El trail runner cruza ríos y terrenos desiguales, en ocasiones con pendientes pronunciadas, por lo que un buen rendimiento físico es imprescindible en la práctica de esta modalidad deportiva.
En este sentido, el consumo de pescado, y sobre todo de Omega 3, puede paliar posibles inflamaciones musculares y articulares y mejorar la función pulmonar y renal.
La ingesta de pescado es imprescindible para cualquier runner, ya sea de asfalto o montaña. Este alimento es ligero y fácil de asimilar, de manera que las digestiones son menos pesadas. Además, el pescado aporta vitaminas hidrosolubles del grupo B (B1, B2, B3 y B12), y liposolubles A y D, sobre todo en las especies más grasas, y algunos minerales como fósforo, potasio, sodio, calcio, magnesio, hierro y yodo.
Todos estos nutrientes lo convierten en una fuente rica en proteínas, aunque vamos a destacar su bajo contenido calórico. Las grasas del pescado -entre el 3 y el 5% del total, según si es blanco o azul- contienen ácidos grasos poliinsaturados beneficiosos para el organismo. Nos referimos a los populares Omega 3 -ácido alfa-linolénico (ALA), ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexanoico (DHA)- de los que ya hemos hablado en alguna ocasión.
Omega 3, fundamental en la práctica del running
Cualquier entrenamiento de running supone un gran desgaste físico, aunque este aumenta en montaña. Cuanto más desigual es el terreno, más atractivo resulta para un trail runner: pendientes, bajadas, charcos, ríos, surcos en el suelo. El corredor de montaña hace frente a un montón de obstáculos cargado con una mochila repleta de enseres necesarios para la carrera. Las dificultades son mayores y, con ellas, crece también el riesgo de posibles lesiones, rampas, etc. De ahí que sea tan necesario el consumo de ácidos grasos poliinsaturados Omega 3.
Los ácidos eicosapentaenoico (EPA) y docosahexanoico (DHA) pueden ayudar a reducir la hipertensión arterial y otras anomalías cardiovasculares, incluido el riesgo de sufrir un ataque cardíaco; bajar los triglicéridos acumulados en sangre; influir en los sistemas nervioso e inmunológico y reducir la pérdida de masa ósea fruto del paso del tiempo. Sus propiedades antiinflamatorias articulares y musculares los hacen ideales para evitar posibles lesiones y rampas. Igualmente, los Omega 3 facilitan la vasodilatación sanguínea, aumentan el flujo de sangre y, por ende, aumentan la capacidad pulmonar del runner.