Qué es una persona sedentaria
La palabra sedentario proviene del latín sedere y quiere decir estar sentado. No es muy difícil, sabiendo esto, entender lo que significa. Aunque utilizamos esta palabra de manera habitual no quiere decir esa forma de vivir tenga nada de natural.
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La personas sedentarias lleva un modo de vida en el cual no hay sitio para la actividad física prácticamente. Muchas personas, se levantan por la mañana y se transportan hasta su lugar de trabajo sentados en el coche o en transporte público. Después, en el trabajo, también están sentados. Al terminar su jornada laboral vuelven a casa, de nuevo sentados y, casi con seguridad, por la noche se sentarán frente al televisor. Esta es la manera de vivir de muchas personas de lunes a viernes. Si a esto le sumamos la cantidad de meses y años que llevan este tipo de vida, nos daremos cuenta de la cantidad de perjuicios que esto puede tener para su salud.
El organismo de las personas sedentarias trabaja siempre en un nivel bajo de intensidad. Su cuerpo no está preparado, en absoluto, para algún tipo de esfuerzo que pudiera surgir. Es por eso que ante “desafíos” como subir escaleras o ir corriendo a coger el autobús se fatigan muchísimo.
Nuestro cuerpo está estructurado para el movimiento. Por esta razón, se desarrolla en función de lo que vayamos necesitando que haga. Si no le solicitamos que haga nada, no lo hará. Por ejemplo, si no obligo a mi cuerpo a hacer ejercicios de fuerza, nunca seré capaz de hacerlo de manera natural. Es por eso que si dejamos el cuerpo todo el día sentado, las distintas partes implicadas en el movimiento, se irán atrofiando y cada vez nos permitirán hacer menos actividades.
Cuando a esta forma sedentaria de vivir se le añaden hábitos negativos como el consumo de tabaco, el alcohol o dietas desequilibradas, podemos estar seguro de que nos encontraremos con personas con un pésimo estado de salud. Esto conlleva una mala calidad de vida y una esperanza de vida más corta.
No debemos olvidar que los efectos del sedentarismo en una persona sedentaria se manifiestan a muy largo plazo. Por este motivo, las personas no se darán cuenta de su deterioro hasta que sufran algún tipo de enfermedad.
Consecuencias del sedentarismo
Una vida sedentaria tiene muchísimos perjuicios para la salud. La obesidad es la primera de ellas y es debida a que la persona no consume las calorías que ingiere por lo que los kilos se van acumulando.
Cuando no hacemos ejercicio los huesos se debilitan debido a que el calcio no puede fijarse en ellos. Así mismo, estas personas viven permanentemente cansadas, con lo que les resulta imposible cualquier actividad como correr o levantar peso.
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Las paredes de arterias y venas, al aumentar las grasas en general, se van engrosando. De ahí vienen los problemas de origen cardiovascular. También, estas personas, suelen padecer problemas de espalda, desgarros musculares, digestiones difíciles y bajo estado de ánimo.
Comencemos a salir del sedentarismo
Incluyendo pequeños hábitos en tu día a día, conseguirás, sin darte cuenta, dejar de ser una persona sedentaria. Te darás cuenta de que si los llevas a cabo, poco a poco, notarás que te cansas menos y que te encuentras mejor tanto física como mentalmente.
1. Alimentación saludable.
Si quieres empezar a moverte más es necesario que el combustible sea de la mejor calidad. ¿A qué no esperarías que tu coche arrancara si le dieras amoniaco en lugar de gasolina? Aplícate lo mismo para tu cuerpo. Una alimentación sana es el primer hábito que debes incluir en nueva vida activa.
Elije cuidadosamente tus menús. Que las verduras, cereales y legumbres sean lo más abundante. Si puedes elegirlo de cultivo ecológico mucho mejor. Evita los fritos y las comidas procesadas o los cereales refinados. Las bebidas azucaradas deben salir de tu despensa y de tu vida. El azúcar también debería pasar al baúl de los recuerdos. Existen estupendos edulcorantes, como la estevia, que te harán no echarla de menos.
2. Come varias veces al día
Es mucho más sano comer pequeñas cantidades que hacer grandes comilonas. Cuando comemos mucho, nos quedamos con una sensación de sueño que nos llevará de vuelta a los hábitos sedentarios de antaño. Mejor comer varias veces al día raciones más pequeñas.
3. Come despacio y con tranquilidad
Convierte las horas de las comidas en un momento de paz. Apaga la televisión o la radio. Come lentamente y mastica cada bocado todo lo que puedas. Esto te ayudará a digerir de manera más eficaz y a no necesitar tanta comida.
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4. Aprovecha cualquier momento para caminar
Con un poco de organización seguro que puedes ir caminando a sitios a los que antes ibas en coche. Por ejemplo, si bajas un par de paradas antes en el autobús, podrás caminar un rato. También puedes aparcar el coche un poco más lejos y así tendrás oportunidad de dar otro paseito.
Intenta olvidar que existen los ascensores. Subir escaleras es un ejercicio muy sano y que quema muchas calorías.
5. Comienza a hacer algún deporte que te guste
Procura encontrar algún tipo de ejercicio que te guste. Es muy importante que sea algo muy agradable para ti. El hecho de verlo como una diversión es muy diferente a verlo como una obligación. Puedes elegir entre numerosas opciones como el baile, el yoga, el taichi, el senderismo, la bicicleta. Tómalo como un rato en el que sacarás a jugar al niño que llevas dentro y ya verás como haces ejercicio a la vez que lo pasas muy bien.
Como habrás visto, no es demasiado difícil incorporar estos pequeños hábitos que te ayudarán a vivir una vida más sana y más divertida.
Recuerda que lo más aconsejable es que, además de cuidar tu cuerpo, cuides tu MENTE, tal y como propone el método Crear Salud. Debemos ser conscientes de que para llevar una vida saludable también necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral. Herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida libre de estrés. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, en consecuencia, ser más feliz.