Pese a lo que la sabiduría popular crea, remar no es el descenso del Sella en piragua amarilla del Decathlon con la San Miguel entre las piernas. Tampoco es una cuestión de bíceps y fuerza bruta empujando agua. Prueba a remar en un kayak de 42 cm de ancho donde apenas te cabe el trasero. Demasiada fuerza aplicada contra el agua hace que pierdas el equilibrio y acabes dado la vuelta, como un pato buscando comida en una charca. Y a las siete de la mañana con el agua a 15°C el peligro es comparable a caer en la lava de Mordor mientras tiras el anillo. En la canoa el agua se acaricia con el remo (sin llegar a meter la mano en el agua). Los brazos ofrecen poca resistencia.
Entonces ¿cómo avanzamos? ¿Cómo conseguimos velocidad?
La técnica del kayak
Remando se utilizan más de 20 músculos: deltoides, dorsal, trapecio, abdomen, glúteos, soleo, bíceps femoral y gemelos sólo por citar algunos. Tu cuerpo es una maquina en cadena que comienza con el alargamiento del brazo derecho y finaliza con la presión del pie izquierdo sobre el reposapies.
Y si al final del entrenamiento no te duelen los glúteos, es que ha sido un entrenamiento muy light.
Lógicamente, esta coreografía tiene su técnica: las 4 fases del remo.
Fase de ataque: el remo se introduce en el agua. Debe ser lo más alejada del pìragüista posible, y al mismo tiempo cercana a la embarcación para mejorar la propulsión
Fase de tracción: el remo describe una trayectoria paralela. La pierna correspondiente al brazo utilizado se estira y se alarga, proporcionando un empuje de todo el cuerpo. El CORE se activa, trabajan el abdomen, el deltoides, los pectorales, los músculos dorsales, lumbares, los glúteos y los abductores. Todo el tren superior se torsiona para acompañar la palada. Aquí es donde se trabaja con mayor intensidad, y si esta carga de trabajo se realiza únicamente con los bíceps y los hombros, supone acabar el entrenamiento como después de llevar de costalero a la virgen de la Macarena
Fase de salida o extracción de remo: se debe sacar el remo del agua rápidamente para evitar disminuir la velocidad lograda en la fase anterior. La cadera acompaña el saque, ligera flexión del codo. Es importante el agarre menos tenso para evitar lesiones de muñeca. A los músculos ya mencionados se añade el trabajo del tríceps braquial y el bíceps femoral.
Fase aérea: la pala no está en contacto con el agua. La mano derecha empuja el remo para que pueda comenzar la fase de ataque del lado opuesto. Es el punto muerto, y debe durar poco.
Y lo mas importante, respiración. Espirar en el ataque y tracción, espirar en el aéreo. Sístole, diástole, una horita de kayak en el mar y alcanzas el Nirvana. Con la piragüa entra en juego el equilibrio, la agilidad, el ritmo y la elasticidad mucho antes que la fuerza. Y mejoras en todas las habilidades con rapidez si controlas la técnica correcta.
Finaliza el entrenamiento, un par de abuelos con boina te miran desde el paseo marítimo. Es hora de ir al trabajo y te sientes como Rocky después de haberse comido dos huevos crudos. En el deporte real no hay gente corriendo hacia un atardecer con la música de Carros de Fuego, no hay una voz en off que te recita la poesía de Invictus. Hay una fuerza intrínseca que te empuja y te ayuda a conseguir esta satisfacción matutina. En vez de dos huevos crudos a las cinco de la mañana, casi prefieres comerte la tortilla entera.
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