El ligamento cruzado anterior es uno de los cuatro ligamentos principales de la rodilla, los otros tres son el ligamento cruzado posterior, el ligamento lateral interno y el ligamento lateral externo.
El ligamento cruzado anterior conecta la parte posterior-lateral del fémur con la parte antero-medial de la tibia, pasando por detrás de la rótula. Esta unión permite evitar un desplazamiento hacia delante de la tibia respecto al fémur, mientras que el ligamento cruzado posterior evita un desplazamiento hacia atrás de la tibia respecto al fémur, ambos combinados proporcionan estabilidad rotacional a la rodilla.
Las lesiones del ligamento cruzado anterior son a menudo el resultado de una lesión sin contacto que implica una fuerza de desaceleración o de una lesión de contacto que implica un componente rotacional. La práctica de deportes de contacto –tales como el rugby, el fútbol americano, el hockey, el balompié y las artes marciales– suelen traer como consecuencia lesiones del ligamento cruzado anterior debido a las torsiones y los movimientos en valgo (hacia adentro) e hiper extensión (más allá de la extensión neutral) que realizan los atletas y deportistas durante el gesto deportivo.
Causas / mecanismo lesional del ligamento cruzado anterior
Las lesiones más graves suelen producirse por un mecanismo indirecto como:
Cambios bruscos de posición dejando el pie fijo en el suelo (giros o rotaciones).
Mal apoyo de la extremidad inferior tras una caída.
Movimiento brusco de hiper extensión de la rodilla.
Golpe fuerte y directo en la rodilla.
Parada rápida junto a un violento cambio de dirección.
Factores de riesgo con respecto al ligamento cruzado anterior
Deportes de contacto: varias investigaciones apuntan a que más del 78% de las lesiones del ligamento cruzado anterior se presentan en personas que practican fútbol, baloncesto, esquí, béisbol y fútbol americano.
Género: las atletas femeninas son más susceptibles a las lesiones del ligamento cruzado anterior. Esta diferencia entre hombres y mujeres puede deberse a discrepancias en el entrenamiento, a la alineación de las extremidades, laxitud de los ligamentos, patrones de reclutamiento muscular y falta de similitud entre el peso y la fuerza muscular.
Calzado: los tacos de fútbol –como ejemplo– modulan la fijación del pie durante el juego. Principalmente influye el número de bota, la longitud y el sistema de fijación para cualquier tipo de calzado en cualquier tipo de deporte o actividad.
Laxitud: la falta de tensión o distensión articular y ligamentosa generalizada tanto para hombres como para mujeres.
Signos y síntomas de lesión en el ligamento cruzado anterior
El dolor suele ser intenso, de leve duración, y puede desaparecer.
Sensación de crujido que se acompaña de impotencia (falta de fuerza) completa.
Las lesiones del ligamento cruzado anterior suelen causar edema con rapidez.
Importante acumulación de sangre dentro de la articulación de la rodilla durante las primeras 12 horas. Se acompaña de calor local y dolor intenso.
Ejercicios y tratamiento de fisioterapia para lesiones del ligamento cruzado anterior
Justo después del trauma se aplica RICE (reposo, hielo, compresión y elevación), es decir, se apoya la pierna en alto con la aplicación de hielo y posiblemente un vendaje de compresión. El paciente suele necesitar muletas y los AINEs (antinflamatorios no esteroideos) reducen el edema y el dolor. Casi todas las lesiones del ligamento cruzado anterior son tratadas mediante cirugía (artroscopia de reparación) y, de manera excepcional, como roturas parciales sin inestabilidad, son tratadas de forma conservadora (sin cirugía).
Después de la cirugía, el tratamiento fisioterapéutico consiste básicamente en lo siguiente:
Acondicionamiento aeróbico:
Mediante la ejecución de ejercicios de baja o media intensidad –caminata, trote suave, natación, montar bicicleta– y de larga duración –de 20 a 40 minutos–, para conseguir una buena adaptación a las cargas físicas y retrasar la aparición de la fatiga, obteniendo, por tanto, una reducción de este factor de riesgo tan importante.
