¿Qué el asma infantil?
La Iniciativa Global para el Asma (GINA) define el asma como una inflamación crónica de las vías aéreas en la que desempeñan un papel destacado determinadas células y mediadores celulares.
Esta inflamación crónica se asocia con un aumento en la hiperreactividad de las vías aéreas que conduce a episodios recurrentes de sibilancias, disnea, opresión torácica y tos, particularmente durante la noche o la madrugada; episodios que generalmente se asocian con un mayor o menor grado de obstrucción al flujo aéreo, a menudo reversible de forma espontánea o con tratamiento.
Con las limitaciones derivadas de la propia definición de asma, como enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas, aun utilizándose el término de asma del lactante, la mayoría de los que tienen episodios de tos y sibilancias en relación a las infecciones virales en los primeros dos años de vida, no serán verdaderos asmáticos en etapas posteriores de su vida.
Los síntomas de asma son similares en cualquier edad, sin embargo, existen en la infancia rasgos que la distinguen de la forma del adulto.
El asma es la enfermedad crónica más común en la edad infantil y la adolescencia.
En España se observa una prevalencia de asma infantil en torno al 10% de la población.
El asma es, tras la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la causa del mayor número de días de absentismo laboral debido a enfermedades respiratorias.
¿Cuáles son los factores de riesgo del asma infantil?
La mayoría de los niños que tienen asma en su edad infantil presentaron sibilancias por virus en su periodo prescolar.
El 80-90% de los niños en edad infantil y adolescentes con asma tiene un perfil alérgico.
Algunos pacientes pueden tener un cierto grado de disminución de función pulmonar ya antes de su nacimiento, o una respuesta inmunitaria inmadura al nacimiento, que les predisponga al broncoespasmo.
¿Cómo se diagnostica el asma infantil?
El diagnóstico de asma en la primera infancia, en niños menores de 5 años, es un diagnóstico clínico cuando se aprecia una serie de datos característicos de la enfermedad.
Los síntomas antes referidos suelen ser suficientes para un correcto diagnóstico, en especial cuando remiten tras la administración de tratamiento con broncodilatadores.
Algunos padres pueden llegar a confundir la dificultad respiratoria bronquial con la dificultad para respirar a través de la nariz, y las sibilancias con ruidos presentes en el curso de procesos catarrales.
El estudio de la función pulmonar es muy importante, tanto para el diagnóstico como para el seguimiento en niños mayores de 7 años.
La causa o motivos por los que una persona padece asma no se conocen bien. Existen varios factores que influyen en el origen del asma, pero ninguno de ellos está presente en todos los afectados.
¿Cómo se trata el asma infantil?
En el tratamiento del niño asmático hay tres pilares importantes que es preciso atender: medidas de prevención, tratamiento farmacológico y educación.
Dentro de las medidas preventivas se debe evitar el contacto con los alérgenos y los diferentes desencadenantes que causan el asma.
Éste es un primer paso que, si se pudiera lograr al 100%, sería la medida más eficaz.
Desafortunadamente, su consecución resulta muy difícil en la mayoría de los casos. El humo del tabaco y los irritantes inespecíficos (contaminación, cambios de temperatura, olores fuertes, etc.) perjudican a todo niño asmático, sea o no alérgico, por lo que deben prevenirse todos ellos.
No existe ningún modo práctico de evitar las infecciones por virus. Algo similar sucede con las medidas para evitar el contacto con ácaros, mohos, pólenes y epitelio de animales.
Cuando estas medidas de prevención fracasan en el control de la enfermedad puede intentarse la inmunoterapia o vacuna contra la alergia, única herramienta terapéutica que se ha mostrado eficaz en la modificación de la historia natural de la enfermedad.
¿Cómo se controla el asma infantil?
Como ya se apuntó previamente se puede distinguir entre dos grupos de niños asmáticos.
Un primer grupo estaría compuesto por niños con asma no alérgica, con un pronóstico excelente.
En el 80% de ellos, su asma remitirá por completo antes de alcanzar la vida adulta y no tendrán más riesgo de padecer asma o cualquier otra enfermedad alérgica, en el futuro, que el de otros niños de su edad que no hayan padecido esa enfermedad.
En un 20% de los casos, sin embargo, el asma puede persistir.
Un segundo grupo está compuesto por niños afectados de asma alérgica.
En ellos la evolución favorable es mucho menos frecuente y lo habitual es que atraviesen épocas de mayor o menor intensidad, dependiendo de muchas circunstancias, a veces predecibles (lugar de residencia, contacto con animales, etc.) y otras, sin motivo aparente.
La evaluación del control actual de los síntomas en el niño, sobre todo en los más pequeños, puede ser difícil ya que la información proviene de los padres y/o cuidadores.
Se trata de evaluar la presencia y frecuencia de síntomas tanto diurnos como nocturnos, la necesidad de medicación de rescate y la existencia de alguna limitación de la actividad física.
Bibliografía recomendada
GEMA 4.1. Guía española para el manejo del asma. http://www.gemasma.com/profesionales/
GINA 2017. http://ginasthma.org/2017-gina-report-global-strategy-for-asthma-management-and-prevention/
2012 CTS Guideline Update: Diagnosis and management of asthma in preschoolers, children and adults http://www.respiratoryguidelines.ca/2012-cts-guideline-update-asthma-peds
https://www.brit-thoracic.org.uk/standards-of-care/guidelines/btssign-british-guideline-on-the-management-of-asthma/
International ERS/ATS guidelines on definition, evaluation and treatment of severe asthma European Respiratory Journal 2013; DOI: 10.1183/09031936.00202013
Dinakar C, Chipps BE, AAP SECTION ON ALLERGY AND IMMUNOLOGY, AAP SECTION ON PEDIATRIC PULMONOLOGY AND SLEEP MEDICINE. Clinical Tools to Assess Asthma Control in Children. Pediatrics. 2017;139(1):e20163438