Para estas tradiciones la mente, por su propia naturaleza, es abierta y clara, pero nuestra propia carga de emociones, pensamientos, juicios, etc., oscurece el reconocimiento de esa naturaleza brillante. La importancia de este hecho es que nuestra mente tiene el poder de manifestar nuestra realidad y, por tanto, una mente densa, llena de pensamientos y emociones negativas creará una realidad difícil, con muchos problemas y dificultades. En cambio, una mente ligera de estas cargas creará realidades fáciles y fluidas. Este milagro de la existencia es la fuente de nuestro poder personal.
Cómo transformar mi mente
Pero entonces, ¿cómo transformar mi mente?
Todos hemos tenido la experiencia de ser conscientes de alguna reacción o sentimiento repetitivo que por más que sabemos que no nos beneficia o no nos sirve, no conseguimos dejar de sentir, o de reaccionar de una forma determinada. El problema no somos nosotros, que estemos “mal” o no tengamos la capacidad real de hacerlo, el problema es simplemente nuestro enfoque. En nuestra cultura estamos habituados a enfocarnos en los problemas y a tratar de resolverlos desde la mente conceptual. Por muy buenas que sean nuestras intenciones, desde este lugar es realmente complicado. Solo desde la consciencia no conceptual podemos conocer la apertura y abrir nuevos caminos para experimentar nuestra realidad y a nosotros mismos de forma diferente.
Cuando estamos en nuestra mente natural no existe el conflicto, como no existen el bien o el mal, el juicio o las emociones densas como la culpa, el miedo, la exigencia o el sufrimiento. No obstante, los pensamientos o las emociones densas que hemos creado en el transcurso de nuestra vida, o heredado de nuestro sistema cultural, social o familiar oscurecen esta percepción, de la misma forma que las nubes nos tapan la luz del sol.
El MHA facilita el acceso a estados de consciencia elevados, cercanos a la mente natural, a través de la meditación creativa. En este trabajo, para cada persona y situación se crea un espacio de salud único e intuitivo a través de la meditación. Este puede incluir la visualización, el sonido, el silencio, la música, frases, rituales, trabajo energético, mental o emocional o el movimiento.
A través de ellos, facilitamos reconectarnos con cualidades preciosas como el coraje, la fortaleza, la aceptación, la sabiduría, la creatividad, la abundancia, el amor, la alegría o la serenidad, cualidades a las que todos tenemos acceso por el simple hecho de existir, pero que a menudo hemos olvidado cómo volver a ellas. Es en estos estados de consciencia que tomamos nuestro poder personal y encontramos la fuerza y los recursos personales para soltar, aceptar o transformar nuestras dificultades y conflictos. Aquí también podemos entregar los bloqueos y cargas emocionales y mentales de forma fácil y sostenida.
La práctica del Método Holístico de Autoconsciencia nos ofrece la posibilidad de reencontrarnos con nuestra auténtica libertad y materializar en el mundo lo que verdaderamente somos.