La merienda permite acortar el tiempo que pasamos sin ingerir alimentos entre una comida y otra. De esta manera, no solo llegamos con menos apetito a la próxima comida sino que, mientras tanto, obtenemos la energía que necesitamos para mantenernos activos, evitando la fatiga y el agotamiento.Además, una merienda saludable nos permite:
Equilibrar el aporte nutricional que nuestro organismo necesita a lo largo del día.
Obtener la energía que necesitamos para mantenernos activos, tanto física como mentalmente.
Distribuir los nutrientes en varias comidas, logrando que estas sean más ligeras y contribuyendo así a una mejor digestión.
Evitar el picoteo entre comidas y los atracones a la hora de cenar.
Estimular el metabolismo y, por ende, acelerar la quema de calorías.Cinco meriendas rápidas y saludables
En una merienda saludable se pueden incluir todo tipo de alimentos, desde cereales, panes y sándwiches hasta frutas, zumos y leche. La idea consiste en equilibrar los nutrientes a lo largo del día, para lograr la combinación más nutritiva y sana posible.No obstante, se recomienda que en la merienda incluyas algo de fibra, para facilitar el tránsito intestinal, y que estén presentes los carbohidratos complejos, una excelente fuente de energía. Al contrario, se deben evitar los productos ricos en azúcares, grasas y sal porque no solo afectan nuestra salud sino que además enlentecen nuestro metabolismo y amplifican la sensación de fatiga y cansancio.He aquí algunos de los alimentos que puedes incluir en una merienda rápida y saludable:
Frutas frescas. Son perfectas porque, además de aportar energía y fibra, son ricas en vitaminas y minerales. Además, nos mantienen bien hidratados y suelen aportar muy pocas calorías, a la vez que potencian la sensación de saciedad y disminuyen el apetito. Puedes elegir una manzana, una banana, un melocotón o una pera.
Frutos secos. Son ideales para quienes realizan un trabajo intelectual y necesitan mantenerse concentrados. Esto se debe a que los frutos secos son ricos en ácidos esenciales omega 3, un tipo particular de grasas que estimula el funcionamiento cerebral. Sin embargo, debes tener cuidado porque suelen aportar muchas calorías, así que con un puñado de nueces, almendras o higos secos es más que suficiente.
Proteínas. Las carnes magras, con poca grasa, ayudan a saciar el apetito y aportan una cantidad importante de energía. Además, evitan la aparición de la fatiga, el cansancio y la tensión mental. Puedes apostar por un poco de queso, atún natural o unas lonchas de pavo acompañadas de una rebanada de pan.
Lácteos desnatados. Estos productos son ideales para fortalecer la flora intestinal y añadir calcio y proteínas a la dieta. No obstante, es mejor elegir los lácteos desnatados porque el exceso de grasas de los lácteos enteros puede ser perjudicial para tu salud. Prueba con un yogurt desnatado, un mini batido o un postre a base de soja.
Bebidas. Cuando se hace referencia a las bebidas para la merienda, la mayoría de las personas piensan en un café, una soda o un batido. Sin embargo, es más saludable elegir un zumo de frutas natural o una infusión de hierbas. Estas bebidas no solo nos ayudan a mantenernos hidratados sino que también contribuyen a depurar las toxinas del organismo y nos aportan una dosis extra de vitaminas y minerales.
Fuente: Meriendas saludables - Nutrición Saludable