1 Limitar la compra de dulces. Son tantos los dulces típicos de estas fiestas que a veces es complicado controlarse: turrón, polvorones, mazapanes... Así, lo mejor es cortar de raíz, y evitar comprar en exceso o colocarlos en bandejas por la casa, para así no caer en la tentación de comer y picar entre horas. Con comprar los productos justos para las fechas señaladas es suficiente.
2 Preparar entrantes ligeros. Hay muchas alternativas igual de sabrosas pero más ligeras. Por ejemplo, una vichyssoise de apio y pera, rollitos de sol, sopa de tomate, ensaladas variadas, verduras con salsa de yogur y lima, brochetas de bonito y tomate... Este tipo de entrantes harán que lleguemos a la cena o al plato principal con menos hambre, evitando así los excesos y comilonas copiosas.
3 Prepararnos con remedios naturales. Aunque la Navidad son días muy concretos (Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo y el día de Reyes), lo cierto es que entre comidas de trabajo, reuniones con amigos, etc. son muchos los días que caemos en el exceso. Ante esto, podemos recurrir a remedios como el chitosán, una sustancia natural extraída del caparazón de los crustáceos, que no tiene sabor, y que actúa sobre las grasas, atrapándolas y ayudando a su eliminación. Con el chitosán evitaremos que nuestro cuerpo las absorba. Podemos verlo en este vídeo:
4 Practicar ejercicio en familia. Esta época del año puede ser la ideal para pasar tiempo en familia, y parte de ese tiempo lo podemos dedicar a realizar ejercicio para bajar la comida, salir a dar paseos, ir a montar en bici, jugar con los niños...
En cualquier caso, lo importante es disfrutar de estas fiestas tan señaladas, pero siguiendo consejos como estos podremos conseguir que la cuesta de enero sea un poquito menos dura.