Las Enfermedades del riñón se caracterizan por una reducción rápida y pronunciada en la tasa de filtración glomerular (GFR) (elevación de la concentración de creatinina sérica y de nitrógeno ureico sanguíneo [BUN]), por lo general con disminución del gasto urinario. La expansión del líquido extracelular genera edema, hipertensión y, en ocasiones, edema pulmonar agudo. Con frecuencia se acompaña de hiperpotasemia, hiponatremia y acidosis.
Enfermedades Del Riñón mas Frecuentes
Algunas causas son isquemia; lesión renal por fármacos, toxinas o pigmentos endógenos; septicemia; nefropatía vascular grave; glomerulonefritis (GN); nefritis intersticial, en especial de tipo alérgico intersticial por fármacos; microangiopatia trombotica o entidades patológicas relacionadas con el embarazo. Dos causas potencialmente reversibles son las insuficiencias prerrenal y posrenal.
1) Glomerulonefritis de evolución rápida
Se define como la reducción 50% de la función renal y unas de las enfermedades del riñón mas frecuentes, que ocurre a lo largo de varias semanas a meses. Se clasifica en tres subtipos principales según los datos de la biopsia renal y lafisiopatología: 1) por complejos inmunitarios, por ejemplo, en el lupus eritematoso sistémico (SLE); 2) “pauciinmunitaria”, con anticuerpos citoplasmicos contra neutrofilos (ANCA) específicos contra mieloperoxidasa o proteinasa, y 3) con anticuerpos contra la membrana basal glomerular, por ejemplo, en el síndrome de Goodpasture.
Al principio, los pacientes no revelan oliguria y manifiestan síntomas gripales recientes (mialgias, febrícula y otros); posteriormente, sobreviene insuficiencia renal oligurica con síntomas urémicos. Con frecuencia padecen hipertensión, en especial con la glomerulonefritis posestreptococica. Otras veces predominan los síntomas de las enfermedades concomitantes, por ejemplo, artritis o artralgias en el SLE o vasculitis.
Las manifestaciones pulmonares en la glomerulonefritis de evolución rápida por ANCA o anticuerpos contra la membrana basal glomerular varían desde infiltrados asintomáticos hasta hemorragia pulmonar grave. El análisis general de orina revela hematuria, proteinuria y cilindros de eritrocitos; sin embargo, aunque estos últimos son sumamente específicos para glomerulonefritis, no constituyen un dato en particular sensible.
2) Glomerulonefritis aguda
A menudo llamado síndrome nefrítico es otras de las enfermedades del riñón, por lo general es causada por una glomerulonefritis posestreptococica. Es una enfermedad aguda de inicio repentino con hematuria, edema, hipertensión, oliguria y elevación de la concentración sanguínea de BUN y creatinina. Algunas veces se acompaña de congestión pulmonar leve. En ocasiones, la causa es una infección o enfermedad de varios órganos y sistemas precedente o simultánea y, en otras, el trastorno glomerular es aislado.
Casi siempre aparece hematuria, proteinuria y piuria y la presencia de cilindruria confirma el diagnostico. En determinados padecimientos, el complemento sérico disminuye.
3) Insuficiencia renal crónica
El deterioro gradual y permanente de la función renal de las enfermedades del riñón a lo largo de varios meses o años no provoca síntomas de uremia hasta que la GFR desciende ~10 o 15% de lo normal. Algunas veces se acompaña de hipertensión desde el principio. Después, aparecen anorexia, nausea, vomito, disgeusia, insomnio, adelgazamiento, debilidad, parestesia, hemorragia, serositis, anemia, acidosis, hipocalcemia, hiperfosfatemia e hiperpotasemia. Las causas principales son diabetes mellitus, hipertensión grave, glomerulopatia, obstrucción de las vías urinarias, vasculopatia, poliquistosis renal y nefritis intersticial.
Los datos que indican que el problema es crónico son hiperazoemia de larga evolución, anemia, hiperfosfatemia, hipocalcemia, reducción del tamaño renal, osteodistrofia renal en la radiografía o ciertos datos en la biopsia renal (esclerosis glomerular extensa, arterioesclerosis y fi brosis tubulointersticial).
4) Síndrome nefrótico
Se define como la presencia de albuminuria abundante dentro de las enfermedades del riñón (>3.5 g/dia en el adulto) con o sin edema, hipoalbuminemia, hiperlipidemia y diversos grados de insuficiencia renal. Puede ser idiopática o por fármacos, infecciones, neoplasias o enfermedades de órganos y sistemas múltiples o hereditarios. Algunas complicaciones son edema pronunciado, episodios tromboembolicos, infección y desnutrición proteínica.
5) Anomalías urinarias asintomáticas
La hematuria es causada por neoplasias dentro de las enfermedades del riñón, cálculos, infección del aparato urinario, drepanocitosis o abuso de analgésicos. La presencia de cilindros de eritrocitos, proteinuria o eritrocitos dismórficos en la orina sugiere que la causa es un problema del parénquima renal. Los patrones de la hematuria macroscópica ayudan a ubicar el sitio.
La hematuria con proteinuria mínima suele ser consecutiva a una nefropatía con una membrana basal delgada o a una nefropatia por IgA. La proteinuria moderada es un dato aislado por fiebre, ejercicio, insuficiencia cardiaca congestiva (CHF) o postura erguida.
