Foto © Ksenia Makagonova
por Pablo Rego | EL Jñana Mudra o “gesto del conocimiento” es quizá el más reconocido de los gestos que se realizan en Yoga con las manos. La conexión de los dedos índice y pulgar de cada mano es un símbolo que representa la Unión entre el alma individual (atman) y el alma universal (Brahman).
Este gesto se ha vuelto un icono del Yoga, ya que se utiliza especialmente durante la meditación y eso es quizá lo que más misterio ha causado durante el largo tiempo que la milenaria disciplina lleva desarrollándose en Occidente.
Practicar Jñana Mudra nos permite conectar con la dimensión más extendida del concepto del flujo de la energía, la conciencia y la trascendencia que puede ser alcanzada al sumergirnos en el mundo sutil. Un simple gesto no nos conducirá a la iluminación, pero la práctica del mismo con una intención espiritual profunda seguramente nos acercará cada día un poco.
Realizar este mudra o gesto nos lleva a tener presente la armonía de la conciencia humana representado en el dedo pulgar que al unirse en un círculo cerrado con el índice crea la representación del objetivo del Yoga: la unión del alma del ser con el Todo.
Variantes
Existe una sutil diferencia en la práctica de este mudra, que puede realizarse con las palmas de las manos mirando al cielo, uniendo la punta del dedo pulgar y el índice (manteniendo los demás dedos extendidos) ó uniendo las primeras falanges de los dedos índice y pulgar. La primera forma representa una actitud pasiva y receptiva mientras que segunda manera posee una expresión activa y de entrega.
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Manteniendo la misma forma del gesto, pero invirtiendo el sentido de las manos el mudra cambia de nombre. El Jñana Mudra o “gesto del conocimiento” se transforma en Chi Mudra o “gesto de la consciencia” practicado con las palmas de las manos hacia abajo.
Mientras que la práctica del Jñana Mudra alivia la tensión nerviosa del cuerpo, impulsa la memoria, cura el insomnio y regula el flujo de aire en el cuerpo, el Chin Mudra aumenta la energía y la resistencia, mejorando la concentración ayudando a desarrollar la meditación.
Existe también una variante en la posición de las manos: mientras que la más conocida se realiza sentado en posición de loto o con las piernas cruzadas y las manos descansando sobre los muslos o rodillas, puede practicarse también apoyando la mano derecha sobre anahata chakra, en el centro del pecho, mientras que la mano izquierda reposa a la altura de la base de la columna vertebral, sobre muladhara chakra.
Desde el punto de vista energético
La práctica de este mudra crea un flujo infinito de energía, ya que al circular por los canales energéticos que terminan conectándose en la punta de los dedos que se encuentran, la energía fluye sin interrupción.
Esta conexión sutil también tiene que ver con el sentido de la práctica de los gestos que van tocando diferentes terminales o puntos que influyen en la armonización de los canales energéticos que recorren todo el cuerpo humano.
Teniendo en cuenta esta dimensión en la que el infinito se hace presente, si unimos ambas manos, posando una sobre otra en Jñana Mudra, los dos círculos creados por los dedos de ambas manos se unen representando el símbolo del infinito.
El conocimiento puede utilizarse para crear una intensión. Si tomamos la información de un simple gesto podremos alcanzar un estado que nos permita conectar con esos valores que son de suma importancia durante la práctica de Yoga o Meditación.
Cuando esa intención nos abarca durante la práctica nos sumergimos en un estado diferente en el que podemos conectar con la dimensión espiritual, trascender los pensamientos de la mente racional y dejarnos llevar hacia la consciencia pura. En ese lugar, Jñana Mudra y la práctica del Yoga coinciden plenamente volviéndose así, representación y realidad, una misma cosa.
©Pablo Rego
Profesor de Yoga
Terapeuta holístico
Diplomado en Medicina Ayurveda de India