Y aunque lo hemos disfrazado de fiesta, el miedo sigue siendo el protagonista en muchas ocasiones de nuestro día a día. Y al contrario que en Halloween, no nos produce ni risas y ni diversión.
El Miedo nuestro gran enemigo.
Pueden ser miedos pequeños, preocupaciones. Pero otras veces no nos dejan respirar y nos limitan.
Es una emoción que desde temprana edad nos acompaña hasta el final de nuestros días.
¿Cómo hacer frente al miedo? Realmente es nuestro peor enemigo y muchas veces nos dejamos llevar por él. Aun sabiendo que no es real.
Y yo creo que ahí está la clave, detectar cuándo es real o no. Porque al fin y al cabo, el miedo era un instinto de supervivencia que ahora no tiene mucho trabajo que hacer, se aburre y entonces hace de las suyas.
El Miedo en los niños.
Suelen ser miedos creados a través de su gran imaginación. Y normalmente aparecen por la noche o cuando se repite una situación que les recuerde una mala experiencia.
Un ejemplo podría ser, cuando han oído decir algo a los adultos pero no lo han llegado a entender y entonces su imaginación hace el resto. También después de ver cosas, escenas o personajes que les ha chocado. Aunque todo esto depende un poco de la edad del niño y su carácter o personalidad.
Cuando a veces mis peques, me dicen que tienen miedo, lo que intentamos es quitar importancia a eso que lo provoca y explicarles que no deben tener miedo, que piensen en algo positivo y la mayoría de las veces funciona. Pero parece que sigue latente y de vez en cuando vuelve aparecer.
El Miedo en los adultos.
Y es que también nos pasa a los adultos y por mucho que nos digan, esos miedos siguen ahí. A veces logramos esconderlos, algunos son capaces de enfrentarse o de aceptar y aprender a vivir con ellos.
La diferencia con los niños es que nuestros miedos son sobre cosas más mundanas del día a día basadas en nuestra experiencia y expectativas. Cosas que antes no nos daban miedo pero que con la edad empezamos a darles más importancia.
De alguna manera, supongo que depende de cada caso y la mejor opción es siempre acudir a un profesional en cuanto se convierta en un gran problema.
¿Y cuáles son vuestros miedos? ¿Cómo los abordáis?
De momento disfrutemos y aprovechemos para reírnos de nuestros miedos. ¡Feliz Halloween!