En casa siempre hemos sido habituales de las infusiones por el efecto
reconfortante que conlleva el momento "slow" de disfrutarlas y las
propiedades que ofrecen las flores cordiales, como las llama mi
padre seguramente por su formación como sanitario.
Todos conocemos los beneficios del poleo, la manzanilla, la tila, el té...
Pero no sólo las flores de las plantas tienen propiedades terapéuticas y
son utilizadas en medicina natural. También algunos tallos y raíces,
como el ajo o el jengibre, aportan grandes beneficios para la salud
Los solemos utilizar en la cocina pero con ellos podemos igualmente
realizar influsiónes depurativas o detox, como se las conoce ahora,
que nos ayudarán a sentirnos mejor, prevenir algunas enfermedades
e inmunizarlos contra virus y otras dolencias.
El jengibre y el ajo son dos de ellas y sus beneficios sobre la salud
están probados desde antiguo.
Del jengibre, la parte utilizada es el rizoma: tallo subterráneo que
crece horizontalmente y del que salen las raíces hacía abajo y los
brotes herbáceos hacia la superficie.
Contiene gran cantidad de aceites esenciales, minerales, aminoácidos,
vitaminas y antioxidantes por lo que sus propiedades son amplias y probadas:
-Facilita el flujo sanguíneo, previniendo las enfermedades cardiovasculares.
-Disminuye las migrañas ya que bloquea los efectos de la protasgladina.
-Es bueno contra el vértigo y los mareos.
-Ayuda a prevenir resfriados y gripes al favorecer la expectoración,
aunque no conviene tomarlo en caso de fiebre alta ya que su consumo
eleva la temperatura corporal, estando pues más bien indicado para
evitar enfriamientos.
-Disminuye los dolores reumáticos y menstruales, combate la artrosis.
-Reduce los niveles de estrés, es antidepresivo y un afrodisíaco natural
ya que estimula la libido.
-Retarda el envejecimiento prematuro.
-Facilita la digestión y adelgaza por sus propiedades saciantes,
por acelerar el metabolismo y porque es un anti-inflamatorio
natural que reduce volumen del abdomen.
-Previene los cánceres de ovario y colon.
Como en todo, si vamos a consumirlo de forma habitual y se tiene alguna
dolencia con tratamiento es mejor consultar antes al médico pues puede
alterar la absorción de medicamentos o no ser indicado para ciertos
estados como el embarazo.
De la planta del ajo la parte más utilizada y terapéutica es el bulbo
(cabeza de ajo).
Sus propiedades medicinales son conocidas desde siempre y las podemos
resumir en:
-Es uno de los mejores remedios naturales para favorecer la circulación
pues mejora los niveles de colesterol y regula la presión sanguinea.
-Es un gran desinfectante de la piel (heridas, quemaduras, picaduras
de insectos o dolencias dermatológicas).
-Combate procesos infecciosos de los aparatos respiratorio, digestivo y excretor.
-Favorece la eliminación de líquidos.
-Contiene antioxidantes que protegen contra el envejecimiento y el
daño celular (disminuye el riesgo de demencias y Alzheimer).
-Ayuda a prevenir enfermedades como la gripe y el resfriado.
-Es depurativo porque reduce la toxicidad de los metales pesados
en el organismo.
Y con ambos currículos nada mejor que prepararse una infusión de
ajo y jengibre, ¿no os parece?
Yo hago una tetera grande con un litro de agua, un rizoma
pequeño de jengibre y un diente de ajo, todo cortado como
veis en una de las fotografías de arriba.
Una vez frío lo guardo en una botella y lo meto en el frigorífico
(me suele durar dos días)
Por las mañanas, antes de desayunar, me tomo un vaso templado de
esta infusión a la que añado el zumo de medio limón.
Rapidito para que la vitamina C no se destruya.
A lo largo del día me tomo una o dos tazas más, en este caso aromatizadas
con cardamomo, canela, anís estrellado o clavo.
Aprovecho para hacerlo tomándome un momento de descanso y relax,
disfrutando del último número de Kinfolk Magazine, por ejemplo.
Estas especias, además de dar sabor, ofrecen también propiedades
beneficiosas para la salud.
El cardamomo tiene alto contenido en fibra, es antiinflamatorio, evita
la retención de líquidos, acelera el metabolismo, tiene propiedades
expectorantes, antioxidantes y afrodisíacas.
El anís estrellado tiene propiedades digestivas, es beneficioso para la
diabetes, es expectorante y estimulante. Existe un falso anís estrellado
que resulta tóxico por lo que debemos asegurarnos la autenticidad del
que adquirimos.
La canela es un gran anticoagulante, favoreciendo la circulación y
siendo pues útil para prevenir varices, ayuda a disminuir los niveles
de glucosa en la sangre por lo que es indicada para la diabetes de
tipo II, es también antiinflamatorio, antibacteriano, reductor de la
fiebre y un potente afrodisíaco.
El clavo de olor tiene propiedades antisépticas y antibióticas,
antiagregantes, antioxidantes, gastroprotectoras, antiinflamatorias,
bactericidas, antisépticas y antivirales
El sabor de la infusión de jengibre y ajo es exótica y especial, bastante
picante como corresponde al sabor de sus dos componentes y no gusta
a todo el mundo.
Se trata de un picor refrescante que se queda en la boca, sin bajar al
estómago por lo que no genera ardor sino todo lo contrario, lo asienta.
No debemos preocuparnos del aliento con olor a ajo porque el jengibre
neutraliza su olor al tener un gran poder antiséptico y bactericida, de
hecho es uno de los elementos más utilizados contra la halitosis.
A mí me encanta y lo tomo sin edulcorar como las demás infusiones,
pero entiendo que no sea fácil de tomar para algunos.
A Javier, por ejemplo, no le gusta nada pero he descubierto otra
manera de que tome jengibre y yo misma lo tomo así cuando me
quedo sin la infusión preparada.
Se trata de jengibre confitado utilizado como si fuera un terrón de azúcar
en una infusión cualquiera.
Lo echamos al tiempo que la bolsita y tras unos minutos retiramos la bolsa,
removemos con cuchara y nos tomamos el trozo de jengibre confitado: sigue
estando fuerte para el gusto de Javier pero está dulce y reconoce que
después la infusión sabe refrescante y muy tonificante.
El jengibre confitado no siempre es fácil de encontrar por lo que he
decidido que probaré a hacerlo en casa.
Ya os contaré...