La hematuria es la presencia de sangre en la orina y puede ser macroscópica (Coloración especial de la orina por la presencia anormal de hematíes, por lo cual es evidente a simple vista) o microscópica (el color de la orina es normal, pero hay más de 5-10 hematíes por campo en el análisis de orina). La hematuria representa la manifestación más frecuente de enfermedad renal y del tracto urinario y además no es una enfermedad propiamente dicha, sino la manifestación de otra.
La hematuria no supone un riesgo para la vida del niño, sin embargo, si se debe establecer de manera rápida y eficaz la causa que la está generando, ya que algunas son lo suficientemente graves que requieren de una actuación rápida para salvaguardar la vida del paciente.
Causas de hematuria:
Causas glomerulares: La hematuria que es de origen glomerular, tiene ciertas características importantes: La orina es de color oscuro (como coca-cola), se presenta de forma brusca, durante toda la micción y desaparece de forma progresiva. Si en el análisis del sedimento urinario, se detectan cilindros eritrocitarios, se está en presencia de una hematuria glomerular y puede ser debida a enfermedades primarias, sistémicas o hereditarias. Entre las causas de hematuria glomerular, se encuentran:
Glomerulonefritis post-infecciosa: Es una de las causas más frecuentes de hematuria y de síndrome nefrítico.
Enfermedad de Berger: O nefropatía por depósitos de IgA, se presenta como una hematuria macroscópica.
Púrpura de Schölein-Henoch: Esta es la vasculitis más frecuente de la infancia y se presenta aparte de la hematuria con púrpura palpable, artralgia y dolor abdominal.
Síndrome hemolítico urémico: Hay anemia hemolítica microangiopática, trombocitopenia e insuficiencia renal y con frecuencia se presenta luego de una gastroenteritis.
Lupus eritematoso: Es una enfermedad sistémica, por lo que hay afección de múltiples órganos y sistemas, a su vez se asocia con síndrome nefrítico secundario.
Hematuria recurrente benigna: Esta es una enfermedad de origen hereditario, que consiste en adelgazamiento anormal de la membrana basal del glomérulo, con normalidad provoca una hematuria microscópica que a veces se asocia a hematuria macroscópica con microhematuria en los intervalos.
Síndrome de Alport: También es una enfermedad hereditaria, que cursa con hematuria, sordera y alteraciones oculares.
Endocarditis: Esta es una patología que puede ocasionar glomerulonefritis por activación del sistema de complemento.
Causas no glomerulares: Cuando la hematuria es de origen no glomerular, sus características son variables: su color puede ser oscuro o rojizo, en micciones continuas o aisladas, desaparecen de forma súbita y no necesariamente se presenta durante toda la micción. Se incluyen entre las causas de hematuria no glomerular, las siguientes:
Nefropatía túbulo intersticial: Que se presenta en los casos de pielonefritis aguda, necrosis tubular aguda, nefropatía úrica y por sustancias nefrotóxicas, la hematuria suele ser microscópica.
Hipercalciuria idiopática: Es una causa frecuente de hematuria en niños, siendo más común la microscópica, aunque se puede presentar a veces como hematuria macroscópica.
Vasculares: Cursan con hematuria macroscópica algunas patologías como son la trombosis de la arteria o de la vena renal y malformaciones vasculares.
Enfermedades quísticas renales: La enfermedad poliquística o los quistes renales simples, producen hematuria macroscópica.
Tumores del riñón y de la vejiga: Especialmente el tumor de Wilms que produce hematuria macroscópica.
Obstructivas: Se suele presentar hematuria producto de estenosis pieloureteral o ureterovesical.
Infección urinaria.
Litiasis renal: En el 90% de los pacientes con litiasis renal, se presenta hematuria macroscópica.
Cistitis: Ya sea de causa vírica o tóxica, la misma suele cursar con hematuria macroscópica.
Traumatismos: El mecanismo de producción puede ser por una contusión o por un traumatismo penetrante (menos comunes) que lesionan riñón o también la vejiga o uretra.
Ejercicio: Luego de ejercicio intenso, los adolescentes suelen presentar hematuria macroscópica.
Diagnóstico de la hematuria:
No se trata de establecer un diagnóstico propiamente dicho de la hematuria, ya que es sumamente sencillo detectarla, sin embargo, lo que muchas veces supone un reto, es encontrar la causa que la origina y a eso está orientado el diagnóstico.
Anamnesis:
Antecedentes familiares y personales: Se debe interrogar acerca de si hay algún antecedente ya sea personal o familiar de patologías asociadas a hematuria, como el lupus eritematoso sistémico, litiasis renal, síndrome de Alport, insuficiencia renal entre otras.
Características de la orina: Con respecto a la hematuria se debe interrogar acerca del color, si hay coágulos, duración, si es intermitente o continua y su relación con la micción. La hematuria que procede del riñón es más oscura, ocurre durante toda la micción y es continua; mientras que la hematuria de las vías urinarias es más clara, varía con cada micción y posee coágulos.
