Imagen: Gustavo Devito/Flickr
Preocuparse por la higiene personal no tiene nada de malo, por lo menos nada patológico, es incluso hasta necesario. Sin embargo el problema viene cuando se convierte en algo obsesivo, como ocurre con la halitofobia. Y es que muchas personas, en la mayoría de los casos por miedo a un rechazo social, la persona que la sufre necesita asegurarse constantemente de que no sufre mal aliento. Sin embargo esto a un nivel mucho mayor y obsesivo puede diagnosticarse como Halitofobia.
Este trastorno llega a afectar a quien lo padece hasta volverse irracional e inevitable: comprueba el olor de su aliento constantemente, se cepilla los dientes con excesiva frecuencia, se hace limpieza de encías mensualmente, evita acercarse demasiado a otras personas, lo que incluso le impide tener relaciones de pareja normales y constantemente siente la necesidad de observar las reacciones en las personas con las que conversa para hallar algún indicio de su mal aliento. De hecho, según datos de un estudio, aproximadamente el 25% de la gente que dice sufrir halitosis no la padece.
Los cuadros obsesivo-compulsivos pueden relacionarse fácilmente con la halitofobia. Cuando es así, el miedo tiende a generalizarse a más olores corporales: sudoración de axilas, olor derivado de tener la menstruación, olor derivado de haber ido al baño u el olor de los pies, por ejemplo, creyendo, además, que se agravan en el tiempo.
Lo ideal es consultar a una persona de confianza o a un odontólogo sobre nuestro supuesto mal aliento para salir de dudas antes de obsesionarnos y si aun así no es posible evitarlo, solicita ayuda externa.Si padeces de halitosis lo mejor que puedes hacer es enfrentar esta patología para mejorar tu vida. No olvides que la gente a quien le importas no te rechazará por ello.
¿Conoces a alguien que sufra de halitofobia?
Fuente: gabinetedepsicologia.com