Además, estamos viviendo una era de máxima conexión tecnológica, pero los excesos a veces llegan a convertirse en barreras, que se utilizan muchas veces como máscaras o defensas para no contactar con lo que realmente pasa en nuestro interior.
Y es así como nos desconectamos del cuerpo y su imagen.
Te invito a que pongas en práctica estos dos ejercicios:
1. Mientras de duches (bañes), toma un tiempo breve para frotar tu cuerpo con calma. Cierra los ojos y agradece mentalmente por las cosas que puedes hacer con cada parte de tu cuerpo. Incluso aquellas que das por obvias. ¿Cuántas veces no pasas tiempo pensando en "lo feo" o en "tus defectos", sabiendo que ello no te ayuda? Entonces vale la pena que intentes hacer algo distinto que puede mandar las señales a tu mente de que es el momento de dejar de pensar en lo que no es y aceptar lo que si es.
2. Si tienes un espejo de cuerpo completo mejor, si no, basta con que te ayudes a recorrer todo tu cuerpo con un espejo de mano. Mejor si puedes hacerlo sin ropa, sino, no importa. Lo que importa es que puedas mantener la atención a tu reflejo, sin decir ni pensar nada. Solo observa. Deja que cualquier pensamiento se vaya y concéntrate en tu imagen. ¿Cómo es tu piel? ¿cómo es cada parte de cuerpo? ¿qué sientes al verte? Tomate un minuto para esta actividad. Dale las gracias a cada parte de tu cuerpo y dile que lo aceptas. Aunque no lo sientas del todo. No esperes a que eso suceda porque es una trampa que busca que te quedes estancada en lo que puede ser y no es. Se dice que con pensarlo, puedes crearlo, así que si piensas cosas positivas de tu mente, pensamientos de aceptación, puedes llegar al punto de aceptarlos como verdad. ¿ a sí se crearon tus ideas negativas no es cierto?
Si sientes que tu rechazo es mucho más fuerte, te invito a que te plantees la opción de buscar ayuda profesional, pues no es justo que vivas atrapada en el rechazo a tu propio templo. Deja tus comentarios y comparte a quien pueda serle de ayuda. Namasté.