Parece una contradicción que el querer comer sano pueda ser considerado un trastorno o incluso una enfermedad.
Sin embargo ha aparecido la Ortorexia, conocida como la enfermedad por querer comer sano.
En 1996, el Dr. Steven Bratman publicó Adictos a la comida saludable, y acuño el término Ortorexia u Ortorexia nerviosa para describir un trastorno alimentario que consiste en la obsesión por consumir sólo alimentos que la persona considera que son saludables.
Dice la Dra. Zamarrón sobre este trastorno que no se le considera enfermedad al menos que requiera tratamiento psiquiátrico, y añade que,
Todos nos preocupamos por comer alimentos sanos, pero cuando ese comportamiento normal pasa a convertirse en una obsesión que entrañe peligros para la salud ya pasa a calificarse como ortorexia
¿Dónde está realmente el problema: en la obsesión por comer alimentos sanos o en la propia obsesión?
En la web Salud y Bienestar, la Ortorexia se describe así:
“Se trata de un trastorno de la conducta alimentaria que consiste en la obsesión por la comida sana y obliga a seguir una dieta que excluye la carne, las grasas, los alimentos cultivados con pesticidas o herbicidas y las sustancias artificiales que pueden dañar el organismo. Los pacientes suelen ser tan estrictos que incluso se sienten culpables cuando lo incumplen y se castigan con dietas y ayunos aún más rígidos. Puede acarrear carencias nutricionales.”
¿¿¿Carencias nutricionales por tomar este tipo de alimentos???
Estas dicen ser las causas:
“Suele manifestarse en personas con comportamientos obsesivo-compulsivo y predispuestas genéticamente a ello. Se ha observado también, que muchos pacientes que han sufrido anorexia nerviosa, al recuperarse optan por introducir en su dieta sólo alimentos de origen natural, probiótico, cultivados ecológicamente, sin grasa o sin sustancias artificiales que puedan causarles algún daño. Paradójicamente, este comportamiento en vez de evitar la enfermedad, llega a provocarla”, apunta la doctora. Amor por lo sano u obsesión.”
El artículo “Ortorexia nerviosa – Cuando comer sano deja de ser sano” señala lo siguiente:
Cualquier cambio en la elección de los alimentos que forman parte de su dieta debe hacerse de forma gradual y de una manera que encaje con los gustos y el estilo de vida de cada persona. Llevar una alimentación sana debería tener un efecto positivo para la salud sin por ello dejar de disfrutar de la vida o ver afectadas las relaciones con los demás. Para dilucidar si alguien tiene en mente alimentarse de forma sana o si se está obsesionado con el asunto, sugiérale que pruebe el test del Dr. Bratman para la ortorexia
Y aquí está el famoso Test del Dr. Bratman:
¿Pasa más de tres horas al día pensando en su dieta?
¿Planea sus comidas con varios días de antelación?
¿Considera que el valor nutritivo de una comida es más importante que el placer que le aporta?
¿Ha disminuido la calidad de su vida a medida que aumentaba la calidad de su dieta?
¿Se ha vuelto usted más estricto consigo mismo en este tiempo?
¿Ha mejorado su autoestima alimentándose de forma sana?
¿Ha renunciado a comer alimentos que le gustaban para comer alimentos buenos?
¿Supone un problema su dieta a la hora de comer fuera, distanciándolo de su familia y sus amigos?
¿Se siente culpable cuando se salta su régimen?
¿Se siente en paz consigo mismo y cree que todo está bajo control cuando come de forma sana?
Si responde afirmativamente a 4 o 5 preguntas, significa que es necesario que se relaje más en lo que respecta a la alimentación. Si responde afirmativamente a todas las preguntas, significa que tiene una obsesión importante por la alimentación sana.
Si has tenido muchas respuestas afirmativas, antes de visitar al médico o al psiquiatra conviene leer el interesante artículo de Juan-M Dupuis, “¿Intenta comer sano? ¿…no estará usted enfermo de ortorexia?” donde plantea la otra cara de la moneda,
Y, por ejemplo, el Centro de Investigación e Información Nutricionales de Francia (el CERIN, de las siglas de Centre de recherche et d’information nutritionnelles), da todo el protagonismo a esta enfermedad en uno de sus boletines semanales. Ojo al dato al explicar quiénes son estos enfermos:
Se preocupan por variar su alimentación en las tres comidas diarias. Por ejemplo, no repiten fuentes de glúcidos o proteínas. Si por alguna razón se ven obligadas a hacer una excepción por una comida especial, en los días posteriores ponen en marcha un estricto mecanismo de compensación: hacen deporte, aumentan el rigor de su dieta, ayunan….
Y todavía peor: Para algunas personas, en el lado de lo saludable se suele encontrar la gama completa de productos ‘naturales’, integrales, no refinados: pastas integrales, harina integral, azúcar de caña no refinada, etc. Y en el lado de lo que no lo es se encuentra lo industrial, lo que está refinado (azúcar, harina blanca), lo clásico (pasta, arroz blanco). En resumen, todo aquello que ha sufrido modificaciones y se ha alejado de lo ‘natural’, por tanto, de lo ‘saludable’ “.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha cuantificado (¡agárrese a la silla!): un 28 por ciento de la población de los países industrializados padecería esta enfermedad. Vamos, que más de una cuarta parte de ustedes, lectores de Tener S@lud, están enfermos… (empezando por mí mismo, claro está).
Europa Press recogió unas declaraciones de un nutricionista, que luego reprodujeron muchísimos medios, donde aseguraba que se trataba de un fenómeno en aumento y que quienes lo padecen tienden a la autodestrucción. Auguraba también para los afectados el aislamiento social.
¿De verdad es una patología la preocupación por alimentarse bien y tener ideas propias respecto a lo que debe ser nuestra dieta y la de nuestras familias? A mí me resulta cuanto menos sospechoso. Y me hace pensar si no será un primer paso hacia la creación de un nuevo medicamento…
En definitiva, ninguna obsesión es buena y saludable, incluso la moda de ir con la botella de agua todo el día. En este tiempo de “creación” de nuevos trastornos, enfermedades, síndromes; resulta un poco sospechoso poner la lupa en la obsesión por llevar una alimentación sana, cuando vivimos en una sociedad obsesiva donde la alimentación “normal” es cualquier cosa menos sana.
Interesante ver el vídeo “Estudios comparativos entre alimentos ecológicos y convencionales“:
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