El día de hoy hablaremos de las somatizaciones, ese momento tan especial cuando el cuerpo nos habla. El cuerpo nos suele mandar un mensaje que deberíamos escuchar. Algunas de nuestras emociones que no llegamos a verbalizar encuentran su vía de escape a través de una enfermedad o malestar corporal.
Muchos pacientes terminan siendo derivados a médicos especialistas para que termine de averiguar cuál es la causa que genera ese malestar. En ciertas ocasiones detrás de estos problemas existen dificultades que no tenemos la capacidad de verbalizar, la somatización termina siendo una vía de escape.
Nuestro cuerpo nos manda mensajes
Un error común dentro de la medicina occidental fue dividir las distintas enfermedades en mentales y físicas. Esta diferenciación nace con René Descartes, filósofo que estableció una línea divisoria entre el cuerpo humano y la mente.
Tradicionalmente muchos médicos siguen este paradigma y para que una enfermedad sea considerada como orgánica tiene que ser comprobada o verificada en la estructura del organismo. En los casos en que no se encuentre respuesta se suele interpretar5 que la enfermedad no existe y que la enfermedad se debe buscar dentro de la salud mental.
En el momento en el que nace el psicoanálisis se vio por primera vez la importancia de aquello que no dice el cuerpo. Los primeros pacientes fueron casos de conversación y de somatización. Las personas comenzaron a referirse a sus angustias y a sus miedos, y no hablaban de los síntomas físicos, esto fue gracias a la psicología
Todas las personas han somatizado en determinado momento de su vida, el problema está cuando esta somatización impide que se realicen las actividades de la vida cotidiana. Dentro del lenguaje común, una enfermedad que se puede considerar como psicosomática puede tener tres significados diferentes:
Es un tipo de enfermedad totalmente mental, y por esa razón, es controlable.
Es un trastorno inexistente, producto de la imaginación de quien la padece.
El paciente es el responsable de sus síntomas y de padecer ese sufrimiento que lo agobian.
La forma en que se manifiestan las emociones y sus conflictos es muy diferentes, algunas personas pueden padecer:
Problemas sexuales
Problemas respiratorios
Problemas y dolores abdominales
Patologías neurológicas
Dentro de los trastornos que están completamente vinculados a las emociones enfatizamos las enfermedades dermatológicas y muchas de las patologías relacionadas a los intestinos.
Investigaciones realizadas recientemente vinculan la psiconeuroinmunología con este tipo de problemas, relacionando al sistema inmune como el eslabón perdido que existe entre lo físico y lo mental.
Los impactos de tipo emocional tiene una relación a lo que sucede en el cuerpo manifestándose en el sistema inmunitario, además del sistema nervioso y hormonal.
Se ha podido comprobar que el estrés también es muy importante en estos casos. Existen diferentes modalidades de estrés que se pueden dividir a su vez en diferentes factores que afectan a las diferentes zonas cerebrales.
Contar con un apoyo social y unas relaciones cálidas y positivas y amorosas con amigos, familia y compañeros permite ayudar a reducir el estrés notablemente.
A esta altura casi nadie puede negar que el cuerpo intenta hablar y nos habla, esto es, sin lugar a dudas, cada vez más evidente. Será necesario crear diferentes técnicas que permitan traducir a un lenguaje más claro y cotidiano lo que nos dicen los órganos, las funciones y las vísceras. Así se podrán tratar de forma exitosa muchas enfermedades, con un diagnóstico más claro y mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.