Desde hace ya un tiempo estamos aprendiendo términos como: Maneja tus emociones, toma las riendas de tu vida y cosas así. Todo ello se debe a que existe otra forma de estudiar nuestro cerebro son La neuropsiquiatría y la neuropsicología. Básicamente se basan en que tomemos conciencia de nuestras emociones.
Ahora se sabe que el coeficiente intelectual (CI) contribuye con un porcentaje del 20% aproximadamente a nuestro éxito en la vida. Siendo la inteligencia emocional (IE) la que influye con un 80% en factores como, la habilidad de auto motivarnos, controlar los impulsos (aún me cuesta), el humor, la empatía con nuestros semejantes, fijarnos metas, ser persistentes en nuestros objetivos, y así todas las emociones que nos embargan en un momento dado, risa, llanto, enojo, alegría, etc.
Mirar chic@s, yo empecé a interesarme por este tema -hace ya tres años- a raíz de un golpe que me dio la vida, y que me dejó ko. En esa situación tuve que olvidar mis emociones, y centrarme en las emociones de otras personas, para intentar que lo que tuviera que pasar, les resultase un poco menos doloroso ¡lo conseguí!, pero el coste emocional para mí fue…tremendo.
Tuve que aprender a motivarme, a no llorar, a sonreír, cuando estaba rota por dentro. También hice un gran esfuerzo mental, para no recordar imágenes, olores, ¡en fin! La situación en sí misma.
Pasados un par de meses y para mi sorpresa ¡Lo había conseguido!
Esto me hizo pensar que era más fuerte de lo que yo misma creía, que lo peor ya había pasado y si en esas circunstancias, lo había conseguido ya nada podría conmigo. En realidad lo que estaba haciendo inconscientemente era coger las riendas de mi vida, sin permitir que las emociones me dominaran.
Tenemos que ser conscientes de nuestras emociones, para tener darnos la oportunidad de enfocarlas a nuestros propósitos y metas.
Debemos aprender a querernos, cuidarnos, valorarnos, sin permitir que nada, ni nadie tenga poder sobre nosotras. Debemos de aceptar que las únicas culpables de nuestra realidad somos nosotras mismas. Esto no quiere decir que no demos rienda suelta a nuestras emociones, si no que sepamos controlarlas para conseguir la felicidad que nos merecemos.
En la escala de prioridades nosotras debemos ser nuestra primera prioridad, pues solo sintiéndonos bien con nosotras mismas, podemos hacer la vida más fácil a las personas que están a nuestro alrededor.
Por lo tanto: aléjate de las personas negativas, de las que te causan dolor, de lo que digan de ti. No dejes que nadie tenga control sobre tus emociones, ya sea una amiga, un familiar, un amor, nuestro jefe etc. No les des ese poder.
Pensar que el corazón es un músculo y que como a todos los músculos debemos entrenarlo.
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Un saludo
Mari Carmen
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