Los humanos somos increíbles, cuando nos meten una idea en la cabeza por más intentos que hagamos de querer desterrar esa idea, no la podemos sacar de nuestra mente.
Así en esa forma nos han ido programando para escuchar antes que todo la palabra de los expertos, aún y cuando esas palabras entren en contradicción con las indicaciones de nuestro propio organismo.
En ese sentido los animales muestran un instinto por demás envidiable, hasta la fecha jamás he visto comer a un perro enfermo, se retira a un lugar apartado para no ser molestado.
En un momento determinado, podemos ver como poco a poco comienza a beber agua y así de esa forma, paulatinamente retoma la alimentación en una forma gradual.
Por el contrario, basta con dar un paseo por un hospital cualquiera y ver como atiborran al enfermo de alimentos, impidiendo de esa forma que la energía curativa del organismo entre en función por estar en proceso de digerir unos alimentos que en ese momento el organismo no necesita.
¿Qué tiene que ver todo esto con la memoria y los problemas cognitivos?
Simple y sencillamente que las personas mayores pasan quejándose de haber olvidado pequeños detalles de la vida cotidiana, quejándose de que la memoria les esta traicionando.
Ante estas quejas, nosotros sonreímos pensando para nuestros adentros ya que nos han educado de esa forma, que tales olvidos son normales cuando se tienen 61 años de edad.
Lo triste es cuando 5, 6 o 7 años después esa persona muestra un deterioro cognitivo, que irremediablemente tiene como desenlace una de las enfermedades seniles que se abaten sobre las personas del llamado primer mundo.
¿Porqué razón no le prestamos atención a esos fallos de memoria?
Porque estamos programados para pensar que una vez se llega a determinada edad se va a dar un determinado comportamiento, cuando en las sociedades subdesarrolladas dicho comportamiento no se da en las personas del rango de edad que nos interesa.
Recientemente los científicos han descubierto que algunas personas con tales quejas pueden servir para detectar los precursores de la enfermedad de Alzheimer.
Estudios presentados en una conferencia de la Asociación de Alzheimer en Boston mostró que las personas con algunos tipos de problemas cognitivos eran más propensos a tener la patología de Alzheimer en sus cerebros y desarrollar demencia más adelante.
Así, la próxima vez que vea o escuche a una persona mayor quejarse de la memoria recuerde que los problemas cognitivos anteceden la demencia y más vale estar atento y tratar de todas las maneras posible retardar al máximo el avance del deterioro cognitivo, en bien de nuestro ser querido.
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