Fuerza:
El fortalecimiento muscular tiene como objetivo mantener o aumentar la fuerza y rango de movimiento a los músculos, proporcionar mayor estabilidad articular, así como desarrollar mayor resistencia muscular al esfuerzo para que el paciente, tras la rehabilitación, pueda reintegrarse satisfactoriamente a sus actividades cotidianas y/o deportivas.
Ejercicios:
Contracciones isométricas de cuádriceps: en un ejercicio isométrico se aprecia la contracción muscular, pero no se realiza movimiento de la articulación. Sirve para mantener la fuerza y evitar que haya excesiva pérdida de musculatura en periodos de inmovilización. Se realiza acostado boca arriba con un pequeño cojín o toalla doblada debajo de la rodilla, se debe presionar el cojín o la toalla contra el suelo y mantener durante 5 segundos.
Extensiones de rodilla con rulo bajo las rodillas: este ejercicio se suele indicar para fortalecer específicamente el vasto interno, es decir, el músculo del cuádriceps que va por la parte interna del muslo, cuya acción es más importante en los últimos 30° de extensión de la pierna. Se realiza acostado boca arriba con un rulo o foam roller debajo de la rodilla, se debe extender la rodilla –mantener durante 5 segundos– y relajar la musculatura para que la rodilla se flexione.
Flexión de cadera con rodilla extendida: se realiza acostado boca arriba con una rodilla flexionada y la otra rodilla extendida, se debe elevar la pierna extendida hasta alcanzar la rodilla de la pierna flexionada –mantener durante 5 segundos– y descender la pierna de forma lenta.
Elevaciones laterales de cadera, acostado: se realizado acostado sobre un costado del cuerpo con la rodilla de abajo flexionada y la rodilla de arriba extendida, se debe elevar la pierna extendida unos pocos grados –mantener durante 5 segundos– y descender la pierna de forma lenta.
Extensión de rodilla, sentado: se realiza sentado sobre el borde de una mesa o silla que permita que las piernas queden colgando, se debe extender la rodilla –en pocos grados o en su totalidad–, mantener durante 5 segundos y descender la pierna de forma lenta para maximizar el trabajo del cuádriceps.
Sentadillas con apoyo en pared: se realiza con la espalda apoyada en una pared y los pies separados al nivel de las caderas, se deben flexionar ambas rodillas hasta sentir que los cuádriceps se activan, mantener de 10 a 15 segundos y extender ambas rodillas de forma lenta y progresiva.
Todos estos ejercicios pueden realizarse con una tobillera con peso o con una banda elástica para añadir mayor resistencia. La dificultad de las sentadillas puede progresar realizándolas sobre una superficie inestable, colocando un balón entre las rodillas y presionándolo fuertemente durante todo el ejercicio, haciéndolas con apoyo monopodal (un solo pie), entre otras.
Ejercicios de fortalecimiento o potenciación de cuádriceps (Fase inicial)
A continuación os dejo un vídeo que contiene 3 ejercicios iniciales de fortalecimiento o potenciación de cuádriceps
Ejercicios de control del tronco o core.
La propiocepción, fortalecimiento y entrenamiento de la musculatura del tronco o core forman ya parte de la totalidad de los protocolos de prevención y rehabilitación de lesiones. El fortalecimiento de esta musculatura permite una correcta estabilización del tronco y de la columna vertebral, con el fin de permitir la máxima transmisión de fuerza a las extremidades, además de reducir la carga que soportan ambas rodillas.
8 ejercicios con pelota de fitball para trabajar el core.
A continuación os dejo un vídeo que contiene 8 ejercicios con pelota de fitball para trabajar el core:
Pliometría:
Es un método de entrenamiento que busca reforzar la reacción explosiva como resultado de aplicar el ciclo de estiramiento-acortamiento del músculo. El ejercicio pliométrico genera un aumento de la fuerza y la velocidad de contracción, mejorando la potencia muscular desarrollada por el músculo. También produce beneficios propioceptivos al conseguir movimientos finos y precisos, mejorando en definitiva, la calidad de ejecución de cualquier gesto deportivo o actividad física.
