¿Estás interesado en saber todo lo relacionado con la bursitis? No dejes de leer la información detallada que te mostramos a continuación. Lo primero que debes conocer es el concepto de bursitis, sus causas, zonas más propensas a la bursitis y principales síntomas. Además, te aclaramos si existe o no algún tratamiento para aliviar la zona afectada por la bursitis.
¿Qué es la Bursitis?
La Bursitis es un trastorno que se caracteriza por la inflamación de la bursa: ésta es una estructura en forma de bolsa (de allí su nombre), que se ubica entre huesos, tendones y músculos (su función es ayudar a la ejecución cualquier movimiento a partir de aquellas estructuras). Habitualmente la bursitis es un problema pasajero que, en contados casos, provoca alguna deformidad; pero, aun así, es necesario tratar el tema con la responsabilidad que se merece.
¿Cuáles son las causas de la bursitis?
Generalmente el problema de Bursitis es causado, ya por lesiones, ya por artrofia (carga excesiva). Aunque en determinadas ocasiones, incluso la Bursitis puede tener origen en algún tipo de problema relacionado con cierta infección. Las personas que padecen de artritis, tiroides o diabetes tienen mayores probabilidades de sufrir Bursitis a futuro.
¿Cómo son los síntomas de la bursitis?
Si bien la sintomatología puede experimentar cambios de acuerdo a cada individuo, existen ciertos padecimientos que son generales: dolores musculares localizados, aumento de la sensibilidad en la zona afectada, limitaciones en el movimiento, problema de articulación, hinchazón y enrojecimiento.
Además, cuando la Bursitis se vuelve crónica también puede causar otros síntomas y hasta dolores reflejos. Por cierto, cada dolencia provoca, a la larga, un debilitamiento del hueso. Es importante siempre acudir al médico (muchos se acostumbran a vivir con el dolor o sencillamente, en lugar de combatir la inflamación, se ocupan de tomar analgésicos para dormir los síntomas: mal hecho).
¿Qué zonas del cuerpo suelen ser las más afectadas por la bursitis?
Las zonas que comúnmente son afectadas por la Bursitis son las siguientes: muñeca, antebrazo y el hombro (subacromial); codo (olecraneana); rodilla y cadera (trocantérea). Aun así, más allá de esas generalidades, la bursitis puede atacar otras regiones del cuerpo.
¿Existe algún tratamiento?
De hecho, existen varias formas de tratar la bursitis. Entre los métodos más eficaces encontramos: descanso o inmovilización de la articulación afectada, uso de antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno, para calmar el dolor y la inflamación (especialmente se debe apuntar a bajar la inflamación y no solo a neutralizar el dolor pues, en ese caso, éste terminará por regresar).
En el caso de que los tratamientos sencillos sean inútiles, es necesario probar con métodos como la fisioterapia formal. O, si no, el sistema de artrocentesis puede ser útil principalmente si la inflamación no responde al tratamiento inicial. La cirugía se suele recomendar en muy pocos casos.
Por cierto, tan importante como el tratamiento es, luego del mismo, volver a trabajar la zona, si es necesario con kinesiología u otras técnicas. El médico a cargo puede recomendar, en todo caso, ejercicios para restablecer la fortaleza e incrementar la movilidad de la zona anteriormente afectada por la bursitis.