Disuria: Es el ardor al orinar, que se asocia con frecuencia a infección urinaria y a litiasis renal.
Dolor abdominal o lumbar: Que puede presentarse en casos de traumatismos, litiasis renal e infecciones urinarias.
Fiebre: Que suele indicar que hay un proceso infeccioso, ya sea de vías urinarias o por ejemplo una endocarditis.
Infección faríngea, cutánea o respiratoria: Se debe descartar un episodio previo de estas patologías porque el principal agente causal de las mismas es el estreptococo, por lo que se puede estar en presencia de una glomerulonefritis post-estreptocócica.
Pérdida de peso: Puede presentarse por un tumor o por enfermedades sistémicas como lupus eritematoso sistémico.
Ejercicio, traumatismo: Hay casos en que la hematuria se asocia con ejercicio intenso y/o traumatismos abdominales, por lo que la misma es de origen mecánico.
Medicamentos: Siempre se debe preguntar acerca del uso de fármacos nefrotóxicos o drogas anticoagulantes.
Sustancias que tiñen la orina: Hay algunas veces en que no es una hematuria propiamente dicha sino una falsa hematuria, es decir, no es la manifestación de una enfermedad, solo que la orina se tiñe de colores por el consumo de ciertas sustancias, como: color naranja (por rifampicina), negra o marrón (por pigmentos biliares, metahemoglobinemia, alanina) y roja o rosa (por uratos, remolacha, moras, benceno).
Examen físico:
Estado general: Se debe valorar si hay afectación del estado general del niño, cuando esto sucede, se puede sospechar de un tumor, de litiasis renal con obstrucción, glomerulonefritis, traumatismo y pielonefritis.
Hipertensión arterial: Que se asocia a enfermedades glomerulares.
Soplos o alteraciones cardíacas: Las cuales pueden observarse en casos de endocarditis.
Abdomen: Se deben descartar masas renales (que pueden indicar un tumor o enfermedad poliquística), globo vesical (en patologías de origen obstructivo o inflamatorio) y soplo abdomino lumbar (característico de estenosis renal).
Estudios de laboratorio:
Examen de orina: Ya sea mediante el análisis de la muestra con tiras reactivas (tiene una sensibilidad del 100% pero una especificidad baja, por lo que se pueden obtener falsos negativos y falsos positivos) o mediante el estudio citológico (se pueden detectar hematíes dismórficos y clindruria, lo que demuestra que la hematuria es de origen glomerular, se sospecha de infección si se detectan leucocituria y bacteriuria), cuando en la tira reactiva se detecta hematuria pero en el sedimento urinario no hay hematíes, entonces estamos frente a una hemoglobinuria o mioglobinuria. En el examen de orina también se puede detectar proteinuria, sugiriendo que la hematuria es de origen glomerular.
Exámenes de sangre: Están indicados cuando se sospecha de insuficiencia renal (aumento de urea y creatinina, alteraciones electrolíticas) síndrome nefrítico (se observan las mismas alteraciones que en casos de insuficiencia renal), síndrome hemolítico urémico (trombocitopenia y esquistocitos), o una alteración de la coagulación.
Urocultivo: Se debe solicitar siempre que se sospeche que la hematuria es de origen no glomerular, especialmente si el paciente tiene fiebre o síntomas miccionales que hagan pensar en una infección.
Ecografía: Tanto abdominal como renal, cuando en el examen físico se detecten masas o si hay antecedentes de traumatismos.
Complemento, títulos de ASTO, serologías, perfil lipídico: Estas pruebas no deben realizarse de manera urgente, pero están indicadas cuando la hematuria es de origen glomerular para orientar el diagnóstico.
Tratamiento de la hematuria:
Etiológico: Es decir, se trata la causa que genera la hematuria, por lo que depende de qué tan orientado esté el diagnóstico, ya que si se trata de manera incorrecta, la hematuria va a seguir persistiendo. Por ejemplo:
Infecciones de orina: Utilizar antibioticoterapia.
Cistitis y litiasis: Analgésicos y antiespasmódicos.
Suspender fármacos si son el agente causal.
Normalmente, la hematuria al ser la manifestación de una patología y no una enfermedad propiamente dicha, se trata de manera ambulatoria, mientras se investiga la causa que la produce, sin embargo, en algunas ocasiones es necesaria la hospitalización:
Niños con afectación del estado general.
Insuficiencia renal aguda.
Masas o tumores.
Síndrome nefrítico.
Traumatismos importantes.
Síndrome hemolítico urémico.
Trombosis de la vena renal.
Hay ocasiones en que la hematuria no obedece a causas patológicas e incluso a veces sólo es transitoria, pero esto debe ser verificado por un especialista y si tu hijo presenta cambios en la coloración de la orina, debes llevarlo con su médico de manera inmediata y más aún si tiene alguna otra manifestación asociada, ya que se deben descartar o confirmar la existencia de las patologías que normalmente la causan.
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