El hecho de que la OMS equipare los riesgos de comer carne procesada a los mismos efectos que el tabaco es ya dicho por el Gobierno, desde su departamento de Sanidad, como algo exagerado. Por un lado, Sanidad rechaza cualquier tipo de alarma vinculada al consumo de carnes rojas, pues dicen que ello son solo recomendaciones que ya se han dicho durante tiempo, de hecho la moderación de ciertos alimentos es la base para una buena y sana alimentación.
Por el otro, está la voz de algunos médicos y nutricionistas que siguen reivindicando el consumo de carne de forma moderada, siempre con el incremento de frutas, verduras y pescado en la dieta. Lo que se persigue es inculcar la dieta mediterránea, formada por una alimentación variada, compuesta entre otros por el aceite, el vino o el pescado, pasando por ciertas carnes siempre en menor medida.
La cuestión es que, para llevar una vida sin riesgos a sufrir enfermedades relacionadas con la alimentación, la clave es ser lo menos sedentario posible. El ejercicio diario y la ingesta de alimentos ricos y variados son suficientes, independientemente de si se consume más o menos de aquello u otro.
Esta dieta variada es fomentada por el gobierno con el fin de acabar con aquellos problemas de obesidad y sobrepeso de la sociedad, sobre todo en la española, con un alto índice de personas que lo padecen. Para ello se están llevando a cabo campañas para fomentar el deporte en las escuelas, en la calle, en casa…
Si bien desde organizaciones relacionadas con Endocrinología y Nutrición ponen de manifiesto que el consumo de carne y, sobre todo procesada, como las salchichas o el bacon están ganando la partida al pescado, algo que debería ser lo contrario, pues se considera que los españoles todavía consumen menos pescado del que deberían y que se están apartando mucho de la dieta mediterránea sobre todo consumida a diario.
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