nadie que me abrace fuerte y me haga feliz
no tengo nada que hacer
no tengo por que vivir
no tengo nada de nada,
si no te tengo a ti
solo quiero que estes cerca de mi
Hombres G. Si no te tengo a tí
Así me siento hoy.
Me está costando contener la lágrima, dejar de suspirar, odiar todas las bucólicas imágines de padres con niños sonrientes y cantarines.
En casa ayer dejamos preparado el regalo de otro papi que sí está para mis niñas, que sí ha podido abrazarlas.
Sentimientos encontrados que cada vez se me hacen más incompatibles. No me salen ni la sonrisa ni los buenos deseos. Me siento “flojha”, así, dicho con acento gaditano.
La teoría me la sé: disfruta de tus hijas con la ilusión del regalito a papi. Pero la práctica no se me da bien. No dejo de disfrutarlo, pero me vence la pena.
Me acuerdo de la ilusión con que le dábamos sus regalitos de pequeñas, los últimos años de visitas relámpago y por sorpresa, de ese “gracias hija” que te daba añadido al abrazo, de su sonrisa por nuestras sonrisas.
Me da tanta rabia no tener un motivo hoy para coger el teléfono, o el coche, y contarle las últimas novedades de estudios y mocos, o hablar de política, o de instalaciones deportivas, que más da!! Sólo me gustaría tener esa opción que ya no va a volver.
Te echo mucho de menos, papá. Y en días como hoy, el doble.
Acepto tu colleja por dejar los sentimientos al aire y como empujón para preparar la falsa sonrisa que me tengo que pintar esta tarde delante de tus niñas.
Te quiero.