Es sorprendente, cuando sacas el tema de la muerte entre tu círculo más próximo, antes o después siempre hay alguien que te cuenta alguna historia sobre experiencias próximas a la muerte y despedidas de personas fallecidas. Poder hablar de ésto con normalidad, es una de las cosas que me movió a crear este apartado, sobre todo porque hay momentos que lo podemos necesitar. Además cuando empiezas a recopilar estas historias, suelen ser bastante coincidentes.
No es mi intención dar una visión esotérica en los artículos que pueda escribir al respecto. Solamente quiero prestar atención a través de recopilaciones para intentar concluir en algo. Sé que esto puede ser una quimera, pero hay muchos hechos coincidentes como para obviarlos. ¿No?
Al grano, nuestra primera historia de hoy, surgió comentándole a un buen amigo los diferetes apartados que ocupan esta web. Cuando le expliqué que también incluía un apartado de experiencias cercanas a la muerte, rápidamente se acordó de una que le contó en su día una persona cercana, a la que llamaré de forma ficticia “Rebeca”
Rebeca, tenía una relación bastante distante con su padre, para ella era una persona bastante autoritaria. Esto hacía que permanentemente estuvieran discutiendo. Su padre murió de manera repentina, sin que pudieran aclarar estas diferencias, sin apenas poderese despedir. Esto hizo que Rebeca se sintiera culpable, las palabras quedaron contenidas junto con la tristeza de la pérdida. Una tarde con este sentimiento comenzó a tener la sensación de una presencia, hasta que escuchó claramente un mensaje tranquilizador. “Rebeca, no te preocupes, no fue culpa de nadie. Yo estoy bien ahora donde estoy, quédate tranquila” Ella no tenía esquizofrenia, ni ninguna enfermedad mental, por lo que lo recibió como un mensaje puntual y de alivio, como una despedida que le permitió desprenderse de su sentimiento de culpa. Afirma que lo escuchó de una manera tan nítida como cualquier otro sonido del entorno, por lo que descarta la sugestión.
La segunda historia, va en la misma líena que otras contadas. En este caso, una persona cercana me contó una experiencia, mientras comentábamos sobre la muerte. Yo relataba mi sensación de despedida a través de un sueño con mi madre. De forma muy similar, su padre poco después de fallecer apareció en un sueño muy significativo. Ella le pedía que no se marchara, mientras él le tranquilizaba insistiendo que estarían bien y que ahora se tenía que marchar. Hay aspectos que contados pueden parecer propios de las resistencias y apegos que tenemos hacia los seres queridos cuando se van, pero cuando tenemos este tipo de vivencias, siempre se describe un situación muy real en comparación con otros sueños, gran parte de las veces acompañadas de mensajes muy precisos.
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