Conociendo a las neuronas espejo.
En 1996 el equipo Dr. Giacomo Rizzolatti descubre las neuronas espejo. Las neuronas espejo son células neurológicas en el cerebro que se activan tanto cuando una persona está realizando una acción como cuando observa esa misma acción al ser ejecutada por otro individuo. ¿Te suena haber bostezado y habérselo transmitido a otra persona, o que una persona te lo haya transmitido a ti? Estoy segura de que en alguna ocasión te ha ocurrido y tu respuesta ha sido: "Me lo has pegado" o "Te lo he pegado". Así es.
Pongamos un ejemplo para comprenderlo mejor. Cuando alguien se siente enfadado y te grita, te transmite su enfado. Lo mismo que si alguien se siente triste o de buen humor puede transmitirlo. Eso sí, solo podrá hacerlo si tú no eres consciente de ello y te dejas influir por el trabajo de las neuronas espejo. Todos hemos crecido creyendo que no podemos gestionar las emociones (la ira, el miedo, el odio, la tristeza, el amor, la alegría...) pensando que son cosas que te pasan y ya está. No obstante, recuerda que al igual que entrenamos nuestros músculos, nuestro cerebro también se puede entrenar y nuestras emociones es una de ellas. George Orwell mencionaba: “Ver lo que tienes delante de tus narices requiere de un esfuerzo constante”. La gestión de tus emociones y la asertividad va a marcar cómo te sientes al final.
Esto no quiere decir que la función de las neuronas espejo no sea buena. Más que nada porque las cosas no son solo buenas o malas, sino más bien, dependerá. Como sucede en muchos aspectos, la forma y el uso que le damos es clave. En las neurociencias las neuronas desempeñan una función muy importante dentro de las capacidades cognitivas, tales como la empatía (capacidad de ponerse en el lugar del otro) y la imitación. Es más, los científicos lo consideran uno de los descubrimientos más importantes de las neurociencias. Por ello, en consulta se utilizan para los tratamientos en neurorrehabilitación o en situaciones que requieren de aprendizaje por imitación y observación.
En la infancia ocurre de igual forma. Desarrollan gran parte de sus habilidades intelectuales y emocionales a través de la observación y la imitación. El cerebro dispone de un circuito de neuronas cuyo principal fin es aprender a través de la observación. Cada vez que el bebé observa cómo su papá dice su nombre, este circuito, conocido como neuronas espejo, comienza a imaginar que sus labios y su lengua toman la misma posición. Cuando el niño ve a su madre/padre/profesor ser respetuosos y afrontar los problemas con calma, o, por el contrario, pierden los nervios y tratan a otra persona con desdén, su cerebro es capaz de imaginarse a sí mismo actuando así, como un espejo que refleja lo que ve. Las neuronas espejo ensayan silenciosamente muchos de tus comportamientos y programan el cerebro del niño, a modo de preparación, para que este pueda repetirlos en situaciones similares. Por tanto, lo más importante es ofrecer buenos modelos que el niño pueda imitar.
Sé el mejor tú porque los niños lo absorberán como una esponja. Esto no quiere decir que te muestres perfecto porque no existe, si no, mostrándote con naturalidad y sacando tu mejor versión. Esto también te hace mejorar a tí mismo. “Tu hijo va a mirar hacia ti como mejor modelo de persona. Demuestrale cómo actúa la mejor versión de tí mismo.”
Da y recibe solo aquello que te aporte buenas vibraciones.
Ana Belén Mora
Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.