Es un hecho que a una enorme cantidad de ancianos les afligen enfermedades relacionadas con la fuerza de los músculos o con el adecuado funcionamiento del sistema nervioso.
Cuando estas cosas se ven impedidas, en numerosas ocasiones actividades cotidianas como cocinar, moverse por la casa o incluso subir unas escaleras, se pueden volver realmente complicadas.
Subir escaleras es una particularmente problemática, pues no todos los edificios disponen de un ascensor o de la posibilidad de instalar un raíl salvaescaleras, y no siempre hay alguien cerca con la capacidad de llevar una silla de ruedas o a una persona mayor a través de estas.
En este artículo hablaremos de las sillas para subir peldaños y de las orugas salvaescaleras, una adición extremadamente útil y práctica para la vida de muchísimos ancianos, que nos evita quebraderos de cabeza y les brinda una buena parte de independencia e integridad, lo cual también ayudará a su salud mental y emocional.
Características
Empezaremos hablando de las sillas salvaescaleras, que son la versión más analógica y que requieren de un ayudante para funcionar, aunque reducen el esfuerzo necesario por parte de este de forma muy notable.
En este caso, la silla en cuestión dispondría de dos ruedines individuales en la parte delantera, pero de dos ruedas compuestas por otras tres ruedas cada una, distribuidas en una posición triangular de modo que la presión ejercidacontra un escalón se ve dirigida al siguiente a través de la próxima rueda.
Lo que se consigue con esto es que subir las escaleras sea tan sencillo como empujar de forma diagonal hacia arriba, permitiendo a las ruedas compuestas hacer el resto del trabajo físico. Cabe mencionar que la profundidad necesaria del escalón para que estas sillas maniobren correctamente es de dieciocho centímetros.
Estas sillas cuentan además con un cinturón para asegurar la posición de la persona que esté sentada en ellas.
Por otra parte están las orugas salvaescaleras, que son una versión mecanizada de este sistema, las cuales funcionan mediante baterías y también necesitan a un ayudante para su correcto uso, aunque dotan de una mayor autonomía al usuario en cuestión. Estas son perfectas para aquellos lugares en los que la instalación de un raíl salvaescaleras no sea una opción.
Existen modelos que permiten el acople de una silla de ruedas individual y otros modelos diferentes que cuentan con su propia silla.
Las baterías de estos salvaescaleras pueden llegar a durar un máximo de dos mil cuatrocientos escalones, un número más que impresionante si tenemos en cuenta que la separación entre pisos no suele ser de más de treinta y cinco escalones, dependiendo de la altura de estos.
Ambos modelos están preparados para cualquier clase de diseño de escalera, ya sea esta recta, de caracol, curva o incluso con escalones dentados. Además, minimizan la cantidad de esfuerzo del ayudante mientras le dan una gran sensación de autonomía y versatilidad al usuario.
Estos salvaescaleras son asimismo la mejor opción frente a un salvaescaleras tradicional, que conlleva una instalación muy cara y compleja que es obligatoria para que esta pueda funcionar. Con una silla u oruga salvaescaleras, es comprar y lista para usar.
Motivos para adquirir una silla salvaescaleras
Lo cierto es que todos esperamos ser cuidados y recibir un trato agradable y atento cuando lleguemos a una edad avanzada y nos empiece a costar movernos.
Nunca es fácil pedir ayuda, y es justo por eso que tenemos que estar presentes para los más mayores, atendiendo a sus necesidades y siendo inquisitivos sobre estas mismas.
Nuestros ancianos nunca quieren ser una carga para nosotros y vernos sufrir por sus cuidados les hace sufrir a ellos. Invertir en calidad de vida y en eliminar las barreras cotidianas que nacen de la edad es invertir en felicidad, tanto para nosotros como para ellos, que siempre van a buscar la mayor autonomía y dignidad posible.
En definitiva, una silla salvaescaleras puede traer un verdadero soplo de aire fresco a la vida y ánimos de nuestros más mayores, lo cual la convierte en una adquisición ideal.