En las últimas semanas la cadena de sucesos relacionados con el coronavirus (covid-19) han llevado a la humanidad a vivir una situación histórica. El confinamiento que sufrimos es una situación de la que saldremos tarde o temprano y tenemos que procurar que sea de la mejor forma posible.
Me gustaría empezar con una frase que va en la línea de todo lo que te quiero transmitir: “La vida no consiste en esperar a que pase la tormenta, se trata de aprender a bailar bajo la lluvia”.
Si sigues leyendo, intentaré darte una explicación lógica a las emociones que estás viviendo en estos momentos de confinamiento, así como unas pautas psicológicas que deberás adaptar a tu propia situación.
Entender el contexto del confinamiento
En primer lugar, es necesario que entiendas la situación y tus propias emociones. El ser humano ha evolucionado durante miles y miles de años hasta llegar a desarrollar las emociones, y éstas están diseñadas para que nos adaptemos mejor al medio y podamos sobrevivir.Por lo que emociones como la tristeza o el miedo no tienen por qué ser negativas; el miedo nos ayuda a ser cautos y la tristeza nos ayuda a mejorar y a valorar más los momentos alegres.
No obstante, es verdad que debemos regularlas ya que la tristeza puede desembocar en apatía constante y el miedo en fobia.
Para concretar más sobre este tema, te diré que las emociones emergen del contexto en el que vives. Es por ello que si ahora mismo estamos viviendo una situación de crisis, es comprensible que las emociones vayan parejas a esa situación.
El estrés no es negativo
También debes tener en cuenta el estrés, que no es más que un mecanismo de afrontamiento que te permite enfrentarte con más éxito a situaciones novedosas, importantes o peligrosas.Esta situación de crisis cumple estos tres requisitos. ¿Entiendes ahora por qué tenemos las emociones alteradas y cierto grado de estrés?, es más, voy a anticipar algunas cosas que te pueden ocurrir durante el confinamiento:
Puede ocurrir que tengas cambios constantes en el estado de ánimo.
Puede ocurrir que estés más irascible y te enfades con más facilidad.
Puede ocurrir que tengas apatía o desgana.
Y también puede ocurrir que tengas cierto grado de ansiedad en determinados momentos.
Además de todo esto, mucha gente de tu alrededor te dirá que la actitud es lo más importante, que tienes que ser positiv@ con todo y que lo que no te mata te hace más fuerte.
¡Mentira! y matizo, es verdad que la actitud es importante pero como expliqué antes eres human@ y por ello puedes tener las emociones antes citadas.
Por otro lado, no todo lo que te ocurre te hace más fuerte, te puede dejar tocad@ pero de ti depende focalizar la atención en todo lo que has aprendido de esta situación para tener un aprendizaje que te permita enfrentarte con más éxito a situaciones futuras.
En resumen, en cierto modo es normal que puedas experimentar las emociones negativas antes mencionadas e incluso otras, y por ello es importante que lo comprendas y lo aceptes.
Sin embargo, puedes utilizar recursos que te pueden ayudar, y mucho, para gestionar mejor esta situación y controlar mejor tus emociones.
Sigue estas siete recomendaciones para que tengas en cuenta durante el confinamiento adaptándolas a tu propia situación.
Recomendaciones para mejorar tu estado emocional
1. Párate y piensa qué puedes hacer: esto te puede resultar obvio pero ten en cuenta que antes de hacer cosas sin sentido es importante que detectes tus necesidades y que pongas en orden tus prioridades. ¿Qué me va a resultar más útil hacer en esta cuarentena?2. Céntrate en lo que dependa de ti: si tu foco de atención se centra en cosas que no dependen de ti, vas a tener incertidumbre y eso te puede generar ansiedad.
3. No pongas fecha al fin del confinamiento: tampoco depende de ti y las suposiciones no siempre son acertadas. Si pones una fecha y no se cumple, es probable que te desmotives y te desesperes.
4. Gestiona la información: en estos momentos existe un exceso de información y muchas veces esa información es falsa además de negativa. Infórmate una vez al día y desde fuentes oficiales.
5. Define tus horarios: importante tenerlos a la vista y cumplirlos como si de un día normal se tratase. Deja espacio para las relaciones personales y el ocio.
6. Ponte objetivos diarios: específicos y que dependan de ti; a veces los objetivos no son para cumplir, son para avanzar. Si al final del día somos conscientes de que lo hemos aprovechado, nos sentiremos mejor.
7. Separa el ocio de las obligaciones: el ocio se disfruta si antes has estado ocupad@, de lo contrario puedes aburrirte. Si tienes en tu horario unas obligaciones pero no te apetece y te pones a ver una serie, a la larga dejas de disfrutarlo.
Recuerda que en estos tiempos no es recomendable que te centres en deseos futuros esperando a que pase la tormenta, coge las riendas de la situación y aprende a bailar bajo la lluvia.
Iago López Roel
Psicólogo de alto rendimiento de personas y equipos
Nº de colegiado: G-5460
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