De qué tienes miedo a reir y a llorar luego a romper el hielo que recubre tu silencio. Suéltate ya y cuéntame que aquí estamos para eso pa’ lo bueno y pa’ lo malo llora ahora y ríe luego.
Jarabe de Palo. Grita.
He vuelto a psiquiatría para ver cómo iban las cosas tras retirar la medicación, y hemos vuelto a empezar. Mi primer pensamiento fue de fracaso. NO he podido superarlo. NO he sabido digerirlo después de siete años.
Psicológicamente estuve muy bien durante el tratamiento y los meses posteriores. Mi caída se produjo durante el quirófano de mi hermana, tres años después, cuando aquel tres de tres me asustó tanto que no vi más futuro que la muerte, así de sencillo. Mi pobre médico de familia me dijo que me temía, que sabía que el día que cayera iba a ser muy duro levantarme. Y así ha sido.
La muerte de mi padre, la recaída de mi otra hermana, los repetitivos quirófanos, las revisiones y el miedo han impedido dejar antes la medicación, aunque sí la fuimos bajando poco a poco. Mucho tiempo ya seguido con el mínimo me hizo pensar que podría dejar de depender de una pastillita, pero ha sido que no.
Melancolía, rabia, lágrimas, ansiedad…cualquiera de estos sentimientos pueden ser síntoma de que necesitas hablar. Un familiar, una amiga, un voluntario o un teléfono de alguna asociación especializada…hoy en día tenemos muchos recursos que nos pueden servir. Pero cuando ésto ya no es suficiente, PIDE AYUDA PROFESIONAL!!
Acabas de ser diagnosticada y no sabes ni cómo te sientes….PIDE AYUDA.
Has empezado el tratamiento y tienes miedo…PIDE AYUDA.
Has terminado los tratamientos y sientes un vacío que te supera…PIDE AYUDA.
Un amigo, familiar, conocido, está en cualquiera de éstas situaciones….PIDE AYUDA.
Somos super-women, podemos con todo, conseguimos compatibilizar nuestra vida de pareja, familiar, incluso laboral, con tratamientos, revisiones, consultas, pruebas médicas, y todo ésto con una sonrisa. Tenemos todo el derecho del mundo a ser humanas, caer, recaer, llorar y necesitar apoyo, incluído el de los antidepresivos.
Que no te avergüence reconocer que necesitas ayuda. A mí a veces me ha costado hablar de ello, pero estoy muy orgullosa de haberlo asumido y seguir hacia adelante. Todos los de mi alrededor lo agradecerán. Si me encuentro mejor, daré lo mejor.
Os dejo el enlace a algunas asociaciones (las que conozco) donde, de manera gratuita o por una pequeña aportación anual, tienen psicooncólogos esperando atenderte. Sólo tienes que pinchar sobre ellas y te dirigirán a la información.
Y como no, mi psicooncóloga favorita, Fátima Castaño, que, además, ha comenzado un nuevo proyecto.
Mucho ánimo, y no lo dudes, si lo necesitas, grita. Yo seré la primera en oírte.
Os leo!!