Los alimentos probióticos son el kéfir (considerado el rey de los probióticos), el yogur natural (sobretodo bifidus), el chucrut y muchos productos lactofermentados.
El kéfir se ingiere de dos maneras:
de agua que tiene un sabor parecido a la limonada y es el más efectivo,
de leche que es una bebida elaborada con leche fermentada que se puede presentar de manera líquida o con bolitas arracimadas semejantes a las de la coliflor. Tiene un sabor parecido al del yogur natural.
Su composición es una mezcla compleja de bacterias como lactobacillus, leuconostococos, lactococcus, acetobacterias y levaduras fermentadoras de la lactosa que son las responsables de la protección de la mucosa del colon. Su composición nutritiva del kéfir de leche muestra una riqueza en calcio, fósforo, proteínas de alta calidad, hidratos de carbono, grasas y vitaminas B2 y B12. Contiene 64 calorías por 100 gramos de peso.
El kéfir se produce por fermentación lacto-alcohólica de la leche a diferencia del yogur que se produce por fermentación láctica de la leche.
Beneficios del kéfir
Los principales beneficios de los probióticos para la salud son:
Mejoran el equilibrio de la flora benigna intestinal.
Facilitan y mejoran la digestión porque desdoblan mejor los macronutrientes , los cuales aportan beneficios en nuestros procesos metabólicos.
Descomponen mejor la lactosa, siendo tolerado en todas aquellas personas que padecen intolerancia a la lactosa y siendo el sustituto del yogur y la leche en dichas personas.
Incrementan nuestras defensas frente a microorganismos como bacterias y hongos protegiéndonos frente a dichas enfermedades.
Acción desintoxicante de nuestro organismo al neutralizar las toxinas.
Elimina los gases gastrointestinales.
Alivia la anemia.
Ayuda a perder peso y adelgazar.
Acciones antiinflamatorias en el asma, bronquitis, artritis.
Mejora la salud de la piel.
Acción protectora sobre la mucosa del colon para evitar degeneraciones cancerosas malignas.
Recomiendo el kéfir como un alimento necesario en nuestra dieta pero nunca debemos abusar de él para evitar diarreas. Se puede ingerir en el desayuno con frutas y cereales, en el almuerzo o merienda solo o con frutas, como postre en la comida y cena, y se puede tomar como una bebida similar a la limonada. También puede ser un ingrediente en la elaboración de panes, repostería, postres dulces y purés o cremas de verduras.
Cómo elaborar el kéfir en casa
Se puede comprar en los supermercados y herbolarios aunque también lo podemos elaborar en nuestra casa añadiendo una bolsa de microorganismos fermentadores que se venden en tiendas online por internet y en algunos herbolarios.
En un litro de leche fresca o agua se añaden 4 cucharadas soperas de gránulos de kéfir y los dejamos reposar y fermentar a temperatura ambiente en nuestra cocina durante 24 a 48 horas. Después agitamos y conservamos en la nevera el kéfir de leche. Al kéfir de agua le debemos añadir una cucharada de estevia para endulzarlo y el zumo de un limón, lo agitamos y lo refrigeramos en nuestro frigorífico.
Se puede conservar frío en buenas condiciones hasta 14 días.