Además, con ejercicios específicos fisioterapéuticos, se puede lograr recuperar la motricidad de las manos y su amplitud de movimiento, algo que con el tiempo y las lesiones que se acumulan a lo largo de la vida, puede irse perdiendo.
Los ejercicios en fisioterapia de manos están orientados a recuperar el fortalecimiento de las mismas y también ayudan notablemente a evitar enfermedades tales como la artritis, o al menos, evitar que ésta empeore.
Sin embargo, si un paciente ha sufrido algún tipo de lesión o enfermedad más grave, del estilo de un ataque o accidente cerebrovascular, se recomienda que estos ejercicios sean paulatinos y suaves en un principio. Y lo ideal es comenzar con ejercicios pasivos, es decir, usar la mano que no está afectada para que ayude a la que sí lo está a que esta última pueda completar los ejercicios de la terapia fisioterapéutica.
Con esto último, se ayudará notablemente a evitar la rigidez muscular, además de inducir al movimiento a la mano afectada e introducirle nuevos movimientos. También, si la mano afectada no está del todo paralizada, estos ejercicios pasivos pueden terminar sirviendo a modo de precalentamiento.
Uno de ellos será la extensión y flexión de la muñeca, con esto se busca que, con su antebrazo sobre una mesa, bien estirado, deje que la mano cuelgue de un costado de la mesa colocando la palma hacia abajo. Lo siguiente será mover la mano hacia arriba y hacia abajo, asegurándose de doblar bien la muñeca. Este ejercicio es muy útil repetirlo con la palma hacia arriba.
El siguiente ejercicio será la extensión y flexión del pulgar. Para ello deberá comenzar con la palma de la mano abierta, de modo tal que parezca que está saludando o mostrando todos sus dedos. Lo siguiente será mover el dedo pulgar hacia donde se encuentra su dedo meñique, de forma tal que solo queden visibles cuatro de los cinco dedos originales. Este mismo movimiento deberá repetirlo varias veces para que resulte efectivo.
A continuación, podrá practicar el estiramiento del brazo interno. Para ello deberá colocar sus manos sobre su regazo y entrelazar sus dedos. Luego, con sumo cuidado, deberá estirar su brazo afectado con la palma hacia arriba. Es importante en este punto que llegue a sentir el estiramiento hasta el final de su brazo interno. Deberá mantener la posición por al menos 20 segundos y luego soltar de manera despacio.
Por último, el estiramiento de muñeca resultará muy útil también. Y al igual que el estiramiento de brazo interno, deberá entrelazar sus dedos y doblar suavemente la muñeca afectada hacia atrás asegurándose de hacer un buen estiramiento. Mantenga esa posición otros 20 segundos y luego suelte despacio. Todos estos ejercicios se recomiendan hacer sin necesidad de llegar a sentir dolor alguno.