Para todo necesitamos una motivación, algo que nos impulse, inspiración, pero…… ¿y si no existe o no encuentro esa motivación? ¿Qué pasa entonces? ¿me quedo parada esperando a que aparezca por arte de magia? ¿espero a que llegue la musa de la inspiración? ¿Qué hagooooo?
Lo primero es ver de que estamos hablando cuando decimos que necesitamos motivación.
¿Qué es la motivación?
Según “Google” Motivación es:
Cosa que anima a una persona a actuar o realizar algo.O lo que es lo mismo un impulso temporal, que además va variando y que se debe a algo externo a nosotros (estoy súper motivada/ no me siento nada motivada).
Con todo esto vemos que la motivación es algo que igual que llega también desaparece, es muy difícil, por no decir imposible, mantener una motivación constante hacía algo.
¿pero entonces que hacemos?
A parte de la motivación, existe otra cosa mucho mas fiable que también nos ayuda a lograr nuestros objetivos y llegar a nuestras metas.
Eso que nos permitirá realizar los cambios necesarios es el COMPROMISO.
Si, no te asustes, el compromiso genera cambios, genera acciones, genera movimiento y eso te hace avanzar.
No es magia es algo que tú mismo decides.
Cuando creas un compromiso con lo que sea, no importa la motivación que hay detrás de eso, tú has decidido ese compromiso y tú eres el que decide cumplirlo, no importa si te encuentras con obstáculos en el camino, tienes un objetivo y tienes un compromiso para lograrlo.
Si os dais cuenta, no hay nada externo que nos empuje, es un compromiso que adquirimos, no es una motivación que puede desaparecer en cualquier momento o cambiar por otra cosa que nos motive más, es compromiso con lo que quiero hacer.
Cuando decides comprometerte, ya sea de manera personal o profesional, te planteas todo de una forma diferente, la motivación no desaparece, cuando surgen imprevistos los solventas, lo que antes parecía un muro insalvable ahora solo es una pequeña piedra en el camino, incluso esos pequeños obstáculos te hacen fijarte, poner más atención y disfrutas de todo lo que vas haciendo en el camino hacía el objetivo.
Hay un ejemplo que me encanta, sobre todo si sois padres o madres, es el ejemplo de los hijos.
Desde el momento en que sabes que vas a tener un hijo, adquieres un compromiso con ellos, un compromiso en el que la motivación se queda fuera por completo, no piensas “hoy no estoy motivada, así que hoy no voy a ser madre” no le dices a tu hijo “búscate la vida, estoy esperando a que llegue la motivación” NO, estás ahí fiel a un compromiso que has adquirido pase lo que pase, incluso los días que te levantas con el pie izquierdo y la motivación por los suelos, incluso en esos momentos el compromiso sigue al cien por cien.
Si realmente sientes que no tienes esa motivación que buscas no pasa nada, busca el compromiso hacía el cambio que quieres.
Decide si realmente quieres comprometerte o quieres esperar a que llegue tu musa.