Para tener una buena salud física hay que tener una buena salud mental, hay que aprender a no tener miedo a escucharnos, a reconocer que al igual la vida que llevamos no es la que nos gusta pero en ese momento que nos escuchamos, en ese momento entramos en comunión con nuestro ser, en ese momento puede que no cambie nuestra vida pero si la manera de verla y afrontar lo que vivimos, ese es el verdadero cambio, el cambio de no tener miedo, miedo a la soledad que nos produce la verdad de nuestros pensamientos, nuestra salud mental nos requiere esos momentos diarios de trabajo para hacernos más fuertes en los momentos de debilidad porque la felicidad eterna no existe pero lo que si existe son los pensamientos a nuestro servicio y en esos momentos son cuando podemos ponerlos en practica.
En algunas ocasiones nosotros mismos ya sea a través de libros , escritos por internet, hechos de personas que conocemos, nos ayudan a poder aprender y redirigir nuestros pensamientos y tener una salud mental a nuestro servicio, en otras ocasiones tendríamos que ser realistas con nosotros mismo y acudir algún profesional ya sea psicólogo, psicoterapeuta , especialista en el equilibrio de nuestros pensamientos , buscar y buscar no quedarnos con la primera persona que encontramos, que nos aconsejan, hay alguna persona en el camino que es la que nos ayudara a potenciar nuestros pensamientos a nuestro servicio , no os sorprenda si en el camino la persona que os ayuda son las palabras de un niño o el vecino de la puerta de al lado, la única cosa que os puede sorprender es no dar el paso para cambiar a la portera rumiante que antes de que pronuncies palabra ya tiene la solución, esa portera es nuestra mente , trabaja diario para dirigir tus pensamientos a una vida plena , plena de felicidad .
La ignorancia no exime de pecado ... muévete y lo que no sabes, aprende ... la sabiduría es el equilibrio de la causa-efecto .
Psicoterapeuta.
Raquel Ayres.