La masturbación no es más que la estimulación de los genitales con el consiguiente placer que ello proporciona. Con esto se genera un estado de relajación y placer llegando a conseguir una sensación global de bienestar. Según los especialistas o sexólogos la masturbación ayuda a alcanzar una sexualidad plena, por tanto podemos decir que contribuye a llevar una salud sexual equilibrada.
Hay que dejar claro que se trata de una práctica muy normal, natural e íntima que cada persona realiza a su manera, es decir, no todo el mundo tiene por qué hacerlo con la misma frecuencia ni de la misma forma.
De hecho existen algunas falsas creencias acerca de los efectos que puede causar en el organismo… hay quien piensa que puede producir sordera, incluso esterilidad.
La masturbación como práctica obsesiva
Mientras se haga con cierta coherencia no hay ningún problema, lo que ya sería más preocupante es el caso en el que la persona se obsesiona y la frecuencia se descontrola (varias veces al día), estamos hablando de que se convierte en una manía. En este caso, sí que se debería acudir al especialista, es muy probable que se trate de un trastorno psicológico.
Si analizamos por rangos de edades la frecuencia con que suele realizarse, es claramente mucho más habitual cuando se empieza la adolescencia y durante dicho período. Las hormonas comienzan a “descontrolarse” y es el momento de la vida donde uno se hace consciente de sus genitales, y de cómo reaccionan ante determinados estímulos. Por lo que un adolescente es normal que llegue a masturbarse más de una vez al día.
Beneficios de la masturbación
A través de la masturbación se puede conocer mejor cuales son las partes más erógenas de cada persona, es decir, qué partes son más excitables. Estas zonas son así de sensibles porque en ellas se concentran un gran número de captadores sensoriales o terminaciones nerviosas.
Aunque hay zonas que es fácil que coincidan ser las mismas tanto para el sexo femenino como el masculino, suelen existir algunas diferencias. Al mismo tiempo dentro de un mismo sexo también pueden existir variaciones, ya que es algo muy personal donde, de hecho, la calidad y sensibilidad de la propia piel también tendrá mucho que ver.
Podemos referirnos a zonas a través de las cuales se puede llegar a tener un orgasmo, como son la vagina, el pene, los testículos, el clítoris y el ano.
Y otras partes del cuerpo como el cuero cabelludo, el lóbulo y parte trasera de la oreja, el cuello, los labios, la espalda, los antebrazos y las axilas, la próstata en el hombre, donde se encuentra el punto G masculino, los pechos o senos en la mujer, incluso los pies o la parte interna de las rodillas..
Es fácil pensar que para conseguir llevar una vida plena a nivel sexual, la información es poder y por tanto el conocernos a nosotros mismos y a tu pareja facilitará que mejore este tipo de relaciones.
Para conocer hay que explorar y cuando se tienen dudas hay que preguntar, así que, lo mejor que puedes hacer ante la duda en este tema, es que tengas una buena comunicación con tu pareja o en su defecto..contigo mismo..por qué no? Y ante cualquier problema siempre se puede acudir al especialista, recuérdalo y disfruta!