Debido a la pandemia, hemos de seguir una serie de normas y medidas preventivas para hacer frente a los contagios. En estos tiempos de caos, la psicología tiene mucho que aportar. No solo a nivel de problemas emocionales individuales creados por la situación, sino que la aportación de la psicología como ciencia va más allá de esto.
Está claro que la situación que estamos pasando tiene como consecuencia los problemas psicológicos en muchas personas. Ahora bien, centrarse tan solo en describir el sufrimiento y todos los problemas que pueden aparecer como consecuencia de esta crisis no es funcional.
Asimismo, utilizar de manera excesiva el diagnóstico puede dar a la persona la falsa explicación de por qué se siente y comporta como lo hace, dándole un papel pasivo a ésta.
La psicología, como ciencia que es, debe aportar algo más a esta situación. Se deben llevar a cabo cambios comportamentales también a nivel social.
Su función es, como en cualquier otra problemática, definir las conductas problema, tanto por déficit cómo por exceso, y hacer un Análisis Funcional de cada uno de los comportamientos. Todos los comportamientos tienen una función, es decir, los llevamos a cabo por algo. Por ello, analizar la función del comportamiento nos permitirá poder modificarlo.
En la situación de pandemia en la que nos encontramos, es esencial seguir las normas que nos llevan a prevenir el contagio. El que estas normas o instrucciones no se estén llevando a cabo de forma adecuada por una buena parte de la población debe ser un tema a abordar por los psicólogos. Puesto que estamos hablando de comportamiento, el papel del psicólogo es fundamental.
¿Por qué no se llevan a cabo las medidas preventivas propuestas por las autoridades?
Estamos viendo cómo se producen reuniones en plena pandemia en donde no se llevan a cabo las medidas de seguridad. También hay personas que se saltan la cuarentena, y otras situaciones en donde las instrucciones dadas por las autoridades no se están siguiendo de manera adecuada.Todas estas conductas se están llevando a cabo para evitar el malestar que nos produce la privación de todo lo que nos gusta y nos hace sentir bien. Esto es debido a que no existen unas consecuencias ante estas conductas que se estén aplicando de forma adecuada para ser efectivas.
Las consecuencias que siguen a los comportamientos que queremos eliminar deben seguir unos parámetros para que sean efectivas. Estos parámetros son:
Inmediatez. La sanción ante una conducta que implique el incumplimiento de una norma debe ir seguida de la conducta a eliminar y no una consecuencia a largo plazo.
Deben ser definidas de forma muy concreta y clara para que todo el mundo pueda entenderlas y no den lugar a dudas.
Deben anticiparse, de manera que sabemos lo que ocurrirá si llevamos a cabo cierto comportamiento.
De igual manera, el enunciado de las normas debería seguir unos patrones para que fueran más eficaces a la hora de seguirlas:
Crear un estado motivacional previo. Sería necesario aumentar el miedo en la gente para crear la necesidad de llevar a cabo las normas de seguridad.
Definirlas de manera muy clara y concreta, en donde queden bien identificadas las conductas que se quieren conseguir y las consecuencias que conllevarían, en este caso, el no llevarlas a cabo.
Sin contradicciones, ya que, si se recibe información contradictoria en la descripción de las medidas, favorecerá que no se lleven a cabo.
Congruencia con lo que se pide en las medidas, de manera que se facilite el llevar a cabo el comportamiento que queremos instaurar. Por ejemplo, si se nos pide llevar mascarilla de forma obligatoria, estas deberían tener un precio asequible o ningún coste en casos necesarios, para facilitar que se lleve a cabo la conducta.
Cambios en la forma de enseñanza: aportación de los procedimientos desde la psicología científica
Es muy importante no solo aludir a la eliminación o reducción de comportamientos. Lo más importante, cuando se trata de enseñar, es reforzar comportamientos alternativos a los que queremos eliminar. Aunque a nivel colectivo eso es difícil de conseguir.Describir unos comportamientos a conseguir por los que se obtienen unas consecuencias gratificantes es algo que debe hacerse de forma individual y personal, puesto que lo que es gratificante para uno no lo es para otros.
Es por eso que de lo que se trata es de enseñar a la gente a ser responsable y cívica, cambiando la forma de enseñanza a nivel individual. Solo así podremos prevenir los problemas de no seguimiento de las normas en futuras epidemias u otras situaciones similares, en donde el comportamiento social es tan importante.
En definitiva, necesitamos cambio de comportamiento social, enseñar a la gente a comportarse de una determinada manera para prevenir los contagios. La psicología científica es la que tiene las herramientas para hacerlo a través de las leyes del comportamiento.
Apelar a la responsabilidad individual para hacer seguir las normas no es efectivo, puesto que nuestra sociedad no está entrenada para llevar a cabo comportamientos que implican una privación de reforzadores o un coste/esfuerzo. Habría que convertir estos comportamientos de responsabilidad en reforzantes en sí mismos, es decir, que seguir las normas sea un acto gratificante en sí.
Pero, para ello, se requiere de mucho tiempo. No es algo que podemos hacer de un día para otro, sino que supondría cambiar la forma de proceder de la enseñanza.
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