¿Creéis que tiene alguna importancia lo que comamos antes y durante el vuelo para que éste sea lo más placentero posible?
He tenido el placer de leer recientemente el segundo libro de la colección con la que el médico español Jorge Molina se ha propuesto, con un lenguaje claro y accesible a todos, que aprendamos algo más sobre temas médicos de interés.
Recordaréis que hablamos en este artículo del blog de su primer libro "Varices: lo que debes saber" . Pues en esta ocasión, el Dr. Molina se esfuerza en que conozcamos algo más sobre lo que se ha dado en llamar "el síndrome de la clase turista", tema muy apropiado ahora que se aproximan los viajes vacacionales.
Leyendo "Trombosis venosa y...el síndrome de la clase turista" aprenderemos, seamos o no conocedores de la materia, la diferencia entre trombosis y flebitis, a prevenirlas, a desterrar falsos mitos y a saber qué debemos hacer si viajamos largos recorridos para evitar el temido síndrome que, como nos explica el médico valenciano, no afecta sólo a la clase turista ni se da únicamente en el transporte aéreo.
Tras leer este estupendo y didáctico libro, me quedé pensando en las molestias que a nivel digestivo pueden provocar los viajes en avión y si algunos cambios en la alimentación podrían, si no evitarlas, atenuarlas. Algunos de estos problemas son las náuseas, la hinchazón abdominal, digestiones pesadas, retención de líquidos e incluso hipoglucemias.
Cinetosis
Como yo particularmente la sufro y me mareo hasta sobre la colchoneta de la piscina, me gusta utilizar este término para que se nos deje de considerar unos "bichos raros" incapaces de disfrutar de la mejor montaña rusa o de una simple salida en barco por la costa (para mí, hasta subir al Teide en coche es un suplicio).
No es aprensión, ni predisposición mental al mareo como nos dicen muchos a los sufridores
Imagen: Muy Interesante
"cinetósicos", simplemente nuestros sistemas somatosensorial (músculos y tendones, sobre todo del cuello), visual y del equilibrio (oído interno), no son capaces de informar sincronizadamente a nuestro cerebro cuando se producen movimientos anormalmente acelerados para el cuerpo humano. Más allá de los movimientos de rotación y traslación de la tierra (afortunadamente estos los soportamos), somos fisiológicamente incapaces de adaptarnos a los que nos impone una noria, un viaje con curvas, el vaivén del mar incluso en calma o un vuelo mínimamente agitado.
Pero si eres, como yo, de los que vomita su primera papilla mientras el resto del pasaje aplaude al piloto (curiosa costumbre) tras un vuelo movidito y un aterrizaje que a todos nos ha hecho preguntarnos si existen los pilotos becarios, consuélate porque no estamos solos; además de un aproximado 15% del resto de la población, la historia nos deja constancia de que personajes famosos como Cicerón, Julio César y, curiosamente (o desgraciadamente para ellos, según se mire) algunos cuya vida estuvo ligada a la navegación como Cristóbal Colón o el almirante Nelson*, también sufrían de cinetosis.
*Sería imperdonable nombrar aquí a Nelson, ser chicharrera de adopción y no hacer mención a la victoria del pueblo de Tenerife sobre las tropas inglesas al mando de dicho almirante que acabamos de celebrar en la isla como cada 25 de Julio desde 1797. Si aún no conocéis esta parte de nuestra historia, os recomiendo visitar la estupenda página de la Tertulia Amigos del 25 de Julio y leer el apasionante libro de Jesús Villanueva que relata esta impresionante Gesta titulado El Fuego de Bronce.
Distensión abdominal, gases
Es un mal muy común cuando viajamos en avión, ya que los cambios de presión que se producen durante el vuelo reducen la movilidad del tubo digestivo entorpeciendo la digestión y favoreciendo la formación de molestos gases.
Es esencial evitar antes y durante el vuelo las comidas copiosas y demasiado grasientas o condimentadas. Intentaremos no comer verduras ya de por sí flatulentas como coles, coliflor, alcachofas y pimientos o cebollas crudos. También la lechuga, a pesar de su fama de ligera, suele ser bastante indigesta y conviene obviarla. También nos beneficiará sustituir las bebidas carbonatadas por agua sin gas y el café por infusiones carminativas como la manzanilla, el hinojo o el anís.
Si ya tenemos constancia de que el problema de los gases es muy acusado para nosotros cuando viajamos en avión, podemos paliarlo tomando desde unos días antes al vuelo, un complemento de probióticos como bifidobacterias y lactobacilos, que regeneren nuestra flora a intestinal y mejoren la digestión.
Retención de líquidos
Imagen: Flickr.com
Es otro de los problemas habituales al viajar en avión: las piernas se nos hinchan y la sensación de pesadez en las extremidades se hace muy molesta. Además, nos asustamos porque asociamos esta sensación al temido síndrome de la clase turista, aunque éste, como nos explica el Dr. Molina, va mucho más allá pues se trata de una trombosis venosa profunda que, por supuesto, no ocurre indefectiblemente si se nos hinchan las piernas por retención de líquidos durante el vuelo, aunque sí ea también consecuencia en parte de estar mucho tiempo sentados sin movernos.
El primer consejo sería, como es lógico, levantarse al menos cada dos horas y caminar por el pasillo del avión, así como realizar movimientos con los tobillos que activen la circulación periférica mientras permanecemos en nuestro asiento. Si ya vas para nota, puedes practicar algunos de los ejercicios que aprendimos para quemar calorías sentado ;)
Siempre hemos dicho que lo mejor para eliminar líquidos es beber agua, así que una buena hidratación antes y durante el vuelo será esencial. Elige además aguas de mineralización débil y desde luego evita los alimentos muy salados. Los zumos de frutas y hortalizas, como el de tomate, nos aportarán potasio y nos ayudarán a orinar más.
Hipoglucemias
Dejando aparte a las personas diabéticas, acostumbradas ya a controlar sus niveles de glucemia y a detectar los síntomas de una caída de los mismos, los que padecemos de cinetosis muchas veces cometemos el error de intentar salvarnos de las náuseas y sobre todo de los vómitos, evitando comer antes y durante el vuelo. De esta forma, puede que la sudoración, las náuseas y el malestar que pretendemos evitar comiencen pero no por la cinetosis, sino por hipoglucemia.
Es importante, por tanto, tanto si te sueles marear como si no, seguir tu ritmo habitual de comidas, eligiéndolas ligeras pero sin dejar pasar más de 3 horas sin tomar algo. Durante el vuelo, te ayudará a evitar los mareos, ya sean por el movimiento como por bajadas de azúcar, el tomar frecuentemente pequeñas cantidades de alimentos ricos en fibras como tostadas integrales o frutos secos.
Vemos que, a excepción de la trombosis venosa profunda, los males que nos pueden aquejar durante el vuelo, aunque molestos, no son demasiado graves y se pueden evitar con medidas simples como comer y beber adecuadamente antes y durante el viaje. Para los que lo pasamos peor también existen medicamentos que sirven de gran ayuda aunque te dejen un poco "zombi"... ¡no vamos a dejar de viajar por eso!
Aunque, al final, qué queréis que os diga... Existan los remedios que existan y por muchos trucos que me den, yo reivindico para Canarias, como hicieron en su día "Los mismos" para Mallorca, un puente digamos, por ejemplo, de Tenerife a Cádiz (sin curvas, por favor ;) )
¡FELICES VACACIONES!
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