La progresión irá desde saltos con los dos pies a aterrizajes con un solo pie. La técnica correcta de aterrizaje después del salto consiste en contactar el suelo primero con el antepié (dedos y articulaciones metatarsofalángicas) y flexionar ligeramente las rodillas evitando cualquier componente de aducción de cadera, valgo y/o varo de rodilla.
Ejercicios:
Saltos en vertical sobre el sitio.
Saltos hacia adelante.
Saltos laterales entre un espacio delimitado.
Saltos en una cruz dibujada en el suelo.
Saltos en diagonal intercalando las piernas.
Saltos con rotaciones de 90° y 180° en sentido de las agujas del reloj y al contrario.
Entrenamiento neuromuscular con propiocepción y equilibrio:
La propiocepción es una modalidad de la sensibilidad, que permite conocer la localización y velocidad del movimiento de una parte del cuerpo en relación a las demás y precisar el trabajo muscular necesario para llevar a cabo una tarea manteniendo el cuerpo en equilibrio sin necesidad de utilizar la visión, entre otras. Por lo tanto, al entrenar con propiocepción y equilibrio se busca:
Conseguir una respuesta neuromuscular más rápida y eficaz ante agresiones externas.
La estabilización muscular refleja para ofrecer una mayor protección articular.
Obtener nuevas capacidades de respuesta ante situaciones que impliquen el movimiento lesivo.
Ejercicios para Fortalecer la rodilla. Nivel de recuperación inicial.
Os dejo un vídeo que contiene varios ejercicios de propiocepción o propioceptivos de rodilla:
Estiramientos:
La práctica de estiramientos ayudará a prevenir lesiones en músculos, tendones y articulaciones, también aumentará la capacidad y el rendimiento físico y deportivo.
Estiramiento de los músculos gemelo y sóleo
Los estiramientos estáticos de los músculos de la pantorrilla (gemelo y sóleo) mejoran la flexibilidad del tobillo disminuyendo el riesgo de lesiones del ligamento cruzado anterior. A continuación os dejo un vídeo donde se explica cómo estirar estos músculos.
Estiramiento de los músculos cuádriceps e isquiotibiales
Mantener la adecuada flexibilidad cuádriceps-isquiotibiales es fundamental para permitir la suficiente flexión de rodilla y de cadera durante las maniobras deportivas, limitando la tensión del ligamento cruzado anterior en las posiciones lesivas. Se recomiendan los estiramientos estáticos al final de las sesiones de fisioterapia o sesiones deportivas. A continuación os dejo dos vídeos donde se explica cómo estirar estos músculos.
Cómo estirar correctamente cuádriceps y recto anterior.
En este vídeo se explica claramente como estirar el recto anterior del cuádriceps de manera correcta que que a menudo se suelen introducir compensaciones inadecuadas.
Estiramiento correcto de isquiotibiales para el deporte.
En este vídeo se realiza un estiramiento adecuado para los isquiotibiales en el ámbito deportivo.
Resumen de lesiones del ligamento cruzado anterior
El ligamento cruzado anterior es uno de los cuatro ligamentos principales de la rodilla que evita un desplazamiento hacia delante de la tibia respecto al fémur.
La práctica de deportes de contacto suelen traer como consecuencia lesiones del ligamento cruzado anterior debido a las torsiones y los movimientos que realizan los atletas y deportistas durante el gesto deportivo.
El dolor intenso y el edema y calor localizado en la rodilla son los signos y síntomas más comunes asociados a una lesión del ligamento cruzado anterior.
Justo después del trauma se recomienda aplicar el método RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) y medicamentos antinflamatorios para reducir el edema y el dolor.
Casi todas las lesiones del ligamento cruzado anterior son tratadas mediante cirugía.
Después de la cirugía, el tratamiento fisioterapéutico consiste básicamente en lo siguiente: acondicionamiento aeróbico, fortalecimiento tanto de la extremidad inferior como del tronco o core, ejercicios pliométricos, propiocepción, equilibrio y estiramientos.
Lorena Miranda Márquez