Paciente con Osteonecrosis en ambas caderas en estado temprano. Fuente: Dr. Cruz
La Osteonecrosis de Cadera se produce mayormente entre los 30 y los 60 años de edad, pero según las causas puede aparecer en otras edades. Esta enfermedad puede producir secuelas importantes y es una de las principales causas de artroplastias de cadera en gente joven.
La presentación bilateral es frecuente y afecta más a hombres. Se ha visto que el 55% de los pacientes desarrollan afectación contralateral dentro de los dos siguientes años.
Una necrosis o muerte celular del tejido óseo (de los osteocitos) ocurre cuando una enfermedad o lesión impide que la sangre llegue libremente a un hueso. Esto va produciendo que el hueso se vaya atrofiando y el cartílago de la articulación se deteriore produciendo dolor y otras molestias.
Se presenta principalmente en la cadera afectando la cabeza femoral y/o el cuello, pero también puede ocurrir en otras zonas del cuerpo como en la rodilla o el tobillo.
Causas o factores de riesgo para la aparición de esta patología Fuente: Dr. Cruz
¿Qué síntomas produce y cómo se diagnostica?
Inicialmente puede ser asintomática, pero a medida que va progresando la enfermedad aparece dolor en la cadera (ingle, trocánter, glúteo o dolor por cara anterior de muslo), limitación de la movilidad y cojera. Destaca que el dolor está presente en reposo incluso por la noche.
En fases tempranas de la enfermedad la radiografía de caderas muchas veces no muestra cambios, por lo que está recomendado hacer una Resonancia Magnética (RM) de la cadera o una Gammagrafía, en caso de no poder realizarse una resonancia. Estas dos últimas pruebas pueden mostrarnos la afectación de la cadera en una fase inicial.
La clasificación radiológica más frecuentemente usada es la de Ficat:
En el estadio I (pre-radiológico) hay una sospecha clínica, sin cambios en la radiografía.
En el estadio II aparece evidencia radiográfica de remodelación ósea, sin cambios en la forma de la cabeza femoral; pueden asociarse esclerosis y quistes subcondrales.
El Estadio III se caracteriza por el signo de «media luna» (crescent sign), que refleja el secuestro y colapso del hueso subcondral necrótico.
Finalmente en el estadio IV aparece un deterioro del espacio articular, con estrechamiento de la interlínea, osteofitos y pérdida de la esfericidad de la cabeza femoral.
Steinberg realizó una clasificación para la RM de cadera:
El estadio I es una cadera con una radiografía normal pero una RMN patológica.
El estadio II presenta cambios quísticos y esclerosos.
En el estadio III aparece el colapso subcondral, sin aplanamiento de la cabeza femoral.
El estadio IV está caracterizado por el aplanamiento de la cabeza femoral.
Los estadios I a IV se subdividen en subtipos A, B y C (leve, moderado, grave) según esté afectado menos de un 15%, de un 15 a un 30% o más del 30% de la cabeza femoral.
Esta clasificación incluye un estadio V para los casos con estrechamiento articular y cambios acetabulares y un estadio VI cuando aparecen cambios degenerativos avanzados
Tratamiento de la osteonecrosis de cadera
Inicialmente se puede realizar un tratamiento conservador, que incluye la marcha en descarga con muletas, fármacos (bifosfonatos y anticoagulantes, estatinas y otros vasodilatadores).
El objetivo de la terapia farmacológica es mejorar la función de la cadera, aliviar el dolor, prevenir la progresión radiológica a una fractura subcondral y colapso articular y, en lo posible, permitir la mejoría del área necrótica.
Además se pueden realizar terapias adyuvantes como ondas de choque extracorpóreas, terapia electromagnética y oxígeno hiperbárico.
El tratamiento quirúrgico de la necrosis avascular de la caderaUn porcentaje no desdeñable de pacientes no mejora con el tratamiento conservador (variando según las series de un 20 a un 40%) por lo que el tratamiento quirúrgico se realiza con relativa frecuencia, pero la elección de qué tratamiento realizar depende del estado evolutivo de la enfermedad.
La primera opción a realizar es la Descompresión del núcleo o médula ósea mediante perforaciones del cuello y cabeza femoral. Con esto se busca disminuir la presión intraósea y permitir la revascularización de la zona lesionada.
Otras opciones son colocar un Injerto fibular vascularizado con el fin de mejorar el aporte sanguíneo.
Nuevas terapias se vienen realizando en los últimos años con Células Madres o Implantes de Tantalio con diferentes resultados en la literatura.
Cuando el daño de la cabeza femoral está muy avanzado está indicado la Artroplastia Total de cadera.
Artículo original escrito por:
Dr. Sebastián Cruz Morandé
Especialista en Cirugía
Ortopédica y Traumatología
HM-IMI Toledo
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