Algunas causas renales son nefropatía diabética incipiente, amiloidosis u otras causas de glomerulopatia. La piuria es originada por infección de las vías urinarias (UTI), nefritis intersticial, glomerulonefritis o rechazo a un trasplante renal. La piuria “estéril” tal vez sea consecutiva al tratamiento antimicrobiano de una infección urinaria, tratamiento con ciclofosfamida, embarazo, traumatismo genitourinario, prostatitis, cistouretritis, tuberculosis y otras infecciones micobacterianas y micosis.
6) Infección urinaria
Por lo general, esta se define como la presencia >105 bacterias por mililitro de orina. Cuando la cantidad esta entre 102 y 105/ml, significa que existe infección pero casi siempre se debe a que la recolección de la muestra ha sido inadecuada, en especial cuando se acompaña de flora mixta. Los adultos con mayor riesgo son las mujeres con actividad sexual o cualquier persona que tenga obstrucción urinaria, reflujo vesicoureteral, sonda vesical, vejiga neurogena (por diabetes mellitus) o alguna enfermedad neurológica primaria.
La prostatitis, la uretritis y la vaginitis se diferencian por medio de un urocultivo cuantitativo. La presencia de dolor en la fosa renal, nausea, vomito, fiebre y escalofrió indica infección renal, por ejemplo, pielonefritis. Las infecciones de vías urinarias constituyen una causa frecuente de septicemia, sobre todo en personas de edad avanzada e individuos internados en instituciones.
7) Defectos tubulares renales
Por lo general, estos son hereditarios y comprenden malformaciones anatómicas de las enfermedades del riñón (poliquistosis renal, quistes medulares, riñón esponjoso medular) identificadas durante la valoración de la hematuria, dolor en la fosa renal e infección o insuficiencia renal de causa desconocida. También puede haber defectos aislados o generalizados del transporte tubular de sal, solutos, ácido y agua.
El síndrome de Fanconi se caracteriza por anomalías múltiples en el transporte tubular proximal de solutos; algunas características importantes son aminoaciduria generalizada, glucosuria con una glucemia normal y fosfaturia. Otras veces, el síndrome de Fanconi incluye acidosis tubular renal proximal, hipouricemia, hipopotasemia, poliuria, hipovitaminosis D e hipocalcemia, además de proteinuria de bajo peso molecular. Este síndrome puede ser hereditario (p. ej., en la enfermedad de Dent y en la cistinosis) o adquirido por fármacos (ifosfamida, tenofovir, acido valproico), sustancias toxicas (ácido aristolóquico), metales pesados, mieloma múltiple o amiloidosis.
8) Hipertension
Alrededor de 20% de la población adulta de Estados Unidos tiene una presión arterial >140/90 mmHg; si no se regula, constituye una causa importante de apoplejia, infarto del miocardio y CHF y contribuye con la aparición de insuficiencia renal. Por lo general, la hipertensión es asintomática hasta que aparecen datos cardíacos, renales o neurológicos; en ocasiones, la única secuela clínica es una retinopatía o hipertrofia del ventrículo izquierdo (S4, datos electrocardiográficos o ecocardiográficos). En la mayor parte de los casos, la hipertensión es idiopática y se manifiesta entre los 25 y los 45 anos de edad.
La hipertensión secundaria se diagnostica por lo general en los contextos clínicos siguientes: 1) hipertensión grave o resistente; 2) elevación repentina de la presión arterial por arriba de las cifras previas; 3) inicio antes de la pubertad, o 4) paciente no afroestadounidense ni obeso <30 anos de edad con antecedentes heredofamiliares negativos. Ciertos datos clinicos sugieren la causa especifica. La hipopotasemia sugiere hipertensión renovascular o hiperaldosteronismo primario; el feocromocitoma se acompaña de hipertensión paroxistica con cefalea, diaforesis y palpitaciones.
9) Nefrolitiasis
Se acompaña de dolor tipo cólico, UTI, hematuria, disuria o piuria inexplicable. Es frecuente que se observen cálculos en las radiografías sistemáticas de riñones, uréteres y vejiga (KUB). Sin embargo, la tomografía computarizada (CT) helicoidal sin medio de contraste con cortes de 5 mm hace posible identificar cálculos que no se observan en la radiografía y ademas permite buscar la presencia de obstrucción. Por lo general, se trata de cálculos radioopacos de calcio que se acompañan de concentraciones elevadas de calcio urinario, mayor excreción de oxalato o eliminación urinaria reducida de citrato.
Los cálculos coraliformes son piedras grandes, ramificadas y radioopacas dentro de las pelvis renales originados por infecciones recurrentes. Los calculo de ácido úrico son radiolucidos. El análisis general de orina revela hematuria, piuria o cristales patológicos.
10) Obstrucción urinaria
Provoca diversos síntomas según la causa de fondo, si es aguda o crónica, unilateral o bilateral, completa o parcial. Constituye una causa importante y reversible de insuficiencia renal inexplicable. La obstrucción de las vías urinarias superiores es silenciosa o produce dolor en la fosa renal, hematuria e infección renal.
Las obstrucciones de las vías urinarias inferiores se acompañan de síntomas vesicales o prostatismo. Algunas consecuencias funcionales son poliuria, anuria, nicturia, acidosis, hiperpotasemia e hipertensión.
En la exploración física, en ocasiones se identifica ca una tumoración suprapúbica o en la fosa renal; la vejiga hipertrófica y obstruida suele propiciar matidez a la percusión. El aumento del volumen urinario residual posterior a la micción puede confirmarse con una exploración vesical portátil o por ecografía.
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