja torácica y alertar al niño a unir sus manos contra el pecho. En esos ejercicios se pueden usar aros que puedan sujetar con sus manitos y el fisioterapeuta pueda mover sus brazos en diferentes direcciones.
Levantamiento de cabeza en decúbito prono: sus manos y brazos deben reposar al frente de él, entre su pecho y barbilla para facilitar el levantamiento de la cabeza. Hay que estimular al niño con sonidos o juguetes que le sean atractivos, por encima de su cabeza, si no tiene impulso para realizarlo se debe guiar por medio de lagartijas colocando sus manos debajo de su caja torácica e impulsar suavemente su tronco hacia arriba. También se puede colocar un cojín o toallin debajo de su caja torácica para que pueda apoyar mejor sus codos, brazos y manos. Ejercicios de motricidad gruesa a los 6 meses
Aprender a sentarse: el jalar los brazos fue un preámbulo a este ejercicio, aquí finalmente se sienta al niño sin eliminar el apoyo del fisioterapeuta con las manos debajo de sus hombros, se puede balancear y quitar levemente el apoyo teniendo cuidado con el movimiento de su cabeza. Este ejercicio permite que el niño desarrolle el control de tronco y cabeza.
Rolado en bloque: con el niño en decúbito supino, se debe sostener una pierna con rodilla en flexión e inducir el movimiento de rolado hacia adelante donde el niño aprende a girar y colocarse en decúbito prono.
Sostener el peso: colocar los pies firmemente contra el piso con apoyo durante un minuto, aprovechando las ansías del bebé por estar de pie se puede colocar sobre una mesa, cama; A veces se les dobla la rodilla, en otros se retraen o tuercen los dedos para evitar estar de pie. Sin embargo, sostener el peso les permitirá desarrollas las siguientes habilidades del desarrollo psicomotor.
Desplazarse o reptación: por medio de juguete u objeto que le llame la atención se inducirá a que el niño quiera alcanzarlo extendiendo sus brazos, espalda y cadera, enderezando sus piernas en decúbito prono.
Sentarse con apoyo: para desarrollar equilibrio y control de espalda, cuello y cabeza. Se puede colocar al niño en una esquina de un sofá o pared con la que quede apoyado en su tronco sin que pued balancearse o desequilibrarse, mantener la posición por 1 a 5 minutos. Ejercicios de motricidad gruesa a los 12 meses
Sentarse en su propio apoyo: promover a que el niño se siente sin ayuda de alguien, que pueda mantener la postura por su cuenta y por más tiempo. Debe colocar las manos del niño sobre sus piernas mientras está sentado, sostener la postura hasta que logre hacerlo solo.
Reacciones posturales y de defensa: por medio de la extensión de los brazos hacia un lado, adelante y posterior, donde el fisioterapeuta sienta al bebe entre sus piernas y lo empuja levemente hacia los lados, adelante y hacia atrás. Todo esto se puede lograr con el balonterapia, la carretilla o alzar al niño (según su edad, peso y fuerza del fisioterapeuta) e inducir los movimientos.
Sentarse desde una posición prono: donde el cuerpo se mueve hacia un lado, las rodillas se flexionan, las piernas se encogen, y los brazos se mueven como una reacción de defensa lateral.
Estimular al niño a colocarse de pie desde una posición sedente: el niño se sienta adecuadamente con piernas flexionadas a 90° y espalda erecta, el fisioterapeuta levanta levemente al niño, procurar que sea con poca ayuda, que él haga el mayor parte del trabajo. Ejercicios de motricidad gruesa a los 24 meses
Arrodillarse o posición dos puntos: colocar al niño frente a una silla o mesa a la altura de su cintura, arrodillarlo y permitirle apoyo de brazos sobre la mesa, distraiga el niño para que permanezca en esa posición de 1 a 5 minutos
Bipedestarse desde la posición de dos puntos: debe ser capaz de alzar una pierna y apoyar bien el pie y con apoyo levantarse desde la posición de caballero.
Permanecer de pie o en bipedestación: inducir o dejar que el niño se levante hasta bipedestar con apoyo de una mesa y que permanezca así por más de 5 minutos, si el niño se cansa y apoya su tronco sobre la mesa, enseñarle a sentarse desde esa posición es importante.
Caminar con apoyo: caminar lateralmente con el apoyo de una persona, pared o baranda, y luego hacia adelante.
Caminar independiente: a ésta altura ya el niño a logrado realizar y mantener muchas etapas del desarrollo psicomotor. Cuando el niño logra mantenerse de pie por sí solo por más de 10 minutos y camina sin apoyo, poco a poco con pequeños tropiezos va logrando caminar por más de 5 minutos. Ejercicios avanzados
Caminar sobre tablas
Mantenerse en bipedestación en un balancín
Subir y baja escaleras
Brincar sobre trampolín
Otras Ejercicios para la movilidad fina
A continuación, se muestra un resumen sobres las actividades a realizar para desarrollar o mejorar la motricidad fina. Gracias a la motricidad gruesa ganada, el siguiente paso es estimular la motricidad fina.
Ejercicios de motricidad fina a los 6 meses
Ejercicios para la respuesta visual: los padres deberán colocar los rostros a 25-30 cm de distancia para que el bebé pueda distinguirlos. Es el primer paso para tomar conciencia social por lo que hay que ayudarlo por medio de juguetes fijos o suspendidos en el aire, sonajas, moviéndolos en todas direcciones, que le permitan mantener el contacto visual. También se puede cambiar de posición al bebé para reaccionar según su ambiente.
Ejercicios para la agudeza auditiva: donde el bebé asumirá la posición de escuchar, moverá la cabeza y ojos hacia donde escucha el estímulo. Con sonajas, voz humana, maracas y música adecuada colocado a 45 cm aproximadamente de la oreja. Se debe estimular bilateralmente. Y también se puede cambiar de posición al bebé para que responda según los estímulos del ambiente externo. Ejercicios de motricidad fina a los 12 meses
Coordinación ojos-manos: mirar, alcanzar y agarrar. Ensartar aros en un palo, tomar objetos de distintos tamaños con el pulgar e índice (pinza), ensamblar, apilar, realizar garabatos en papel, etc.
Manipulación de juguetes que pase el juguete de una mano a otra, lo agite, lance y ataje
Mirar, agarrar, colocar y soltar: se le puede indicar al niño que agarre un juguete, lo coloque en otra mesa y lo suelte para agarrar otro.
Manipulación coordinada de dos objetos: Debe tomar un juguete en cada mano simultáneamente y jugará con ellos ya sea elevándolos, chocándolos, etc. Conclusión
Los niños con Síndrome de Down deben recibir tratamiento fisioterapéutico desde los primeros meses de vida, junto con otros equipos multidisciplinario se logra mejorar la calidad de vida de estos pacientes abarcando los aspectos cognitivos, psicomotrices, social, educativo, autonomía personal y hasta se ha logrado incrementar la esperanza de vida. Es importante tener en cuenta que las capacidades cerebrales de estos pacientes no solo dependen de su factor genético, sino también de la estimulación ambiental. Si bien es cierto que es una condición asociada al retraso mental, no es una característica severa, tienden a ser de leve a moderada por lo que no se debe subestimar su potencial, tienen grandiosas habilidades para los deportes y las artes, el riesgo de tener hijos con esta condición se presentan en madres mayores de 35 años de edad pero no es un requisito marcado, pueden tener relaciones afectivas con parejas e hijos, tener empleos, ser incluidos a nivel educativo.
Jessika Castellanos
04/08/2016