El lunes empiezo. Es lo que solemos decir siempre que queremos cambiar alguna cosa en nuestras vidas, como por ejemplo nuestra alimentación.
Sabes que hay algo que no estás haciendo bien y que deberías cambiarlo, pero en el fondo no quieres renunciar a nada para lograrlo…. así que lo pospones, lo dejas para el lunes… Y por qué? Porque los fines de semana están para disfrutar! – pero la verdad es que de forma inconsciente te estás dando tiempo para seguir con ese “mal” hábito durante unos días más, y sin sentirte culpable, porque ya has decidido que vas a cambiarlo.
De hecho te vas a dar un buen homenaje (y sin darte cuenta coger dos kilos más de propina) porque te lo mereces, al fin y al cabo el lunes se acaba el mundo.
Pero llega el lunes y no te encuentras con ánimo, estás cansad@, tienes mucho trabajo, ya no tienes tanta motivación como el día que decidiste hacerlo… será mejor dejarlo para otro momento…y así va pasando el tiempo y sigues igual.
Si estás pensando en si debes cambiar un hábito o no, puedes estar así siempre. Es lo que se llama fase de contemplación, donde reconoces que tienes un problema pero te quedas sin hacer nada. Te mantienes ahí, librando una batalla interna entre la parte de tu yo, que te dice que debes poner fin a esa situación, y la parte que intenta convencerte de que tampoco estás tan mal.
En realidad sabes que lo que estás viviendo ahora mismo no te hace tan feliz.
Si no te sientes totalmente seguro de querer hacer algo pueden pasar dos cosas, o no lo intentas, o lo haces, pero no aguantas el tiempo suficiente.
Empiezas a darte excusas a ti mismo, como que ahora no es un buen momento, o que tienes demasiado trabajo y mucho estrés, que no tienes fuerza de voluntad… Lo que estás haciendo es darle el poder a la excusa. Anulas tu voluntad, como si tú no pudieras elegir.
Cuando alguien realmente quiere un cambio busca un cómo, cuando no lo quiere busca una excusa.
Es evidente que cambiar tu alimentación ahora puede parecerte imposible, pero no lo es.
No dejes que la excusa mande sobre ti. Plántale cara, y si no te sientes con fuerza busca ayuda. Como asesora nutricional puedo ayudarte a trazar un plan:
Analizando las “excusas” que te impiden cambiar eso que tanto te disgusta.
Buscando el motivo real por el que te estás planteando hacer ese cambio – será la motivación que necesites para lograrlo.
Planteando pequeñas metas para que paso a paso llegues a tu objetivo – Roma no se construyó en un día.
Piensa en las consecuencias de no hacer nada, qué puede ocurrir si continúas igual que estás ahora. No estás cansad@ de esta situación? Entonces empieza, pero no esperes al lunes, EMPIEZA HOY.