¿Qué creéis que se esconde detrás de esta pregunta? ¿Cuál puede ser el motivo para que una criatura de 11-12 años la formule? ¿Qué visión estamos transmitiendo sobre el cuerpo?
Nuestra hipótesis es clara. Consideramos que a esta edad ya llevan años interiorizando un mensaje que se repite hasta la saciedad en nuestra sociedad: hay cuerpos que son más válidos, más bonitos, más valorados… Seguro que a todo el mundo se nos llena la boca diciendo que hay que respetar a todas las personas independientemente de su corporalidad. Pero… ¿Y qué pasa con la práctica? Que tenemos nuestras contradicciones, que la teoría la tenemos muy clara pero a la hora de la verdad se nos escapan comentarios, ridiculizaciones, señalamos, nos reímos, dirigimos miradas cargadas de juicio…
No podemos olvidar que una de las formas de aprender más potentes es a través de la observación. Por mucho que verbalmente digamos que todos los cuerpos son bellos y “no está bien meterse con el cuerpo de alguien”, si no predicamos con el ejemplo, de poco servirá. Porque si, hay que respetar todos los cuerpos pero…
…”madre mía cómo se ha puesto la hija de…”
…”hoy me he puesto de comer como una gorda…”
…”comida de gordas” (para referirse a procesados, comida rápida…)
…”esta noche no ceno que me he pasado comiendo” o “mañana sesión doble en el gimnasio” (conductas compensatorias)
…”a ver si este año me da tiempo a hacer la operación bikini.”
…”de cara es guapa/o pero de cuerpo…”
…”¿Y si pierdes un poco de peso? Te lo digo por tu bien/por tu salud.”
…”me sobran 3 kgs…”
…”¿aún no has perdido lo que ganaste en el embarazo…?”
…”uy, parece que has engordado, ¿no?” (esta suele ir acompañada de escaneo visual)
…”qué guapa/o estás, ¡cómo se nota que has adelgazado!” (Vinculando adelgazar con la belleza. Ojo con esta que si hay un Trastorno de la Conducta Alimentaria detrás, estamos reforzando que esa conducta se mantenga)
Y podríamos seguir con muchos más ejemplos. Educamos con lo que decimos, con lo que hacemos, de los comentarios de los que nos reímos, los chistes que aplaudimos, con cómo tratamos nuestro propio cuerpo y el de quienes nos rodean… No tenemos ni idea de qué vivencias están teniendo las personas que nos rodean respecto a su cuerpo y cómo pueden afectarles nuestros comentarios.
Así que… os lanzamos dos ideas:
Repetid con nosotras… “Todo el mundo tenemos espejo en casa, todo el mundo somos conscientes de la corporalidad que tenemos, quienes nos rodean no necesitan nuestras apreciaciones o comentarios sobre sus cuerpos“. Tranquilos, a nadie le ha dado un apechusque por morderse la lengua y tragarse sus comentarios.
Desconocemos de quién es la autoría pero desde que la conocemos, la explicamos en las aulas: “La regla de los 3 segundos” que básicamente consiste en no hacer ningún comentario del cuerpo de otra persona que no pueda cambiar en 3 segundos. ¿Qué podemos decir? Tienes un moco, se te ha quedado lechuga en el diente, llevas la camiseta del revés, se te ha enganchado el vestido dentro de las medias…”
Cada vez encontramos criaturas más peques con unas autoestima bajísimas, poniéndose a dieta, haciendo un ejercicio desproporcionado, restringiendo determinados alimentos… Niños y niñas que ante la pregunta de si cambiarían algo de su cuerpo nos dicen que les gustaría estar más delgados/as, que señalan como algo positivo “no estar gordo/a”, que nos dicen que en clase insultan a quienes tienen una corporalidad que se sale de los cánones de belleza actuales, adolescentes que se autolesionan porque rechazan su cuerpo… La gordofobia está campando a sus anchas, muchas veces camuflada en comentarios edulcorados con dosis de “por tu bien” o de “las mejores intenciones”… De verdad, VAMOS A PARAR YA.
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Bárbara Sáenz Orduña. Sexóloga en Serise Sexología
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