Un número creciente de estudios sugiere que las bacterias en nuestras entrañas son la clave para un envejecimiento saludable. Una nueva investigación publicada en el The Journal of Physiology en febrero de 2019 examina el papel que pueden desempeñar las bacterias intestinales para preservar la salud de las arterias. Esta investigación en ratones refuerza la idea de que las bacterias intestinales median el proceso de envejecimiento. Específicamente, los científicos han examinado el vínculo entre la composición de la microbiota intestinal en ratones y el envejecimiento vascular.
Bacterias intestinales y salud vascular
Los investigadores administraron un cóctel de antibióticos de amplio espectro y absorción deficiente a un grupo de ratones jóvenes y un grupo de ratones viejos. Añadieron los antibióticos al agua potable de los roedores durante un período de 3 a 4 semanas para suprimir su microbiota intestinal. Luego, los investigadores examinaron la salud de los sistemas vasculares de los roedores midiendo su rigidez arterial y la salud del endotelio, es decir, la capa de células que recubren el interior de las arterias.
Los investigadroes también examinaron las muestras de sangre de los roedores en busca de marcadores de inflamación y estrés, como los radicales libres dañinos. El estrés oxidativo ocurre cuando el cuerpo produce demasiados radicales libres y no tiene suficientes antioxidantes para degradarlos. Los estudios indican que este fenómeno contribuye a la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares y el envejecimiento en general.
Los investigadores también midieron los niveles de óxido nítrico, un compuesto que expande los vasos sanguíneos. Finalmente, examinaron los cambios relacionados con la edad en la microbiota intestinal de cada roedor.
Al final del período de estudio, los científicos encontraron que los ratones viejos se beneficiaron enormemente del tratamiento con antibióticos, mientras que la intervención no tuvo efecto en los ratones jóvenes. Específicamente, explican los investigadores, cuando se suprimió el microbioma de los ratones viejos, su salud vascular se restauró a la de los ratones jóvenes.
Vejez y salud intestinal
A continuación, los científicos se propusieron identificar ciertos cambios relacionados con la edad en la microbiota de los roedores. Su objetivo era comprender cómo la supresión de la microbiota puede preservar la salud vascular. Para ello, secuenciaron genéticamente las muestras fecales de otro grupo de ratones viejos y las compararon con las de ratones jóvenes.
“En general, en los ratones viejos, observamos un aumento en la prevalencia de microbios que son proinflamatorios y se han asociado previamente con enfermedades”, explican los investigadores. Estos incluían taxones de microbios que estudios anteriores habían relacionado con la disbiosis intestinal , un desequilibrio entre las bacterias “amigables” en nuestras entrañas y otros patógenos.
La fuente de la juventud en realidad puede estar en el estómago
A partir de los 45 años, el riesgo de enfermedad cardiovascular comienza a aumentar, según la American Heart Association. Pero lo que hace que las arterias sanas se pongan rígidas y pierdan su función con la edad sigue siendo un misterio médico.
“Hace tiempo que sabemos que el estrés oxidativo y la inflamación están involucrados en hacer que las arterias no sean saludables con el tiempo, pero no sabíamos por qué las arterias comienzan a inflamarse y estresarse. Algo está provocando esto”, dicen los investigadores. “Ahora sospechamos que, con la edad, la microbiota intestinal comienza a producir moléculas tóxicas, incluida la TMAO, que ingresan al torrente sanguíneo, causan inflamación y estrés oxidativo y dañan los tejidos”.
La TMAO, Trimetilamina-N-óxido reductasa (citocromo) es una enzima asociada con la inflamación y la desregulación microbiana en diversas patologías.
Los investigadores subrayan que no están sugiriendo en absoluto que las personas usen antibióticos como fuente cardiovascular de la juventud. “Usamos antibióticos puramente como una herramienta experimental. Hay demasiados efectos secundarios y otros problemas con su uso en general”, explican.
Sin embargo, sí creen que las dietas ricas en alimentos cultivados ricos en probióticos (yogur, kefir, kimchi) y fibra prebiótica pueden desempeñar un papel en la prevención de enfermedades cardíacas al promover un microbioma intestinal saludable.
También están estudiando un compuesto llamado dimetil butanol, que se encuentra en algunos aceites de oliva, vinagres y vinos tintos, que bloquea la enzima bacteriana necesaria para producir TMAO. En última instancia, podría ser desarrollado en un suplemento dietético.
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